CAPÍTULO 1

1254 Words
1 años atrás. Es mi primer día en de trabajo seré camarera en uno de los restaurantes más lujosos de todo Manhattan, gracias a mi amiga Angie, quien también trabaja acá. Busque un trabajo porque estoy en mi último año de universidad en la carrera de administración y finanzas. Si bien no tengo necesidad de trabajar porque mis padres cubren mis estudios y todo lo demás Solo trabajaré los viernes en las tardes, sábados y domingos todo el día. Espero que el ambiente sea bueno. Ella quiere demostrarles a todos, que ya no es la princesita de la casa y que puede valerse por sí sola. Si bien el trabajo es bastan y muy, pero muy agotador, la paga es buena, ni hablar de las propinas, muchos qué dejan, otros solo pagan y dan las gracias por el buen servicio. Pero también algunos tratan de hacerte la conversación, para sacarte información personal o de plano te invitan a salir, cosa que jamás aceptaría. Del dueño del restaurante solo sé, que no es el único que posee, ya que tiene en varios países y que también tiene dinero a manos llenas, que ni el mismo sabe cuánto tiene. No sé nada más porque él no habla con simples mortales como nosotros. Palabras del mánager del local. Pero me afecto tanto, pero tanto que acá estoy comiéndome una hamburguesa doble con tocino y papitas jajajaj, es que me preocupo tanto que no he podido comer, jajajaj, yo si lo viera le diría Wey ni te topó. Angie nuevamente saca el tema del dueño de los restaurantes, le vuelvo a decir, que no me interesa, ella niega divertida, mientras un grupo de jóvenes llega, ella al ser la anfitriona los recibe con la mejor cara que puede tener. Cuando los acomodan me toca su atención porque es mi sector esta semana, son varios hombres de 20 a 25 años, todos guapos, eso sí que sí. Pero yo no estoy interesada en nada de eso. . — hola guapa. — dice el colorín de ojos verdes. — .— buenas tardes mi nombre es abby y seré su camarera por el resto su estancia. .— un chico rubio me mira y pregunta.— HEY tú puedes pedirle el número a la chica de la entrada. .— miro a Angie quién está con otro cliente. .— disculpen, pero no estoy autorizada a dar el teléfono de mi novia. Todos me miran y miran a Angie varias veces. Y asi es como nos deshacemos de los patanes que vienen a buscar una noche de pasión con las chicas, muchas han caído en sus palabras y después hasta con hijos han quedado, y ellos arrancan y si te he visto no me acuerdo. De hecho una chica que es camarera quien se llama sofí cortes, se dejó endulzar el oído y cayó redondita, él la embarazó y la dejo. Meses después…. . — veo que todos corren de un lado para el otro, me dicen que debo arreglarme de inmediato que el dueño viene llegando. . — voy donde Angie, ella está con un traje elegante de 2 piezas. Me dice el dueño llego, que me arregle. La miro y me repaso con la mirada confundida porque estoy con el uniforme. . — no presto atención alguna, me dedico hacer lo que debo hacer. Tomar órdenes y listo. . — cuando estoy con un cliente, que trata de tirar las manos, se las tomo y se las doblo. Crecer con 3 hermanos te da ventaja de saber defenderte. Él empieza gritar, llega Angie con cara de preocupación, el jefe de camareros que quiere ponerse de parte del fulano, pero un hombre en la mesa del lado le explica que él vio como el hombre intento tocar mi trasero sin autorización. Pero la mano larga quiere dar a entender que yo me insinué, el hombre sale nuevamente en mi defensa, lo cual el gerente lo mira mal, le dice que, si ya termino su cena, la casa invita, pero que esto él lo arregla. El hombre sonríe y se sienta nuevamente en su mesa, habla en otro idioma, perdón, pero yo hablo español y mal español. Solo esos dos idiomas. El hombre no quita su mirada de nosotros hasta que llega el gerente del local, el cual nos mira y después su rostro vuelve al hombre, el cual le hace una seña con su mano para que se acerque, conversan algo y él solo siente. Una vez llega le pide al hombre mano larga que se retire y que tiene prohibido el ingreso a cualquier hotel, bar y restaurante de la cadena del señor Schwartz, son órdenes. El hombre grita y se viene en mi contra, pero antes de que me toque un pelo, 2 hombres de seguridad que no sé dé donde salieron, lo toman de sus brazos y lo sacan frente la mirada de todos los comensales que había. El gerente les dice en voz alta que el caballero fue expulsado por abuso hacia una de las meseras a uno de los clientes cuando le pregunta y que el Sr. Schwarz está en contra de cualquier tipo de agresión hacia una mujer u hombre y más si es de su personal. Ya amo a ese caballero, le informo que sí se encuentra para agradecerle. El gerente me dice que el Sr. Schwartz vio las cámaras. Solo asiento agradecida. Cuando sigo a mí, jefe sito, miro a la cámara y le hago un corazón con mis manos. Ya han pasado varias horas desde el incidente, cuando ya estamos listos para irnos se escuchan gritos. Pero no le damos importancia. Me dirijo a mi moto, — un regalo de mi papito cuando me vine a estudiar a nueva York. Al día siguiente, mi turno empieza, con escasez de clientes en el restaurante. Bueno, solo el hombre guapo de anoche está al final del local. He limpiado las mesas 1 millón de veces, — bueno, exagero—, pero Le digo al jefe que si sigo limpiando las mesas estas van a desaparecer de tanto friegue y friegue, escuchó una carcajada a unos metros de nosotros. Y juro por dios y los ángeles que esa risa ronca me hizo tener un orgasmo. *Aunque no sabría si es así porque soy virgen y no me interesa estar jugando con mi amiga, y no he tenido las ganas, menos la necesidad, hasta ahora.* Les pregunto a unos de los chicos que si hoy se atenderá, ya que no entran ni las moscas. Al terminar la pregunta, llega mucha gente y ya entendí el local fue reservado por una pareja, para su matrimonio o algo asi. .— claro nadie me aviso, eso me enoja, pero después recuerdo que soy una simple camarera y no tengo arte ni parte, con los dueños. Es más, jamás los he visto. Ya cuando acaba todo, estoy con mi cuaderno, el cual uso para dibujar porque esto siempre me ha ayudado a canalizar mis emociones, pero ahora lo hago por qué un hombre se metió en mis pensamientos y no sé qué hacer para sacarlo. Me lo he pillado mirándome, eso me prende, pero también me da miedo. Mi lápiz rueda en mis dedos, rápidamente y cuando siento una mano en mi hombro, doy un salto, en un acto de defensa tomo el lápiz como arma. ----------------------------------------------------------------------- Bueno, chicas arrancamos con esta nueva historia de amor y mentiras con un poquito de humor. Espero les guste...
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