Decisiones

2485 Words
Llegamos al circuito sobre las 11, se sentía toda la agitación del Gran Premio, estuve un rato en el garaje con mi hermano y con Noah, luego, cuando fue hora de los actos protocolarios de todas las carreras estuve en la grilla de partida. Gregory se acercó a saludarme. -Deséame suerte. – dijo dando un beso en mi mejilla. -No la necesitas, solo haz lo que siempre haces. Me sonrió y se fue a su auto. En cuanto finalizaron los actos protocolarios me dirigí a mi lugar para disfrutar la carrera. En cuanto las luces del semáforo se apagaron, empezó la emoción. Marck que iba de segundo trató varias veces de rebasar a Alessandro, pero no le fue posible, Charlie logró rebasar a Carlos quedando en la tercera posición y luego a Marck, dándole a Ferrari las posiciones uno-dos, durante gran parte de la carrera. Gregory, logró subir una posición. Alrededor de la vuelta 37 los pilotos empezaron a entrar a pits para cambiar las llantas, Ferrari se tardó un poco en dar la orden a Alessandro, lo que terminó dejando a Charlie como líder. Sobre la vuelta 60 Adam Longley, piloto de Williams chocó con las barreras y salió un safety car, reduciendo así las distancias entre los pilotos. Cuando se relanzó la carrera, Charlie continuó con el liderato, al final Ferrari logró hacer 1-2 y Gregory quedó en la tercera posición. Noah no había tenido una buena carrera, pero había logrado quedar en los puntos, para sumar algo al campeonato. Lo siguiente fue como en todas las carreras, las entrevistas, el podio y la celebración. Cuando me encontré a Gregory en el paddock nos abrazamos. -Me alegra verte de regreso en el podio. - dije sin alejarme de su abrazo. Besó mi mejilla. – Me alegra estar de vuelta también, en la siguiente carrera quiero que estes en el box de Mercedes, en el mío. Me aleje para mirarlo a los ojos, aunque él no me soltó, sus manos rodeaban mi cintura. -Tranquila, no quiero que pretendamos ser algo que no somos, pero bueno, sé que te gusta todo este mundo, y que mejor que vivirlo desde diferentes perspectivas. Era verdad, ese mundo me encantaba, me emocionaba como no creía posible. Toqué su mejilla. – ¡Gracias! Por supuesto que ahí estaré. Estaba dirigiéndome al motorhome de McLaren cuando me crucé con Alessandro cerca del de Ferrari. - ¡Felicitaciones! – dije acercándome para abrazarlo, no fue un abrazo forzado, aunque luego me pareció que sí. -¡Gracias! – dijo separándose un poco para mirarme. - ¿Qué vas a hacer más tarde? -Mmm, no lo sé, creo que estaré en el hotel, descansando un rato tal vez, supongo que mi hermano estará con Isabela. -Bueno, no te comprometas con nadie, esta noche haremos algo tu y yo. Por un momento pasaron por mi cabeza varias imágenes que no eran precisamente inocentes, recordé también la conversación con Gregory. Sonreí - Bien, ya sabes dónde encontrarme. El asintió y yo me alejé, rozando mi mano por su hombro. Mentiría si dijera que no estuve pensando en lo que podría pasar esa noche durante mi trayecto de regreso al hotel. La conversación que había tenido con Gregory la noche anterior se repetía una y otra vez en mi cabeza, ¿de verdad le gustaba a Alessandro? ¿sería capaz de acostarme con él en algún momento sin sentirme incómoda? El pasado regresó con esa pregunta, solo había estado con un hombre, con Sebastián, y no había estado mal, pero nunca me había sentido segura con él, siempre estuve esperando que pasara algo que me recordara todas mis inseguridades de estar desnuda frente a un hombre. - ¡¿Luci?!-Julián me sacó de mis pensamientos. Ya habíamos llegado al hotel. Sonreí. - Estaba distraída. Asintió. – Oye, la próxima carrera es en quince días, pensé que podríamos pasar un tiempo juntos en Londres y luego ir a Francia ¿Qué te parece? Sonreí. – Me encanta, aunque no tienes que cambiar tus rutinas por mí, es más, Alessandro se ofreció a acompañarme en mi viaje. Casi se le salen los ojos de lo mucho que los abrió. – Interesante propuesta, de hecho, Isabela y yo estábamos planeando pasar el receso de verano en Grecia y Mónaco. Sonreí. – Me parece maravilloso hermanito, tú pasa tiempo de calidad con ella, que yo me encargaré de pasar las vacaciones que tanto he soñado sola o acompañada. -Me dejaría más tranquilo saber que estás acompañada, creo que Alessandro se preocupa por ti genuinamente. Asentí. – Bueno, ya veremos cómo se dan las cosas. – era la verdad, no pensaba forzar nada, ni rechazar nada tampoco, si Alessandro se había ofrecido a pasar su receso de verano acompañándome lo tomaría. -Oye Luci, y ¿Gregory? -¿Qué con él? -No sé, los he visto juntos y no sé, quería preguntarte que hay entre ustedes. -Somos amigos Juli, solo eso, él me cae muy bien, yo le caigo muy bien, nos llevamos bien, pero no más. – no le iba a decir que era imposible algo más entre nosotros porque entonces faltaría a mi palabra. - Mmm, ya veo. - ¿Te preocupa que resulte enredándome con dos pilotos? – dije con sorna. -Claro que no Luci, ese no es tú estilo y Gregory no es tu tipo. El sí que sabía cuál era mi tipo. – En fin, hermanito, supongo que los chismes no se harán esperar, pero no me importa. Levantó los hombros. – Qué más da, la gente puede decir lo que quiera. No me había dado cuenta de que ya habíamos llegado a mi habitación. -Te veo mañana Luci. – dijo dándome un beso en la frente. Entre a la habitación y tiré mis cosas en la cama, estaba agotada. Tomé mi teléfono y entré a mis r************* , lo primero que me apareció fue una publicación de fans de la F1, Gregory y yo salíamos en la foto, él tenía las manos en mi cintura y yo tenía mi mano en su mejilla. Era una foto hermosa, no se puede negar, pero la descripción era lo que me preocupaba: Gregory hoy en el paddock, ¿por fin le conoceremos una pareja? Ahí estaba lo que me preocupaba de la cercanía que tenía con él, o que podría llegar a tener con cualquier otro piloto, que siempre habría chismes y especulaciones al respecto. Resoplé, no había nada que pudiera hacer, finalmente yo regresaría a mi vida normal alejada de ese mundo en un mes y todo quedaría en el pasado. Le envíe la foto a Gregory. – ¿Ya viste esto? - Yep, es una linda foto. - Ya, ¿y qué piensas hacer al respecto? - Nada, no hay nada que decir, mientras yo no afirme o niegue nada no importa. Ahora, cuando te vean en el box la próxima carrera sabrán que eres importante para mí, pero de nuevo no haremos nada al respecto. Negué con mi cabeza, aun sabiendo que no podía verme. – En fin, supongo que ya se les olvidará. -Exacto cariño. Sonreí, Gregory era muy especial conmigo. - ¿Qué te parece una noche de películas y servicio a la habitación? – era un mensaje de Alessandro. Estaba tan agotada que la idea me pareció perfecta. -Excelente idea, mi habitación es la 2115. Me duché rápidamente y me puse mi ropa de dormir. Estaba terminando de acomodar las cosas que había tirado en la cama cuando llamaron a la puerta. -Hola – dijo el primero. -Hola – dije dándole espacio para que entrara. Me sentía extraña, no era incomodo estar con él a solas, pero no sabía que expectativas tenía él. - ¿Qué quieres que comamos? – le pregunté mientras me acercaba al teléfono para llamar al servicio. -Mmm, me encantaría comer unas papitas fritas y helado. Me reí, parecía el pedido de un niño pequeño, pedí lo que había dicho y me senté en la cama al tiempo que palmeaba la colcha para que el hiciera lo mismo. - ¿Qué quieres que veamos? Se sentó en el otro lado de la cama. – Lo que tú quieras ver, quiero que me muestres tu película favorita. Me reí. Todas mis películas favoritas involucraban un amor que de una u otra forma terminaba siendo perfecto. – Dios, me lo has puesto difícil, tengo muchas películas favoritas de diferentes géneros. Se río. – Bueno, entonces dime los nombres de las que se te vengan a la mente y yo escojo. Suspiré. – Rush: Pasión y Gloria; Orgullo y Prejuicio; La vida es bella; Pretty Woman; Llámame por tu nombre – había más, pero no las recordaba en ese momento. Sonrió. – Bueno, creo que solo he visto Rush. – Tocaron la puerta y él se dirigió a abrirla. Por supuesto que solo había visto Rush, después de todo era una historia que involucraba pilotos de F1. El camarero entró con su carrito y lo dejó junto a la cama. Alessandro le dio propina y se marchó. -Entonces, como te estaba diciendo solo he visto Rush. – dijo acomodándose de nuevo en la cama. – Bueno tal vez La vita è bella también. Sonreí. – Bueno, entonces alguna de las tres que no has visto. Sonrió. – Bueno, Pretty Woman será. Asentí, él acomodó la comida entre los dos, sobre una bandeja en la cama, mientras yo buscaba la película. -Oye, ¿tu si puedes comer de esto? – le pregunté mientras metía una papita en mi boca. - Bueno, hoy perdí como dos kilos, así que me lo puedo permitir. Ya mañana entrenaré y no pasa nada. Asentí, por momentos olvidaba que él era un piloto de F1 que entrenaba cinco veces a la semana y hasta dos veces al día. Cuando por fin encontré la película la empecé a reproducir de inmediato. Durante toda la película estuvo concentrado, nuestras manos se rozaban ocasionalmente cuando se encontraban buscando las papitas. -Vaya – dijo en cuanto finalizó la película. – ¿Por qué es una de tus películas favoritas? Sonreí. – Porque me encanta la idea de que sea posible que un hombre se enamore de una mujer sin importar su pasado. Ya sé que es muy polémica incluso machista. Pero bueno, eso no evita que sea una de mis favoritas. – baje la mirada, había estado jugando con su mano y no me había dado cuenta. – Supongo que me gusta también porque al final Vivian tiene su cuento de hadas. – solté su mano y lo miré a los ojos. Sonrió. – ¿Y tú también quieres algo así? -No, tal vez cuando era pequeña, si le hicieras esa pregunta a la Luciana de 10 o 15 años te diría que sí, que sueña con encontrar su hombre perfecto el amor de su vida, que la ame más allá de su apariencia física y tener una historia como la de las películas. - ¿Y la Luciana de hoy? -La Luciana de 25 años, ya no cree en el amor, no sueña con casarse ni tener hijos, no está interesada en encontrar a nadie, ha decidido dedicarse exclusivamente a su carrera y a su vida sin involucrar el amor. -Había sido fácil abrirme de esa manera con él. -Suspiró. – Vaya, ¿puedo hacerte otra pregunta? Asentí. - ¿Todo eso está relacionado con el mensaje del otro día? Sabía que iría por ese lado, era el momento perfecto para que supiera todo, para que me conociera sin filtros. – Mmm si, en parte, es decir, a medida que fui creciendo me di cuenta de que no me pasaba lo mismo que a las otras chicas de mi edad. – tomé aire – Todas tenían intereses amorosos, chicos que las buscaban y yo nunca tuve nada de eso, no en el colegio, menos en la universidad. Me decían que era muy bonita, pero muy alta, no tan flaca, o muy grande. – levanté los hombros. – Luego cuando empecé a trabajar toda parecía seguir igual, hasta que conocí a un compañero, que me llevaba diez años, nos enamoramos o bueno yo creo que me enamoré y le di todo lo que tenía por dar. Luego, por una casualidad me enteré de que estaba casado y su esposa embarazada. – me quebré, el se acercó y me abrazó, mi cabeza quedó en su pecho. – Saber que había jugado conmigo que quebró, me hizo perder toda la confianza de que podía ser amada de verdad, así que fue cuando tomé la decisión de no volver a amar. Me separé y él enjugó mis lágrimas de tal manera que si hubiera visto la escena como espectadora me habría derretido de ternura. -Ese hombre no sabe lo que ha perdido, lo digo en serio. Dios Luciana, eres tan especial, inteligente, divertida, amable, hermosa… - me miró a los ojos. – Solo un estúpido se atrevería a lastimar a una mujer. Sonreí. – Bueno, igual está en el pasado. Ha pasado un año desde aquello y por eso también me tomé estas vacaciones. Tengo que seguir adelante, tengo que sanar. Tomó mis mejillas entre sus manos, pensé que iba a besarme, pero en su lugar besó mi frente. – Te ayudaré a sanar. – sentenció. Me sentía bien entre sus brazos, tal vez segura. Deshice el abrazo. – Bueno, veamos otra película. – dije para volver a ponerme mi caparazón. -Bueno, veamos Orgullo y prejuicio. Me reí. – También es de amor, te advierto. -No importa. – dijo mientras recogía todo el desorden de la cama. La película empezó y no recuerdo en qué momento me quedé dormida. Solo recuerdo que en algún punto de la madrugada me levanté al baño y él estaba dormido a mi lado. Cuando regresé me acomodé de nuevo en la cama, la luz que entraba por la ventana iluminaba parte de su rostro. Aun dormido era muy guapo, no pude evitar detallarlo, sus cejas oscuras y pobladas, sus pestañas largar y negras, su nariz perfecta para su rostro, sus labios gruesos y la hendidura en su barbilla. Si, Alessandro era mi tipo, eso estaba tan claro como el agua para mí. Me despertó el sonido de mi móvil. -Hola – dije en español, como siempre que respondía. -¡Han! – respondió Gregory en inglés. -Bueno cariño, dime para qué me llamas. – dije mientras me dirigía al cuarto de baño para ducharme, usando el mismo apelativo que él. -Te envié un mensaje y al ver que no respondiste, decidí llamar. - Entiendo, ahora lo reviso. Voy a ducharme. -Está bien, te veo luego cariño. Me reí y colgué. Me duché rápidamente y me envolví en una bata, al salir choqué con Alessandro. Le sonreí. -Tenemos que dejar de chocarnos. – dije sonriendo. -Buenos días para ti también. – respondió mientras entraba en el baño.
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