Sus pieles estaban frías por el baño. Estaban frías y suaves, casi tersas. Lo que más físicamente le gustaba a Violet de su novio era su piel blanca y bien cuidada. No se cansaría de decirlo: Gabriel tenía mejor piel que ella. Le fascinaba cómo se le veían los diminutos lunares en el pecho, cerca al cuello, donde hacían forma de triángulo. También tenía uno en la pelvis, casi en forma de corazón diminuto. En el muslo derecho tenía una pequeña cicatriz, le dijo que fue por un corte que se hizo de niño mientras jugaba a los piratas con unos primos. Sintió que en el baño tuvieron una gran intimidad. Él le masajeó el cabello, mientras se lo lavaba, como si fuera una niña pequeña. Gabriel por momentos la cuidaba tanto como si tuviera a su cuidado a una niña pequeña; y no podía negarlo, le