Kim Seokjin se caracterizaba por dos cosas: Gentileza e inteligencia. Pero al abrir sus ojos luego de un grandioso sueño él no se esperó escuchar aquel anuncio de su madre, así que... él ahora —No entiendo— No entendía nada en lo absoluto. ¿Eso lo hacía un tonto?, ¿uno momentáneo quizás? —Podrías..-
—Serás tutor de un jovencito problemático— Uh... tal vez tuvo que haber omitido la palabra problemático. La mujer pareció pensarlo, pero terminó encogiéndose los hombros para sí misma.
—No— Negó rápidamente cuando aquellas palabras chocaron nuevamente en él.
Él no podía simplemente ser gentil siempre, uh, ¿pero tal vez él solo era gentil con su mejor amigo?.
—Jin, hijo, ese muchacho necesita ayuda, y sé que tú eres la persona indicada para ello— La Sra. Kim se mantenía un tanto seria y preocupada, pues cuando recibió el llamado de su buena amiga Park, ella realmente había podido compenetrarse con la situación contraria. Además, era un buena oportunidad para que su hijo pusiera en práctica su método de enseñanza, puesto que muy bien sabía que él quería llegar a ser un profesor.
Jin negó nuevamente, caminando hacia la alacena en busca del frasco de azúcar —No pasara mamá, no voy a ser tutor de nadie, por ahora— Una, dos.. tres, tres cucharaditas de azúcar y su café estaba listo. —Y...- dejando dos pares de platos sobre la mesa del comedor, anunció:—El desayuno está listo, ¿dónde está papá?—
—Solo veo dos platos, ¿no desayunaras?— La mujer dijo al tomar asiento —Y..-, un buenos días en murmullos se escuchó, se trataba del señor de la casa. —Aquí está tu padre— le dirigió la mirada a su esposo —Cariño, te dije que dejaras esa película para hoy, mírate, pareces un zombie ahora—
—Ehm... ajá, claro, porque no...— balbuceos sin sentido salían de la boca del hombre —Café con papel.. estaría bien para mi...—
Ignorando en sonrisa a su padre, Seokjin dijo:—Desayuné mientras hacía el desayuno— solía ocurrir. Luego observó la hora en su celular, aún tenía algo de tiempo antes de caminar hacia la escuela.
La mujer también ignoró a su esposo al retirar el rollo de cocina lejos de su alcance —Hablando de zombies...- ella empezó a decir, Jin murmuró en sonrisa un audible:-"Solo tú estás hablando de eso"-, —Escuche que iba a salir un nuevo videojuego de zombies— le dio un sorbo a su jugo de manzana.
Seokjin entrecerró sus ojos —Estas... no vas a sobornarme con algo como eso, además, los videojuegos no me interesan—
—¿En serio?—, alzando una ceja terminó ofreciendo —Serán dos videojuegos nuevos—
Jin chasqueó su lengua, esa mujer que tanto amaba lo conocía perfectamente —Tendré mis dos videojuegos aunque lo deje el primer día— pues él no dudaría en irse si aquel chico le traía problemas o no estuviera realmente atento a su enseñanza.
—Los tendrás— ella confiaba en que se llevasen más que bien desde el principio.
Jin sonrió aún más, ¿a quién quería engañar? Él no era muy diferente a Jiminie, ambos se la pasaban horas frente a un pantalla y pateaban traseros putrefactos. Pero una mueca arruinó su sonrisa al caer en el ahora, ahora su mejor amigo le dedicaba la mayor parte de su tiempo -por supuesto era entendible- a su novio. Pero bien, él podría ir, o ser arrastrado, nuevamente, hacia la casa de Yugyeom y tener una buena partida con aquel grupo entusiasta.
—Cariño, llegarás tarde—. Escuchó a su madre decirle, logrando despabilarlo.
La despedida se dio, y Seokjin se encontró muy pensativo todo el camino hacia la escuela, o más bien, él se estaba recriminando sus acciones del día de ayer, pues si bien se dejó arrastrar por Jungkook de camino a su casa, él debió de haberse frenado, había tenido el tiempo de todas formas, pero no pasó, simplemente terminó en casa de Yugyeom hasta llegada la noche. Y no es que le molestara, para nada. La cosa era que había querido estar en casa de su mejor amigo, al menos caer para la cena, momento donde cierto chico se encontraría.
Claro no lo admitiría en voz alta. Tampoco nombraría a esa persona a los cuatro vientos.
Otro chasquido de lengua y puso a sus piernas a andar de vuelta, ¿qué tenía que hacer para lograr estar, aún sea, un poco más cerca de ese chico idiota?. —Ah...— esta vez un suspiro cansado abandonó de sus labios.
—No luces bien— ese tono se escuchó un tanto tosco y forzado, casi obligado.
Seokjin miró a su lado, sin dejar de caminar, y dio con Park Chanyeol, el chico lucía todo amargo y —Tú luces peor que yo—.
Chanyeol traía el cabello revuelto, ojeras y una amarga, muy amarga expresión en su rostro. Era un bulldog solo por las arrugas en su entrecejo. Entonces sí, definitivamente Park Chanyeol no lucía mejor que Seokjin.
En tono divertido Jin preguntó:—¿Culpa del hermano menor de Yoongi tal vez?—. Obtuvo una afirmativa con solo observarle poner los ojos en blanco y gruñir algo por lo bajo, o más bien, Chanyeol solo mostró sus dientes en desagrado. —¿Tan rudo es el hermanito menor de Yoongi?—. Él personalmente había tenido el agrado de conocer al chico, y bien, no fue nada de otro mundo, y él sabía -por su mejor amigo- que el tal Baek era todo un chico rudo. Jimin no había querido hacer uso de otra palabra, así como, malvado o que era el mismo diablo.
Era sencillo, o alguien mentía, o no había estado el tiempo suficiente con Baekhyun como para comprobar aquello.
Chanyeol calmó su estado de ánimo solo un poco y dijo:—Él me estresa, pero se terminó- dio con la mirada de Jin y prosiguió al volver a mirar a su delante —Ayer traté de hacer las paces, él me rechazó— Uh, él había sido terriblemente echado a los gritos y con amenaza de un llamado, nuevamente, a la policía. —Entonces eso es todo, él mocoso tonto se lo pierde—
—Él se lo pierde...— Seokjin repitió en tono bajos, pero al parecer fue escuchado ya que Chanyeol asintió muy seguro de sí mismo —¿Sabes qué no eres la gran cosa, verdad?— Aunque, había algo que no llegaba a entender y por ello preguntó antes de que Chanyeol soltara algún reclamo ante el insulto no tan sutil, —¿Cuál es tu relación con él de todas formas?— Jin se vio recordando los días anteriores, dando con momentos que realmente no llamaban su atención, pero los había presenciado; Park Chanyeol y Min Baekhyun habían estado así como un tanto unidos, y ellos parecían divertirse con sus constantes discusiones vaya a saber de que.
—Teníamos un acuerdo— Se encogió de hombros, —Pero supongo que ya no, bien— Sonrió, o trato de hacerlo. —Mandaré al diablo al mocoso— Sonaba decidido, era algo que definitivamente haría, pero también estaba el hecho de que no dejaba su amargura de lado. Era contradictorio.
—Claro— Seokjin dedicó mirada de reojo, y no era la primera vez el preguntarse: ¿Qué fue lo que vio Jiminie en Chanyeol?. Si bien el chico era llamativo, atractivo y bastante alto. A Jin le gustaba los chicos altos. Volviendo, él cayó en cuenta que Chanyeol era una persona con dos caras, pero ultimamente estaba siendo auténtico, como ahora, ya no se guardaba sus maldiciones o dedicatorias desagradables. Jin no sabía si aquello era algo bueno o no.
Unas risas se escucharon de fondo desde la otra vereda, se trataba de dos chicos que iban a las bromas. Dos buenos amigos. Bueno, Baekhyun y Seungkwan lo eran. Jin volvió con su mirada a Chanyeol, él ahora observaba al par, y pareciera que se estuviera esforzando para no hacer el tonto o algo parecido.
Jin fue más lento con sus pasos y ya no estaba a la par con Yeol, pues quería tener una mejor visión de esos dos, uhm.. Baekhyun alzó su dedo del medio en los aires y Chanyeol solo atinó a ignorarlo amargamente, porque ese gesto había sido especialmente dedicado para él.
Entonces Seokjin lo decidió, si, él no se involucraría en ese asunto, así que solo siguió su camino una vez vio a Chanyeol cruzar la calle e ir donde el hermano menor de Min. Bien. Su atención no iría a ellos.
—¡Jin!—
Oh, diablos.
—Minho, hola y adiós—
El nombrado se apresuró y se echó hacia atrás al estar a nada de poner sus manos sobre los hombros contrarios —Espera, hablemos—
—No—
—Ya lo estamos haciendo— Minho comentó bobamente en medio de sonrisa divertida, pero había y hubo cautela en su expresión y tono de voz.
Seokjin dejó de caminar —Realmente no sé el motivo para que seas odiado por mis amigos, pero tampoco necesito saberlo— hizo una muy corta pausa —A lo que quiero llegar es, no vamos a ser amigos y tampoco algo más— Y por más rivalidad que hubiera entre los grupos, él no estaba actuando distante y cortante con Minho por ello, la razón principal era porque Choi Minho había agredido a cierta persona que le resultaba interesante. Además, por más alto que Minho fuera, él no le resultaba interesante y mucho menos de la manera romántica.
—¿Tan obvio soy?— Minho preguntó, rascando descuidadamente su nuca.
No parecía ser un chico tan malo, pero el tuvo una riña con la persona equivocada. Seokjin apartó la mirada y retomó sus pasos. Minho ahora iba a la par con él. —Lo eres, digamos que no fue muy sutil tu invitación de ayer— El chico había usado palabras muy obvias. Prácticamente se había declarado, torpemente, pero lo hizo.
—Metí la pata, ¿eh?—
Jin se encogió de hombros, había sido lo mismo para él.
—Tal vez si me dieras la oport-
—Estoy saliendo con alguien— Seokjin aún no quería hacer uso de la palabra "novio", aquello le otorgaría seriedad y bien, no quería ir tan rápido.
Minho pensó antes de hablar, cosa que normalmente no hacía —Entiendo, aun así, creo tener una oportunidad. Me refiero, no son pareja aún—
—No lo somos, pero-
Minho se alejó en sonrisa, y vociferó —¡Entonces haré que te enamores de mi!—
Diablos. Diablos. Y muchos más diablos.
En sonrojó y evitando mirar hacia las personas que ahora lo observaban, caminó a toda prisa y nuevamente se encontró recriminándose, diciéndose lo tonto que había sido al no mentir un poquito, pues el decir que ya tenia novio le hubiera ahorrado la situación con Minho y la vergüenza de ahora. Pero rayos, a él no le agradaba mentir, ¡Nunca lo hacía!, pero había una excepción.
Ingresó con rapidez a la escuela, y había sido bastante su suerte ya que al parecer ningún estudiante presenció aquella escena, donde Minho daba a entender a los cuatro vientos que le gustaba.
—Él fue intenso, y bastante penoso también— Hani. Hani riéndose en su cara. Hani burlándose de él.
Claro, ¿cómo es que había pensado que nadie de la escuela presenció la escena al estar cerca del lugar?. Jin cerró su casillero siendo ruidoso.
—"¡Entonces haré que te enamores de mí!"— La risa de Jungkook se escuchó luego de repetir las palabras de Minho —¡Oh, mi bella princesa, haré que te enamores de mí!— Él agregó diálogo.
—¡Pero Romeo!— Exclamó Yugyeom —¡Estoy saliendo con mi entrenador!—. Simplemente no desperdiciarían el momento. Risas.
Par de idiotas. Seokjin se tragó su dedicatoria y solo gruñó por lo bajo, sintiendo sus mejillas algo calientes y teniendo pensamientos algo así como: Ahora es buen momento para que la tierra se lo tragara vivo.
—¿Por qué tanta risa?—
Seokjin tal vez enrojeció un poquito más al escuchar la voz de Namjoon. Tragó saliva, realmente, realmente era buen momento para que el suelo se abriera y él cayera en las profundidades.
Hani entrecerró sus ojos de manera divertida, —Bueno, Choi Minho anunció libremente-
—¡Proclamó!— interrumpió Jeon.
Hani rodó los ojos —Proclamó, su amor por este chico— dejó caer su brazo sobre los hombros de Jin, este le devolvió la mirada sin perder su sonrojo. Hani rió divertida.
—Ah— Namjoon abrió su casillero y entonces... nada.
—Aburrido— Hani soltó a Jin, caminando donde el par inseparable se encontraba.
Namjoon terminó de cerrar su casillero y dijo, sin pensar. —Él no suele tener buena intenciones, ten cuidado— advirtió.
Las risas se apagaron.
Seokjin rápidamente perdió su sonrojo, y la sorpresa lo agarró desprevenido. ¿Qué rayos fue eso?.
Namjoon rápidamente se vio cayendo en cuenta de las palabras que soltó, pero no entró en pánico, no visiblemente al menos, era un caos en su interior. Él caminó lejos, dirigiéndose hacia el salón de clases de manera calmada.
Jungkook fue el primero de hablar luego de parpadear una infinidad de veces al igual que el resto. —Al parecer... ya estas agradándole— dijo de manera algo lenta, no seguro —Es eso, o realmente Minho es una mier- Yugyeom cubrió su boca con su mano.
—Tu mamá me dijo que te golpeará cada vez que digas alguna maldición, estoy siendo buen amigo ahora— informó.
—Ah, eso es bueno, ya era hora que ustedes dos sean amigos— Hani palmeó con entusiasmo el hombro de un, ya no tanto, aturdido Seokjin. —Como sea, hora de ir a clase—
—Si, y ¿alguien tiene idea en dónde están Jimin y Yoongi?...
La conversación que ahora tenían esos tres quedó en segundo plano para Seokjin, tal vez ahora no este tan aturdido como hace unos minutos, pero si se encontraba algo sorprendido. ¿Realmente había sucedido el que Namjoon le advirtiera sobre Minho?, ¿por qué?... ¿Estaba pensándolo demasiado? De todas formas cualquier persona se tomaría esa molestia de advertir algo malo, ¿o no?.
Bien. Es solo que, Kim Namjoon no era cualquier persona. Y de hecho, él lo odiaba... ¿cierto?.
Correcto. Su día no podía empeorar o ponerse mucho más confuso.
Uh.. tal vez no debió de decir aquello, porque tal vez su día si podía verse mucho más confuso y puede que empeorara, puede...
Luego de las clases nada parecía haber cambiado, Namjoon siguió con su actitud indiferente para con Seokjin, y el par siguió con sus burlas, claro Hani igualmente, sobre lo de Minho. Y había que agregar que Yoongi se les sumó también, aunque este era menos intenso, pero solo su risa burlona era suficiente para hacer que las mejillas de Jin mantuvieran el rosa intenso de la verguenza. Entonces, el único que se encontraba no siendo burlón, era Jimin, aunque Seokjin sabía que su amigo quería reír al menos un poquito.
Las clases y el almuerzo habían sido algo agobiantes, pero para la suerte de Seokjin existían los horarios, la hora de escuela terminó y él prácticamente había huido apenas se escuchó el último timbre, pero logró responderle de manera apresurada a Jimin con una afirmativa. Al parecer tendría un pijamada con su mejor amigo.
... En fin, cuando Seokjin llego a casa se encontró a su madre al teléfono y ella no tardó en entregar el aparato diciéndole que el llamado era para él, pero bien, Jin nunca imaginó que se tratase de su antiguo jefe, y nunca se imaginó el que el hombre se tragará su orgullo y se disculpara de manera sincera para luego pedirle, casi desesperadamente, el que volviera a retomar su puesto de trabajo. Seokjin colgó a penas el hombre había terminado de hablar, oh bueno, colgó un poco antes pero aquello no hacía la diferencia.
Pero bien, su acción no quería decir que no aceptara volver, simplemente no sería sencillo el convencerlo y por supuesto aprovecharía esa oportunidad para pedir una que otra cosa, por ejemplo él comenzaría con un aumento. Definitivamente seria lo primero que Seokjin exigiría si es que lo querían de regreso, porque vamos, él realmente se lo merecía.
—Jinnie, hijo, a seis debes de estar en casa de los Kim—
—Claro— respondió este en sonrisa, esa llamada había mejorado su humor.
—Te deje la dirección sobre la mesa del comedor. ¡Ten cuidado hijo, adiós!—
Jin devolvió la despedida y su camino hacia la cocina se vio interrumpida ante el sonido que se escuchó venir de su celular. Caminando nuevamente hacia el living, él dio con su mochila sobre uno de los sillones de color vino tinto.
Jaebum. Claro, su ultimamente torpe cerebro logró recordar muy tardíamente que ellos dos tenían planes. Algo así como otra cita, uh, ¿cita?, si bien Jaebum había dicho esa palabra, el lugar mencionado para dicha cita no concordaba con ello en lo absoluto, a menos que el gimnasio donde iba a entrenar se transformara por arte de magia en algun lugar romantico a la luz de las velas.
Una manta, unas velas y una deliciosa comida delivery sobre sobre el ring de boxeo no era algo que esperaba, y no, no se estaba refiriendo a que aquello le pareciera una mala idea o que le resultase desagradable. Seokjin realmente amaría el que una persona se tomará todo ese trabajo de transformar un simple lugar en uno cálido y romantico, realmente lo amaría. Pero lamentablemente el conocía a Jaebum, el chico podía ser cariñoso, amable y respetuoso, pero cuando se trataba de ser romantico.. uh, él fallaba a la perfección. Era un tanto -mucho- bueno en ello.
Entonces Jin llegó a la conclusión de que Jaebum planeaba, nuevamente, hacer de su cita otra práctica de boxeo.
Suspirando silenciosamente asintió, pues el ya tenia su celular apegado a su oreja y mantenía conversación con la persona con la que estaba saliendo, pero que aún no era su novio.
—Claro, nos vemos en veinte minutos—
La llamada terminó.
Kim Seokjin amaba el deporte, sobretodo el boxeo, le gustaba ver y escuchar el cómo podían llegar a subestimarlo por su cara bonita y actitud pacífica. Lo que pasaba luego era divertido, esos tipos dejaban el ring después de recibir unos buenos golpes, y puede que uno que otro quedará por corto tiempo inconsciente sobre la plataforma.
Riendo un poco en el silencio ante el recuerdo, Jin se dirigió hacia su cuarto de baño. Al menos debería de estar presentable para su "cita", aunque sabía muy bien que era innecesario ya que no en mucho tiempo estaría sobre el ring sudando a mares gracias a la adrenalina de sus golpes.
—Tal vez fue mala idea aceptar salir con él...—
¿Tal vez?, ¿a quién quería engañar?. Él ahora solo quería volver a tener una buena amistad con su entrenador.
Jin se echó a "lloriquear" debajo de las gotas de agua. No lo admitiría, pero estaba haciendo un berrinche, y si no tenía cuidado él terminaría resbalando...
...
Más tarde ese día Seokjin se vio sobre el ring de boxeo dando certeros y duros golpes sobre las manoplas que cubrían las manos de Jaebum. Él había estado en lo correcto, esta era su cita romántica. De pronto, se vio sintiendo mucho más agrado por su amigo y entrenador de hace unas semanas atrás, pues.. ellos solo eran eso y no lo de ahora. Jin se vio confuso, no había mucha diferencia.
Los golpes se detuvieron, Jin lo miró directo a los ojos y no pudo seguir guardando sus pensamientos y sentimientos, no cuando ya todo le estaba resultando algo tonto e incómodo. —Deberíamos volver a ser amigos, ¿no funcionamos juntos?— Él no quería ser rudo, pero quería dejar las cosas en claro. Vio una sonrisa contraria.
—Menos mal lo dijiste tú, yo no había tenido el valor— Jaebum rascó su nuca en pena —Yo.. uh, pensé que, no sé, tal vez me deje llevar por nuestra amistad y lo comprendí mal. Lo siento, y siento todas estas "citas" que tuvimos—
Seokjin también volvió a respirar —La vez en la que vimos una película en tu casa fue una buena cita— se encogió de hombros en sonrisa —¿Amigos?—
—Amigos— afirmó —Ahora, quiero que me des unos buenos golpes, hay que asustar a ese grupo de allá— Jaebum señalo sutil con un movimiento de cabeza al elevar ambas manoplas a la altura de su mandíbula. Seokjin perfectamente podía cumplir aquello. Pero antes, —¿Qué te ocurrió en la frente?— preguntó al percatarse de la visible mancha violácea que se visualizó cuando Jin pasó su antebrazo sobre dicha zona para limpiar el sudor.
Seokjin ladeó sus labios en mueca, auch.. el dolor seguía algo vigente —De alguna forma terminé resbalando en la ducha— ¿De alguna forma, eh?...
Finalizada las risas sutiles, la demostración de golpes de parte de Seokjin dio inicio.
Por lo tanto, no todo estaba yendo tan mal, pero hubiera sido un buen día si no se hubiera topado con Minho, ignorando aquello, todo estaba resultando bien.
...
Para cuando el entrenamiento matutino finalizó, Seokjin cayó en cuenta que nuevamente había pasado más tiempo de lo debido en el gimnasio, no había que curarlo, él amaba el boxeo y simplemente estaría dando golpes por el resto del día, pero no podía, no hoy al menos. Él tenía a un muchachito que enseñar.
Así que ahí se encontraba él, dirigiéndose tardíamente hacia dicha dirección que su madre había escrito sobre el rollo de cocina, una manía que al parecer ya no cambiaría.
A paso apresurados se dirigió a la casa luego de bajarse de su transporte. Respiró con calma cuando estuvo frente a la puerta, bien, seis y treintaicinco, no era el fin del mundo y nadie moriría por aquel retraso de su parte. Tocó dos veces el timbre.
—Siento la tardanza— Seokjin se apresuró a decir —Buenas tardes— regalo sonrisa.
La mujer Kim pareció confundida por unos segundo y luego mostró una sonrisa en medio denegaciones —Que tonta...— se dedicó —Pasa cariño— Y vaya, aunque le había tomado por sorpresa el ver que claramente Jinnie no era una chica, sino un chico, también le tomó por sorpresa lo bonito y educado que era. Ciertamente habían dicho puras verdades sobre ese jovencito. —Ire por mi vago hijo, no tardaremos—
Seokjin asintió —No se preocupe, después de todo soy yo el que se retrasó— otra disculpas salió de su boca. La mujer hizo un gesto de restándole importancia, Jin sonrió un poco.
No pasaron siquiera dos minutos y la mujer ya estaba de regreso y ahora ella sostenía un bolso y hacía sonar sus llaves. —Él estará contigo en un minuto, ahora yo debería de estar yéndome, así que... lo dejo en tus manos Jinnie, y no temas en usar la fuerza si es necesario, mi hijo puede ser algo testarudo— pareció pensarlo —Muy testarudo. Gracias y adiós, Jinnie— ella dejó su hogar muy felizmente.
Y la confianza que la mujer parecía tenerle había dado enteramente sobre Seokjin, así que él se obligaría un poco a poner de su parte para poder ser un buen tutor.
Un minuto transcurrió, Seokjin no podría reclamar nada. Cinco minutos pasaron, Seokjin seguía sin poder reclamar nada. Quince minutos, correcto, él al menos podía mostrar su entrecejo fruncido y un que otro suspiro cansado. Y fue en los veinte minutos transcurridos que Seokjin puso sus piernas a andar y se encaminó hacia el segundo piso, si bien él se había retrasado, no lo había hecho a apropósito, y algo le decía que aquel testarudo jovencito si lo estaba haciendo a propósito. Después de todo los chicos de hoy en día no se mostraban entusiasmados y agradables ante la idea de un tutor, pues simplemente no esperaban tener clases después de clases.
Seokjin lo entendía.
Una puerta se abrió. Una persona alta se dejó ver. Una clara confusión y amargura se visualizó también.
—Jodida mierda— Namjoon exclamó incrédulo. ¿En serio Kim Seokjin estaba en su casa y... él sería su tutor?.
Jin ignoró la grosería y se giró sin decir nada, o bueno, balbuceó algo así como —Claramente no tenía idea de que se trataba de ti, maldición— aquella maldición había salido en tonos bajos. Y... ¿su actuación se veía creíble?, porque por supuesto que él estaba fingiendo enojo y el querer irse lo antes posible, ya que.. oh vamos, se trataba del idiota de Kim Namjoon. Él chico le gust-
Jin se detuvo en seco, a centímetros de las escaleras, volvió a girarse y no dedicó una risueña mirada, todo lo contrario. Le dijo a Namjoon, —Por más desagradable y molesto que nos resulte, tenemos que hacer que esto funcione— era sorprendente, al menos él se sorprendió de sí mismo, del valor que estaba teniendo. Y antes de que Namjoon respondiera de manera hostil, Jin se adelantó:—Mira, necesitas ayuda, tu mamá pidió mi ayuda, estoy siendo amable y tendrás que aceptarlo— firme. Él tenía que ser firme.
—Fuera de mi casa— Namjoon no iba a simplemente obedecer como un idiota.
Seokjin dio un paso hacia adelante, luego otro y otro, en fin, terminó cara a cara con Kim Namjoon. "No temas usar la fuerza si es necesario", las palabras de la madre del idiota que observaba se hicieron eco en su cabeza, él quería, al menos dar un golpe leve, contra la mejilla de ese tonto. Pero calmó su impulso y optó por mirarlo mucho más severo.
—No me iré, y si tratas de hacer algo para echarme, entonces tendré que responder y créeme que no te gustara, además podría hablar con tu mamá y supongo que ella no estaría muy feliz con tu actitud. ¿No serías castigado?— En el fondo, no tan en el fondo, Seokjin había disfrutado de decir aquello. La actitud de Namjoon realmente estaba cansándolo.
—Entonces al parecer, seré castigado— Dicho aquello, Namjoon hizo a un lado al chico Kim y fue escaleras abajo, —Pero bien puedes quedarte en mi casa, no estaré de todas formas— anunció con desinterés mientras tecleaba la pantalla de su celular.
Seokjin no quería, tal vez un poco sí, pero debía de noquear... no, demasiado rudo, debía de patearle el trasero a Kim Namjoon, otra vez.
Lastimosamente la acción de Jin se vio siendo interrumpida por el sonido que emitió su celular, poniendo los ojos en blanco para luego no perder de vista a Kim, él atendió —¿Quién es?— preguntó al no tener agendada a esa persona.
—Minho— se anunció en sonrisa, o al menos a Jin le parecía así al escuchar el tono divertido de Choi, pero...
—¿Cómo es que tienes mi número?—
—Eso no tiene importancia, lo que sí lo tiene es la película que se estrena hoy en... en una hora—. Hubo una pausa de parte de los dos, Minho siguió diciendo:— Si, te estoy invitando a ver una película—
—No-
—Es de acción, se que te gustan las de acción—
Otra vez, ¿cómo diablos Choi Minho sabía cosas de él?. —Minho— nombró Jin y unos pasos se detuvieron al igual que el girar de la perilla de la entrada. Seokjin prosiguió, dando con el primer piso al ya no haber más gradas que pisar, —Dime quien te dio información sobre mi—
—Ya lo dije, eso no es lo importante— una risa baja —Por favor, acepta esta invitación, luego podríamos ir a tomar algo, prometo dejarte en tu casa a la hora que quieras— Sonaba malditamente sincero, sin intenciones ocultas.
—Yo...-
Namjoon giró su cuerpo, y actuó totalmente sin pensar —Hey— llamó la atención del chico al teléfono —Cambie de opinión, apresúrate—
¿¡Espera, qué!?
—¿Estás con Namjoon?— Minho soltó pregunta con cierto mal humor de repente.
—Si, yo.. uhm, estoy ocupado ahora. Tengo que colgar— y colgó, aún ido por lo que estaba sucediendo. —¿Qué estás planeando?—
Namjoon alzó una ceja y giró su cabeza, deteniéndose en medio de la escalera —Me evitó el ser castigado por una idiotez, solo tengo que soportar tu presencia por una hora y media, y no es como si fueras a estar todos los días en mi casa—
—Soportar mi presencia...— Jin repitió en bufido —Déjame decirte que seré yo el que la tenga más difícil, seré yo el que te tendrá que soportar—
Namjoon sonrió, una sonrisa malvada. —No pienso desmentir eso— volvió a moverse —Apresúrate—
Seokjin lo siguió mientras le decía:—Sigue con esa actitud y conseguirás ser noqueado nuevamente, porque lo recuerdas, ¿verdad?— rió por dentro, pero su burlona expresión se visualizó —Yo lo recuerdo perfectamente, a ti en piso inconsciente—
Un gruñido —No me hagas cambiar de opinión, aun estoy a tiempo de echarte a patadas de mi casa—
—Por como lo veo yo, creo que sería yo el que te echará a patadas.. de tu propia casa— sonrió un poco. Estaba divirtiéndose, irritar a ese tonto lo divertía. Al parecer Kim Namjoon era de muchos gruñidos, pero de pocas mordidas. —Apresúrate— Seokjin dijo al ingresar primero a la habitación.
Namjoon volvió a gruñir algo por lo bajo. Jin volvió a reír por dentro.