SEIS

1455 Words
―Buenos días, Nuée ―la rubia se acercó al joven de n***o mientras dejaba en el suelo de madera del puente algunas bolsitas―. Espero que hayas descansado, la mañana de hoy es realmente hermosa. ―No en realidad, no duermo ―sonrió, sus ojos se desviaron a los paquetes con suma curiosidad, algo tan propio de él― ¿Qué traes ahí? ―Bueno, como dijimos que podíamos enseñarnos nuestros mundos, pensé que sería bueno empezar por cosas pequeñas y cotidianas ―lo observo palmeando el lugar a su lado en una clara invitación a tomar asiento. ―Me parece justo, aunque no preparé algo para hoy ―se hincó de manera cómica a su lado. ―No es problema ―rió bajito―. Mira, esto es café, supongo que lo conoces. ―Pues sí, ustedes los humanos lo beben como si fuera el elixir de la vida o algo así ―ladeó la cabeza tomando el vasito térmico entre sus manos. ―Bueno, cuando debes estudiar o trabajar como si tu vida dependiera de ello esto es como un elixir. ―asintió―. Anda, pruébalo, ten cuidado, está caliente. ―No estoy seguro, creo que prefiero no conocer esto ―negó. ―Oh, vamos, no creí que fueras cobarde ―fingió no verlo. ― ¿Qué? ¿Acaso has osado llamarme cobarde? Cómo te atreves, jovencita, soy mayor que tú en todos los sentidos, deberías respetarme ―soltó indignado. ―Tan sólo digo lo que veo ―se encogió de hombros aguantando las ganas de reír. ―Mira esto ―bebió varios tragos con rapidez, su rostro se frunció en una mueca debido a la amargura del líquido, aquel sabor era nuevo para sus papilas gustativas y supo de inmediato que nunca iba a agradarle. Alina dejó escapar una risa que descolocó al joven inmortal, elevó una ceja algo sorprendido pero pronto cayó en cuenta de que debió verse muy gracioso con esas muecas raras que nunca pensó que pudiera hacer. Finalmente, Nuée sonrió logrando relajarse a pesar del mal sabor de la sustancia, saboreó un poco más pero no terminó de gustarle. ―No me gusta ―negó. ―Eso puedo verlo ―asintió bebiendo su propio café con una sonrisa. Observó a su alrededor, podía ver con claridad el lugar sin problemas, sin embargo, una duda surgió en ella de pronto― ¿Nadie puede vernos? ―No, cuando me presento en este plano, los humanos no pueden verme ni al puente, tan solo una gruesa capa de blanca neblina ―explicó. ―Yo puedo verte, cuando estoy del otro lado, no veo neblina, Nuée ―susurró curiosa. ―Bueno, eso es porque tienes unos ojitos bendecidos por los Dioses, puedes ver tanto como quieras creer ―sonrió. ― ¿Creer para ver? Pensé que el dicho era al revés ―rió. ―Una vez más los humanos han malinterpretado todo, no necesitas ver para creer sino todo lo contrario ―se puso de pie estirando su mano hacia la joven para ayudarla a incorporarse―. Cuando creas que eres capaz de ver hasta lo imposible, será cuando tu tercer ojo se abra al mundo y seas receptor de todas las maravillas que se encuentran a simple vista pero que no eres capaz de ver. ―Es hermoso lo que dices, me encantaría poder ver todo desde tu perspectiva, es decir, tu plano debe ser lo más bello que exista ―sonrió. ―Mi mundo está fuera de tu imaginación, no hay colores más vivos, criaturas más maravillosas y sensaciones más asombrosas, pero, la Tierra, tiene ese no sé qué que llama mi atención; es como ver un parque de diversiones que ustedes no saben aprovechar y que están dañando ―suspiró, el semblante de la chica cambió rotundamente, se sentía triste ante la verdad de sus palabras. ―No puedo discutir a ello, tienes toda la razón ―susurró. ―No pongas ese rostro, no me gusta ver a las personas tristes ―palmeó su cabeza con cuidado―. Ven, voy a mostrarte algo. Caminaron hasta el borde del puente, el de hebras ébano sonrió tendiendo su mano hacia su acompañante instándola a tomar su mano, Ali dudaba si realmente era bueno, no tenía la más pálida idea de cuáles eran las intenciones del Dios con tal acción pero decidió seguir el consejo; creer para ver. En cuanto ambas manos se estrecharon y entrelazaron sus dedos, un saltito de parte del muchacho de orbes azulinos hacia el lago jaló a la rubia humana para obligarlo a cerrar los ojos con fuerza esperando el chapuzón, uno que nunca llegó; abrió los ojos con lentitud observado a su alrededor buscando explicaciones y respuestas, en cuanto notó que sus pies no tocaban suelo firme dirigió su vista hacia los mismos para percatarse que estaba flotando prácticamente sobre la superficie del lago. Boqueó sorprendida, atónita, incrédula, sus orbes no podían estar más abiertos o de lo contrario saldrían expulsados hacia quién sabe dónde desde sus cuencas. Nueé se carcajeó de las reacciones de la joven, no se cansaba de ver la curiosidad y el asombro en dichas criaturas, no entendía cómo es que los demás Dioses no se maravillaban con ellos como lo hacía él. ―Mientras sostengas mi mano, serás afectado por mis habilidades ―sonrió con tranquilidad, todo del Dios irradiaba paz, paciencia, calma, serenidad absoluta. ―Es asombroso ―murmuró sonriendo. ― ¿Verdad que sí? Creo que es uno de mis pasatiempos favoritos, el levitar por la superficie del lago o sobrevolar la ciudad cuando todos duermen, escuchar la paz que ronda las grandes ciudades cuando todo se apaga, cuando los ojos se cierran y las estrellas resplandecen tanto que opacan a Artemissa y que encantan a Sova ―suspiró moviéndose lentamente para ofrecerle a su pequeña amiga un suave viaje. Lejos del pueblo, perdido entre hectáreas de campo verde, un grupo de soldados camina cuidadosamente observando sus aparatejos tecnológicos en busca de aquella energía especial que emanan los seres sobrenaturales, esperan tener algún tipo de suerte para poder hacerse con uno y capturarlo; una de las maquinas comienza a pitar levemente, sus sensores marcan movimiento cerca, el grupo se hace señales tácticas entre ellos dividiéndose para rodear el objetivo, caminan con sumo cuidado, aquel pobre ser que se encuentra tan solo a pasos de ellos les da la espalda ajeno a todo, concentrado en sus meditaciones para poder visualizar los secretos de las constelaciones. Las puntiagudas orejitas de aquel joven inmortal se mueven levemente, voltea observando por sobre su hombro para ponerse de pie confiado, observa entre la maleza elevando una ceja con suma curiosidad y en cuanto ve aparecer al grupo de humanos militares sonríe con gracia, no les teme, no parece captar que ellos emanan peligro por cada poro de su piel y es que los Dioses no están acostumbrados a interactuar con las personas desde hace antaño, la última vez que pudieron congraciarse con el hombre fue siglos atrás. Hay cosas de esta época que ya no son como antes. ―Sean bienvenidos, humanos, ¿En qué puedo ayudarlos esta bella noche? ―pregunta evaluando a cada uno de ellos. Por su parte, los soldados parecen haber quedado encandilados con su presencia, la piel que recubre al joven es demasiado oscura, pintada de centellantes puntitos casi como… como… Como si el manto nocturno hubiera caído suavemente sobre su tez para cincelar sus estrellas en cada poro de su piel efectivamente, su cuerpo está formado por una pequeña parte del cielo estrellado y sus ojos de un color anaranjado que sobresaltan en contraste con su apariencia, de sonrisa amable y mirada amorosa, los observa como si fueran lo más bonito que ha podido ver en su vida. ―Apréndanlo, lo necesitamos con vida por lo que tienen prohibido hacerle algún tipo de daño, grave ―mandó quien estaba a cargo del escuadrón, el grupo se movió con rapidez atacando al inocente Dios que se vio sorprendido por tales acciones. Sólo uno de los soldados más jóvenes se echó atrás, él se había enlistado hacía años para proteger su patria no para a****r seres inocentes solo por los caprichos de un grupo de codiciosos, envidiosos y avariciosos hombres. Qué vergüenza sentía, sin embargo, solo pudo alejarse debido a que no tenía ni voz ni voto en aquella jugarreta que habían creado contra el inmortal que fue golpeado abrupta y salvajemente para ser sometido, al parecer era de los Dioses más pacíficos y con habilidades poco peligrosas, solo la luz de la luna sabría cuanta tragedia traería al mundo espiritual esa noche. Las estrellas llorarían profundamente que su amo fuera sometido tan desalmadamente.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD