-Bueno – continuó Noah – creo que tu tipo es alto, como Harry o Alessandro que están sobre el metro noventa. Sonreí, era cierto, siempre había estado por encima de la curva de crecimiento y de peso también, desde pequeña siempre había sido más grande que los demás y por lo tanto siempre parecía mayor.
-No creo que te interesen menores que tú, supongo que tu tipo es más un hombre que te haga sentir protegida. Nuevamente tenía razón, como siempre había sido más grande de lo que se esperaba, siempre había sido más la que protege a otros.
-Vaya Noah, ¿me has estado analizando? – sonreí, con él me sentía como una mamá que encuentra gracioso las ocurrencias de su pequeño. – Pero sí, puede que tengas razón, aunque… - aunque no creo que yo sea el tipo de un hombre como el que acababa de describir él.
- ¿Aunque?
-No importa, no es nada.
Noah me sonrió de nuevo. El resto del tiempo estuve en el motorhome de McLaren con Julián.
-Oye, has causado una buena impresión en varios pilotos. – dijo mi hermano que había estado mayormente pensativo.
-¿Por qué lo dices?
-Bueno, ahora estabas hablando amenamente con Noah, Alessandro también anda pendiente por ahí de ti, Vahan y Gregory también…
Sonreí. – Ya, pues sí, la mayoría me ha caído muy bien y me han tratado bien también.
Juli levantó las cejas, ya sabía por dónde iba.
-Eso es todo Juli, no va a pasar nada más con ninguno, empezando porque todos están comprometidos.
-Eso no es cierto, Noah, Alessandro y Gregory están solos.
-Ya, pero ninguno me interesa de esa manera, así que… - no podía decirle a Julián las razones, Noah era mucho menor que yo, Gregory no estaba interesado en las mujeres y Alessandro, bueno, yo no era para nada su tipo.
Julián revisó la hora en su reloj. -Bueno, me tengo que ir Luci, te veo más tarde.
Asentí y me dio un beso en la frente. Sobre las cuatro de la tarde me acomodé en mi lugar para ver la carrera sprint. Alessandro empezó muy bien la carrera, pasó a su compañero de equipo Charlie y a su rival Marck en dos vueltas.
Luego de un par de vueltas, Alessandro logró hacerse con el liderato de la carrera. Al final Alessandro, Marck y Carlos quedaron en las tres primeras posiciones respectivamente, seguidos por Charlie y Gregory en cuarto y quinto lugar respectivamente. Noah logró la octava posición por lo que pudo sumar algunos puntos para el campeonato.
En cuanto terminó la celebración de ese podio, me acerqué de nuevo a mi hermano. Entramos nuevamente al motorhome de McLaren. Noah entró para ducharse y vestirse.
-¿Luciana? – dijo saliendo solo con un pantalón corto. – ¿Podrías hacerme un favor?
Asentí. -Claro dime.
-Es que no tengo más camisetas limpias – sonrió como siempre – la única que tenia se ha manchado con algo que bebí, podrías por favor buscar a Alessandro y pedirle que me preste una.
Asentí. – Por supuesto, ya regreso. – dije levantándome y dirigiéndome a la salida.
Caminé hasta el tráiler de Ferrari, con la credencial que tenía nadie prestaba mayor atención, así que busqué el lugar en el que estaría Alessandro y toqué la puerta.
-Hola – dije en cuanto abrió, se acababa de duchar y no traía camiseta.
-Hola, me alegra verte de nuevo. – me sonrió.
-A mí también, aunque en realidad vengo por Noah. – siempre decía algo que tenía que arreglar, tan típico de mi - Es decir, me pidió que viniera a pedirte un favor.
Sonrió de nuevo - Claro, dímelo.
-Noah dice que, si por favor le prestas una de tus camisetas, que él no tiene más y la única que tenía se la ha manchado con una bebida. – parecía un juego de niños, aunque bueno tampoco esperaba que Noah se paseara por todo el paddock sin camiseta.
-Por supuesto, si quieres entrar mientras voy y la busco.
Asentí y seguí. Seguía sorprendiéndome de lo lujosos que podían ser los motorhome.
Salió nuevamente y me pasó la camiseta.
-Gracias. Por cierto, felicitaciones por el resultado del sprint. – dije mientras tomaba la camiseta.
– Gracias, en parte te lo debo a ti, que me convenciste de lo infundados que eran mis pensamientos pesimistas. – sonrió.
-No, no me debes nada a mi ¿Cómo crees? Es el resultado de tu esfuerzo. – yo no tenía nada que ver en su victoria.
Levantó los hombros. – No lo sé, desde que hablé contigo me ha ido mejor, algo tendrás que ver.
- Solo te hice ver lo erróneo de tus pensamientos, el resto lo hiciste tú. – no es como que por haber hablado conmigo todos sus pensamientos pesimistas se hubieran desvanecido, no era magia.
-No lo sé, dejémoslo en una combinación de todos los factores anteriores. -
-Me parece. –
-Por cierto, me dijo tu hermano que tienes un itinerario para recorrer Europa en tus vacaciones. – Julián si me había dicho que él había preguntado por mí.
-Así es, es un sueño que tenía desde pequeña y por fin lo estoy cumpliendo, Julián fue el que se encargó de todo en realidad, yo solo le dije los lugares que me gustaría visitar.
– Bueno, si en algún momento consideras la compañía de un europeo para que te muestre Europa, yo me ofrezco voluntariamente. – dijo levantando su mano.
Me reí, cuando era pequeña y soñaba con ese viaje, llegué a imaginarme a un hombre guapo junto a mí, pero yo ya no era esa niña. – Bueno no estaría mal tener la experiencia de primera mano ¿sabes? Lo tendré en cuenta. – él había sido muy amable conmigo, así que no iba a cerrarme completamente a la posibilidad que me estaba brindando.
-Estoy a tu disposición. – asintió como queriendo hacerme saber que era de verdad – Es más, deberíamos intercambiar nuestros números para que me puedas contactar.
Asentí e intercambiamos nuestros números, luego me marché.
El olor de su camiseta me golpeó en cuanto salí del motorhome. Sonreí y me dirigí de nuevo al motorhome de McLaren.
-Toma Noah. – dije en cuanto entré.
Julián estaba allí, sentado en la mesa bebiendo un energizante.
Noah, tomó la camiseta. – Gracias – me dio un beso en la mejilla.
Con la mirada de Julián pude ver que se estaba preguntando lo que había sucedido.
-Andaba de mandadera. – le dije en español para que solo él me entendiera.
Sonrió. – Hora de irnos. – respondió en español también.
En cuanto estuvimos en el hotel, me dirigí a mi habitación. Me duché y me acosté un rato. No sé en qué momento me dormí, me despertó el sonido de llamada de mi móvil.
-Hola – dije en español.
-Luci – era Gregory, con su característico acento – me preguntaba si tal vez te gustaría cenar conmigo, si quieres puede ser acá en el hotel para que no tengamos que salir.
-Me encantaría cenar contigo. -respondí en inglés naturalmente.
-Perfecto, iré a buscarte a tu habitación.
-Bien, estoy en la 2115.
La llamada finalizó y me levanté rápidamente de la cama para mirarme en el espejo. No me gustó la imagen que vi, pero no tuve tiempo de detallarla más, Gregory ya estaba en mi puerta.
Bajamos al restaurante y nos hicimos en una de las mesas de la terraza.
- ¿Qué tal estuvo tu semana en Viena? – me preguntó en cuanto ordenamos lo que cenaríamos.
- ¡Maravillosa! Pude visitar muchos lugares, incluso fui hasta Praga.
Sonrió. – Me alegra saber que la estás pasando tan bien.
Asentí. – Y ¿tú? Cuéntame cómo ha ido tu semana.
-Ya sabes, entrenamientos toda la semana, luego las prácticas y la clasificación que no han ido como esperábamos. El sprint nos ha dejado en una mejor posición para mañana, pero, no lo sé, no estoy acostumbrado a no estar en la pelea.
Gregory había sido campeón mundial muchas veces, y ese año su auto no estaba rindiendo como esperaban, lo que lo tenía básicamente sin posibilidades para pelear el campeonato.
-Mmm, como espectadora y fan de la F1puedo decirte que es más emocionante cuando tienes a varios equipos y sus pilotos peleando las posiciones, el factor sorpresa siempre es emocionante. Pero entiendo que estés frustrado, tú mismo lo acabas de decir es algo a lo que no estás acostumbrado. – tomé su mano. – Igual, aún queda terreno por recorrer.
Sonrió. – Estoy seguro de que, si me gustaran las mujeres, ya estaría enamorado de ti.
Me reí. – No digas tontadas Gregory, yo no soy el tipo de mujer que le gusta a los pilotos de Fórmula 1. – ahí estaba mi inseguridad de siempre, la que ni siquiera con terapia había logrado dejar de lado completamente.
-No digas tontadas tú, no puedo asegurarte de que todos no sean así, obvio he visto a muchos de mis compañeros que solo salen con un estereotipo de mujer, el que tú dices que es el tipo de nosotros. Pero hay otros que no, es más hay unos cuyas parejas ni siquiera están involucradas en el mundo de la fama. Tu conociste a Alicia ¿no? La esposa de Vahan, - asentí – Sin embargo, Vahan la adora, no hay nada que no haría por ella.
-Entiendo tu punto, pero igual... – no había forma de decirlo diferente, así que solo lo dije. – El punto es que no creo que uno de ustedes, que podrían tener a cualquier mujer que quisieran, se vaya a conformar conmigo, que no lleno ese estereotipo de mujer de proporciones perfectas.
Gregory suspiró. – Tu eres preciosa Luciana, no creo que ser gorda o flaca haga mucha diferencia, eres amable, inteligente y podría seguir. – baje mi cara, ya iba a llorar, el tomo mi barbilla para levantarla. – No dejes que el hecho de que no encajes en los estándares que la sociedad les ha impuesto a las mujeres te aleje de la posibilidad de tener algo bonito con alguien, sea un piloto, un famoso o un hombre normal.
No pude contener las lágrimas.
-Ojalá pudieras verte como te vemos los demás, entonces te darías cuenta de que tengo razón. – enjugó mis lágrimas.
El resto de la cena, estuvimos hablando de lo que haría cada uno durante el summer break.
-De hecho, esta tarde Alessandro me ha ofrecido su compañía.
Gregory sonrió. -Por supuesto que sí, creo que le gustas.
Habría escupido el contenido de mi boca de no haberlo pasado antes. – No digas tontadas, tengo pruebas de que no soy su tipo.
Gregory rodo lo ojos. – Eres obstinada, Alessandro es un hombre inteligente y guapo también, en todo el tiempo que llevo de conocerlo, no le he conocido una pareja parecida a la otra. Así que no me atrevería a asegurar que él tiene un tipo.
-Yo solía pensar que los hombres inteligentes no se fijaban tanto en el aspecto físico, precisamente porque saben que es algo cambiante. Pero ya ves…
-De pronto solo te fijas en hombres tontos, que no saben apreciar la verdadera belleza en ti. – me reí – Pero enserio, he visto cómo te mira, estoy seguro de que le gustas.
-Bueno, en ese caso lo siento por él, no estoy dispuesta a pasar nuevamente por todo lo que implica eso emocionalmente.
-Bueno, no tienes que enamorarte de él, acéptale el ofrecimiento, vete con él en el summer break, ten sexo con él si es lo que quieres y ya está, luego regresas a tu país y todo queda como una aventura de verano.
Me reí. – Ya, no me interesa tener sexo con él ni con nadie por ahora, pero si me gustaría ver Europa desde otra perspectiva.
-Pues ya está. – dijo mientras nos levantábamos de la mesa.
Gregory me dejó en mi habitación y siguió hacia la suya.
-Piensa en lo que te he dicho. – dijo en mi oído al despedirse.
Cerré la puerta y me tiré en la cama, tenía que ser sincera conmigo misma, por supuesto que la idea de tener sexo con un hombre como Alessandro me excitaba, pero luego pensaba en lo que realmente implicaba; desnudarme frente a un hombre como Alessandro, y entonces alejaba esas ideas de mi cabeza.
Me fui a dormir pensando en todo lo que había dicho Gregory, esa noche soñé que asistía a una carrera de Fórmula 1 tomada de la mano de Alessandro. En cuanto me desperté decidí ir a la piscina a nadar un rato, tal vez así podría despejarme de ese sueño tan absurdo que había tenido.
Aunque odiaba estar en traje de baño, me encantaba nadar y suponía que a las siete de la mañana la piscina estaría vacía. Efectivamente lo estaba, dejé mis pertenencias en una silla de sol y entré al agua. Recorrí varias veces la piscina, aguantando el mayor tiempo posible bajo el agua. Estaba tan absorta en mis pensamientos y en nadar que no note que alguien más estaba en la piscina, hasta que choqué directamente con su estómago.
Saqué mi cabeza del agua y Alessandro me sonrió.
-Tienes una tendencia a chocarte conmigo. -dijo a modo de saludo.
Le sonreí de regreso. – O tú a cruzarte en mi camino. – estábamos demasiado cerca, yo estaba demasiado agitada y mi pecho casi que chocaba con el suyo.
-No sabía que te gustaba nadar.
-Bueno, hay muchas cosas que no sabes de mí. – estaba a la defensiva, había buscado ir a la piscina precisamente para alejarme de los pensamientos y del sueño que lo involucraban a él.
Sonrió y yo le sonreí de regreso. – Te dejo la piscina. – dije a modo de despedida tocándole el hombro al pasar por su lado para salir del agua. Tomé mis cosas y regresé a mi habitación.
Me duché y me vestí con unos shorts y una blusa que resaltaba mi pecho escondiendo un poco mi estómago. Luego, fui a desayunar a la terraza del hotel, Julián se encontraba allí esperándome.
Desayunamos en completo silencio, Julián estaba absorto en sus pensamientos.
-¿Vendrás conmigo de una vez al circuito?- preguntó Juli cuando terminó su comida.
-Sí, voy contigo, ¿Qué te sucede?
Negó con su cabeza. – Nada, tengo la cabeza llena de muchas cosas, eso es todo.
No estaba segura de que fuera solo eso, pero no quería presionarlo a que me contara algo si no quería.
Me levanté de la mesa para ir a mi habitación y sacar mis cosas. El ruido de una multitud llamó mi atención, me acerque al borde de la terraza para ver que sucedía. Efectivamente había una gran multitud de personas a la salida del hotel que gritaban cada vez que alguno de los pilotos salía. Rodé los ojos y regresé con Julián.
Luego de pasar por mi habitación para tomar mis cosas, me dirigí al estacionamiento del hotel donde me estaba esperando mi hermano.