“La confidencia descubre quién era o no digno de ella.” André Maurois Anna escuchó la bocina del auto y reconoció que se trataba de Arthur. Se levantó de la cama, arregló su cabello, salió de la residencia y subió al auto. —¿Lista para la batalla? —preguntó él con absoluta seriedad. Ella sonrió y asintió con la cabeza. —¡Preparada y lista! —Espero todo resulte bien. —Haré todo lo posible para que así sea. Durante el trayecto a la mansión, conversaron sobre los honorarios de Anna. Ella le platicó un poco sobre las estrategias que utilizaría. A pesar de su corta edad, Anna era muy versátil y creativa. —Ya llegamos. —confirmó él, ella miró azorada aquel lugar. A diferencia de la primera vez, ella entró por la puerta delantera. Esta vez era por la parte de atrás. Aquella mansión era