DIECIOCHO

1607 Words
Alina observa todo a su alrededor, se encuentra en una habitación bastante común, con una ventana cerrada, una mesa y una silla donde en efecto se encuentra sentada. Traga duro, no sabe qué es lo que está sucediendo ni por qué la noche anterior fue atacada por dos hombres que la secuestraron, sí señores, eso hicieron y luego de haberla aventado dentro del vehículo que los esperaba terminaron sedándola; no recuerda cómo es que llegó a esa habitación, solo sabe que un gran dolor de cabeza fue su castigo cuando abrió los ojos, eso y el hecho de saber que Nuée no volverá a la Tierra a verla, aprieta los labios, ¿Qué más puede sucederle? ¿Por qué a ella? Lo peor de todo era el miedo de no saber si regresaría a la casa hogar, las encargadas estarían asustadísimas por su desaparición, jamás había llegado ni un minuto antes de que se fueran a dormir los niños, ¿Lo estarían buscando? ¿Estaba lejos de Eleonor o seguía en el pueblo? ¿Qué querían de ella? De pronto, la puerta se abrió dejando ver a una mujer de negros cabellos que le sonrió con amabilidad, cerró la puerta encaminándose a tomar asiento frente a ella mientras dejaba sobre la mesa algunas fotos y documentos; Alina se limitó a observar sin expresión en su rostro, tratando de no abrir los ojos en demasía cuando notaba que las fotografías eran nada más y nada menos que del puente al que solía ir, tragó duro sabiendo que se trataba del grupo de soldados que estuvieron en la cafetería, es más, ella le era vagamente conocida. —Buenos días, ¿Cómo estás? ¿Te han tratado bien? —preguntó finalmente Celine. —Me han secuestrado, ¿Cómo cree que estoy? Me han sedado, no me encuentro bien en lo absoluto —negó. —Oh, lamentamos eso, pero fue algo que debimos hacer para poder tenerte aquí, sabíamos que no aceptarías de buena voluntad —sonrió—. No tienes que preocuparte, nadie te hará daño, por el contrario, queremos charlar contigo y ofrecerte mucho, alguien como tú y en tus condiciones debería ser consciente de que es una buena propuesta. —No quiero nada de ustedes y no tengo nada para decir —negó—. Quiero irme a casa. —No tienes casa —soltó molesta—. Bien, visto y considerando que no vas a cooperar pasemos a lo que verdaderamente importa, quiero saber todo sobre el Dios de las Nubes. —Lea un libro, en la biblioteca encontrará todo tipo de leyendas, seguro saldrá bien instruida —soltó sin más. —Mocosa, más te vale hablar ahora mismo, sabemos que tienes algo que ver con lo que sucede en ese puente, ¿Crees que somos estúpidos? —encendió una pantalla enseñando fotos y videos—. Ese eres tú, Alina, justo cuando ingresas es que la neblina aparece pero lo más interesante es lo que nuestros censores han captado —enseña con una sonrisa—. La energía que se despide siempre es la misma, incluso la hemos rastreado hasta la casa hogar, donde vives, ¿Coincidencia? No, claro que no, porque cuando te marchas, todo vuelve a la normalidad. —No… —negó. —Solo nos deja claro que tienes contacto con el Dios que habita el puente, entonces, queremos que nos ayudes a comunicarnos con él, ¿Cuál es su nombre? ¿Qué te ha enseñado? —volvió a tomar asiento interesada. —¿Realmente crees que voy a ayudarte? —la observó con desafío en su mirada. —Alina, tener contacto con un Dios de la manera en que lo has hecho tú es algo que no sucede jamás, ¿No lo ves? Tienes la oportunidad de ser parte de algo grande, con sus dones de nuestro lado podríamos lograr muchas cosas —intentó explicar buscando convencer a la muchacha lo más que pudiera. —No sé nada, no tengo información —se mantuvo firme. —Bueno, parece que no tendré más opción que obligarte —se puso de pie—. Veremos qué harás cuando tu preciado Dios regrese a tu encuentro. —Él no volverá —negó. —Querida, no es la primera vez que hacemos esto, tenemos métodos efectivos para hacerlos aparecer, llámalo engaños y tú serás parte de ello aun cuando no quieras —tomó los documentos encaminándose a la salida—. Bienvenido a MKS, será tu nuevo hogar hasta nuevo aviso. —Esto está mal, es ilegal, ¡Me van a encontrar! —gritó poniéndose de pie. —¿Quién buscaría a una huérfana? Nadie, eres mayor de edad, bien pudiste irte siendo una malagradecida que ni siquiera pudo dar aviso. No te va a buscar absolutamente nadie, puedes estar seguro de ello —sonrió—. Tú serás el Talón de Aquiles de ese Dios que proteges. —Nunca obtendrás lo que quieres, no es tan fácil como dices, no regresaría por mí, no valgo nada en realidad, solo fueron encuentros para regodearse en que es superior a la humanidad. Se ha ido, cerrará su portal, no vas a volver a ver nada que tenga que ver con ese mundo —mintió, quería hacerla creer que no había razón para que Nuée regresara por ella. —¡Celine, tenemos nuevas lecturas! —Jackson ingresó alterado—. ¡Los censores indican que la energía se desvanece, algo más sucede! —Te lo dije —sonrió la rubia. —¿Qué? ¿Cómo que se desvanece? Regresará luego, no tenemos que alterarnos —la mujer relamió sus labios sopesando lo dicho por la prisionera. —No, Celine, realmente algo está cambiando, las frecuencias no han dejado de bajar, incluso la temperatura del lugar cambia, las masas de aire, todo está disminuyendo —Ralph ingresó, se acercó a Alina para tomarla por el cuello y estrellarla contra la pared—. ¿Qué es lo que está pasando? Dime ahora o te juro que enviaré personas no muy amables a tu amada casa hogar, tal vez tus encargadas puedan decirnos algo que no sepamos. —¡No, déjalos, es una casa de niños! —espetó tratando de defenderse—. ¡Cierra la puerta a su mundo, no van a poder verlos nunca, por idiotas! —¿Cierran la puerta? ¿Qué? —Celine se apresuró a salir del reciento, su compañero la siguió arrastrando consigo a la chica que observaba a su alrededor asustada, no reconocía el lugar, no tenía idea de dónde se hallaba—. Mierda, tenemos que darnos prisa, suban la mocosa al coche, iremos a ese puente, no podemos perder esta oportunidad. —¡Ya oyeron, muévanse! —ordenó MinYang, todos los soldados se movilizaron de inmediato—. Traigan el generador de ondas y el extractor de energía, ¡Vamos, vamos! —¿Extractor? —la chica frunció el ceño no pudiendo librarse de quienes lo mantenían prisionera. —La única forma de obtener el poder de un Dios es extrayendo sus energía espiritual, ¿Cómo crees que mueren? —Celine la observó—. Es un sacrificio que se hace por el bien de la humanidad. —Matar a esos seres solo demuestra tu mediocridad —respondió iracunda. —Tú eres una pobre muchacha que no tiene idea de nada, solo tuviste algo de suerte —le dio la espalda, con un movimiento de manos hacia los soldados estos arrastraron, prácticamente, a Alina rumbo al vehículo—. No tenemos mucho tiempo… El puente de las Nubes era ahora sede de la tarea ardua de Nuée por cerrar el portal, como dueño y señor del Santuario, era su deber terminar con todo allí. Desde temprano había regresado al sitio para anunciar a las pequeñas criaturas que allí habitaban que era momento de volver a Olevón, no podían quedarse desamparadas y Ambros no iba a permitir que alguien las capturara por lo que mejor era tenerlas a salvo. El pelinegro observó hacia el pueblo, ¿Cómo estaría su amada? ¿Estaba enojada con él? ¿Lloraba como él? Esperaba que la humana pudiera salir adelante, olvidarlo y ser feliz lejos del pueblo, tal vez en la ciudad principal, con una pareja que la amara mucho… Haber regresado a Olevón después de tanto tiempo ha sido grato, no puede decir que no ya que sus hermanos y amigos lo recibieron con cariño y alegría, pero no es lo mismo que esperar encantado sus encuentros con Alina. Siente que algo importante se le perdió, ¿Se sentirá así durante toda la eternidad? ¿Qué puede hacerse para que su pecho no se cierre? ¿Alguna vez deja de sentirse vacío? ¿Qué hacen los humanos para lidiar con ese pesar tan feo? ¿Por qué nadie le dijo que amar es doloroso? ¿Por qué se enamoró tan profundamente? ¿Por qué es tan cruel todo? Ali podría tener una vida, superarlo en algún punto de la misma y seguir adelante como cada persona en la Tierra que sufre un desamor, pero él… Él estaría ligado a ese amor por siempre, nadie más ocuparía sus pensamientos, jamás olvidaría algo relacionado a Alina Prince porque esa era la única forma de estar con ella, de sentirse querido por sus recuerdos. —Voy a extrañar venir aquí… —suspiró, de pronto ya no se veía disfrutando de las cosas cotidianas, ya no quería curiosear como siempre había hecho, estaba triste y Sova le dijo que estaba bien sentirse así pero que no debía ser para siempre, la pregunta era, ¿Podría dejar ese sentimientos de lado?
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