Capítulo 16: Eterno.

2303 Words
Pero si cabían todos, así que entraron en ella y empezaron a remar hacia la otra orilla que se veía a lo lejos con dificultad, porque a los lados todo era oscuridad. Así remaron, llegando a la orilla sin ninguna novedad, todo iba muy bien, se bajaron y empezar a caminar y a seguir a Sejmet, que era la que sabía el camino para llegar hasta donde estaba la bruja, como ellos le decían. Así continuaron cuando llegaron a un gran puente, este se veía viejo y roto, los chicos vieron hacia abajo, pero tan solo se veía oscuridad y más oscuridad, si no fuera por la luz que las diosas emanaban se perderían entre la oscuridad, nunca habían visto esta oscuridad que era más negra que la noche misma, así que los chicos uno a uno empezaron a pasar el puente, esto lo hacían con mucho trabajo pues las tablas que estaban en el piso del puente, estaban demasiado podridas por el tiempo y la humedad del lugar, había espacios que tenían que pasar de lado solo deteniéndose por la cuerda. Cuando terminaron de pasar entraron en otra cueva, más chica, así se veía y empezaron a caminar, ya solo había un camino angosto por el cual iban todos con precaución, así pasaron ese camino, después llegaron a una clase de cueva en la cual en el centro había una gran fogata, y en las paredes grandes antorchas que alumbraban todo el lugar, al fondo de la cueva había una gran mesa y a un lado estaba una cama, después observaron con más detenimiento junto a la fogata había un bulto o era una gran piedra, no se veía la diferencia porque estaba inmóvil y no se movía para nada, esto era muy, pero muy extraño, así que se acercaron poco a poco a la fogata y Sejmet empezó a llamar fuerte. —Amenet, Amenet ¿Dónde estás? soy Sejmet donde estas, vengo con unos amigos y con Bastet, Amenet, Amenet amiga es muy importante y solo tú no puedes ayudar. Pero nada nadie contestaba después Sejmet dijo: —Parece que no hay nadie, pero tiene que estar ella, no puede salir de aquí. —Sejmet diciendo eso. Cuando el bulto que estaba cerca de la fogata este empezó a moverse con dificultad, se levantó, camino hacia Sejmet con dificultad, no se le veía el rostro pues la capucha era grande y tapaba su rostro, ella estaba vestida toda de n***o, traía una gran túnica que arrastraba por el suelo y la hacía caminar muy lento, es como si esa túnica negra fuese muy, pero muy pesada y que ella apenas y la aguantaba, era una pena ver como caminada o quizá era ya una anciana, que apenas puede caminar, no lo sabían y no lo podían explicar, si realmente ella era Amenet o solo era una anciana que vivía con ella, en fin no sabían que pensar, así que esperaron que esta anciana les dijera algo, de pronto todo era silencio, tan solo veían lo que esta anciana hacía, nadie decía nada. Enseguida Sejmet le hablo y pregunto: —Perdón señora sabrá usted donde esta Amenet. En eso la anciana alzo la cabeza, se bajó la capucha que traía puesta y dijo: —Soy yo querida Sejmet. Sejmet corrió abrazarla y le dijo: —Porque no me contestabas. —Quería estar segura de que eras tú. —Pero Amenet ¿Qué pasa? —pregunta Sejmet.  —Lo que pasa es que estoy así y aquí por una maldición, y si la maldición no es rota esta tiene un tiempo y el mío se está acabando, yo sabía que ustedes venían y deseaba que llegaran pronto antes de que mi tiempo se acabe, quiero ayudarles que sea lo último que haga, ayudarles a deshacer la maldición de Titi porque esa eres tu verdad —, se dirigió a ella, le tomo la mano, vio el anillo. —Yo entiendo en qué condiciones este Amunet y Anubis, atrapados en una pequeña burbuja, así que los estaba esperando para por lo menos hacer esto antes de morir. —dijo la anciana. Después Sejmet le pregunto Amenet. —Y ¿Porque no me dijiste nada?, tal vez hubiéramos hecho algo al respecto y si hay tiempo, dime que es lo que se puede hacer por ti. —Si tal vez, como ves cada vez estoy más acabada, estoy más vieja ya todo me cuesta más trabajo, me siento cansada, esto que me hizo me lo hizo Osiris, es tal su maldad y su hipocresía que nadie lo iba a creer, el vivir aquí entre nosotros con una máscara de ser un buen dios, un dios que ayuda a todos, tanto dioses como mortales y esclavos, esa careta trae para que todos confíen en él y no lo crean capaz de hacer ningún mal, y que si alguien lo llega a señalar nadie le crea, él ha engañado hasta al gran padre, la maldición que me hizo a mí y la que les hizo a Amunet y Anubis nadie lo sabe, todos piensan que fue un dios del inframundo, cuando no se han dado cuenta que Osiri entra y sale cuando quiere del inframundo, ahí es donde a ese y sus maldiciones o sus sortilegios, para hacerle un mal a alguien que ose no obedecerlo o retarlo, el baja hasta lo más hondo del inframundo, para que nadie se dé cuenta que es él y a los que nos maldice, como es Anubis y Amunet así como yo, solo se sabe que estamos perdidos o nos encontramos en el sueño profundo, pero nadie sabe dónde porque en el templo no estamos, después como todos los dioses son tan egoístas que ninguno se preocupa por nosotros, por saber que paso con nosotros o donde estamos, esto lo hacen sin saber que ellos también corren peligro de que Osiri haga lo mismo con ellos y si, si ese es su plan, poder encerrar poco a poco y uno a uno a todos los dioses, como ustedes saben así como nos vaya encerrando de un lugar, donde no podemos escapar, esto aumenta sus poderes, pues al nosotros ya no tenerlos pasan a ser de él, que es el que nos encerró y atrapo, así que como ven Osiri es el de todo, es que está detrás de todo esto, yo agradezco que estos humanos hayan encontrado lo que Osiri ha guardado tan celosamente, estos objetos porque son tan valiosos como la vida misma, es por eso que les fue tan difícil llegar hasta mí, Osiris ofreció una recompensa por ellos y por lo que traen nadie sabe qué es eso, solo lo sabe Osiri y yo que logre entrar por unos momentos en su mente, después de que atrapo a Anubis y a Amunet y estos son el anillo que trae tu Titi, el brazalete que no sabemos dónde está y el medallón que también no sabemos dónde está, y eso es muy importante, debemos saber en dónde están porque de otra manera, no podemos hacer nada, juntos son poderosos y podemos liberar a Anubis y a Amunet, uno solo no se puede hacer nada. —Pero como entonces ¿Que vamos hacer? Y en ¿Dónde están estos objetos? —pregunto Ernesto mirando a la anciana. —En donde encontraron el anillo, ahí debió estar todo. —dice la anciana. Entonces Ernesto viendo a Armando le pregunto: —¿Dónde están? tu dijiste que el hombre que te dio el anillo no solo era eso, eran varias cosas, tienes que hacer memoria y ver qué es lo que te dio y donde las pusiste. Armando contesto: —Sí, si tienes razón y ahora que lo dicen si, si venia un medallón y un brazalete, los puse en exhibición en la tienda. —Que, qué, pero como —, contesto Guillermo y dijo: —Entonces hay que regresar. —dijo su hermano. —Sí y como le vamos hacer —, contesto Armando al mencionar. —Sí, si yo regreso por lo demás, pero como puedo regresar, a si ya se tengo que regresar al oasis. De inmediato hizo el intento de regresar cuando Bastet le dijo: —No, no espera hay otras maneras de regresar. —Pero como cual. —contesto Guillermo. Entonces Bastet dijo: —Nosotras, nosotras entre las dos podemos regresarte, pero mira Armando te vamos a regresar si es posible en tu casa o lo más cerca de ella, solo tienes unos minutos para tomar las cosas, porque en seguida regresaras aquí con nosotros, así que lo tienes que hacer rápido, tienes solo diez minutos para hacer todo, no más si fallas y no puedes traen un objeto ya no se podría hacer nada, y tanto nosotras estaríamos perdidas, por que lo que vamos hacer está prohibido por el gran dios y solo lo podemos hacerlo una sola vez, y las dos, porque una sola no podríamos y además seriamos castigadas por el gran padre, así como ustedes también ya no podrían salir de aquí, así que Armando el futuro de todos en esta habitación está en tus manos. Armando asintió con la cabeza, ellas se acercaron a él, lo pusieron en medio de ellas, le dijeron que se sentara, ellas también se sentaron tomados de las manos y Armando en medio de ellas, enseguida los tres ya sentados solo cerraron los ojos y Armando solo siente las cabezas de ellas, que cayeron en sus hombros, sin abrir los ojos, los demás los observaban que en seguida salió un gran resplandor de ambas diosas, que subió y atravesó el techo de la cueva, es como ellos se dan cuenta que Armando fue jalado por ese resplandor y se fue flotando, hasta que desapareció, todos se quedaron observando lo que pasaba, Armando desapareció, pero ellas continuaban sentadas tomadas de la mano, el resplandor desapareció con Armando, todos se sentaron a esperar, los hermanos se tomaron de las manos aun preocupados, pero con esperanza de que todo saldría bien y solo quedaba esperar. Mientras tanto Armando llego a su época, cuando lo hizo volteo para todos lados para ver en donde estaba, él se orientó y vio que estaba en el jardín delantero, justo enfrente de la tienda, cuando lo vio corrió de inmediato hacia la tienda, abrió la puerta inmediatamente. Cuando llego y se encontró dentro de la tienda no había nadie, entonces al entrar fue atrás del mostrador, abrió un cajón y saco las llaves de los estantes, salió de atrás del mostrador, se dirigió a una vitrina que estaba en medio de la tienda lo vio con la mirada, buscaba y si ahí estaba el medallón, abrió la vitrina y lo saco de inmediato, lo guardo en su bolsa del pantalón, enseguida se dirigió a otra vitrina a buscar el brazalete lo busco con la mirada, pero este no estaba, entonces movió la cabeza como asiendo memoria en donde lo había dejado, pero estaba seguro de que ahí lo había dejado, pero no estaba, así que pensó que quizás su papá lo había cambiado de lugar, así que empezó a buscar en las demás vitrinas, buscando todo, buscando, pero este no estaba y el tiempo pasaba, tenía que encontrarlo, pero que podía hacer no estaba, no estaba, en eso oyó ruido, volteo hacia donde lo oyó vio la sombra de un gran gato a lo que se dio cuenta de que no era una sombra felina, sino que era su papá, este lo vio y se dirigió a él y le dijo: —Armando hijo ya regresaron. Él respondió: —No, no papá solo tengo diez minutos y voy a regresar de nuevo, las cosas se han complicado vine por otros objetos, pero no encuentro uno que es muy importante, papá tengo que regresar con los dos objetos si no ya no podremos regresar nunca y Titi morirá haya donde estamos, y que voy hacer, no lo encuentro papá dime que no lo has vendido que paso con el papá. —Pero hijo no sé de qué me hablas, primero dime que objeto es para ver si lo vendí o no, o ver en donde está, porque no te entiendo y cálmate, cálmate.  Armando respiro profundo y con la calma de la que era capaz le dijo a su papá. —El brazalete, el brazalete que traje con el anillo de Egipto, papá donde esta que hiciste con el papá.   —El brazalete, el brazalete, así si ya se cuando lo vi, vi que era muy valioso y que no debía estar en exhibición por lo valioso que era, es un brazalete original así que lo guardé en la caja fuerte, sabes este brazalete que te vendieron como baratija no es una baratija hijo. —diciendo eso y caminando para donde estaba la caja fuerte, que se encontraba y estaba en la habitación de la parte de atrás, así que fueron para allá a este, mientras que su padre dice algunas otras cosas a su hijo. Al ser que para Armando se le hacia una eternidad, tenía tan pocos minutos que todo era eterno para él, así llegaron hasta la caja fuerte, su papá la abrió, tomo el brazalete se dio la vuelta, para dárselo a Armando, cuando Armando lo tomo, en ese preciso momento el solo desapareció ante los ojos asombrados de su papá, sin decir palabra. Mientras tanto en la cueva ellas continuaban concentradas y solo empezaron a brillar nuevamente, y a sacar esa luz que atravesaba la cueva, todos la veían, pero Armando no aparecía en eso la luz, se iba haciendo poco a poco más estrecha, todos estaba expectantes y preocupados por Armando y por lo que estaba pasando, Guillermo pensó “si no regresa que vamos hacer”.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD