Pov Antón. Decir que me siento mal es poco, los mareos y vómitos no me dan tregua, después de pedirle matrimonio a mi mujer no hemos salido del dormitorio. Ella me ha cuidado mucho, si la he visto un poco pálida, y con mucho apetito s****l, que me encanta, considerando que cuando empezamos ella era inexperta, pero le he moldeado a mi antojo en este sentido. Ella sabe que en el ámbito s****l yo mando dentro de la habitación y fuera soy su peón en su juego. Más no me importa. Gracias a dios no ha pasado nada en Manhattan y hemos extendido nuestra estadía por varios días. Ella decide que quiere ir a caminar y yo la complazco, pero a mitad de camino mi celular suena como si estuviera poseído, ella me dice que conteste que debe ser grave por la insistencia. Ella se aleja y con eso sé que