Capítulo 12: El jardín.

2628 Words
Caminaron sin alejarse de la pared y si encontraron el balcón, se asomaron a este y afuera había un gran jardín, enseguida empezó Titi a jalar y quitar cortinas mientras Ernesto las amarraba y media que estas llegaran hasta el piso del jardín, ya que Ernesto considero que era el largo amarro a la cintura de Titi y la fue bajando poco a poco, hasta que llego al piso, sin ninguna novedad enseguida se dispuso a bajar cuando lo iba a ser en ese preciso momento algo o alguien lo jalo, vio hacia atrás y este era un ser un animal con cara de borrego y cuerpo de hombre, este lo jalo hacia dentro Ernesto no sabía qué hacer, pero luchaba con este ser, luchaba por zafarse de él mientras tanto Titi no sabía lo que pasaba y le gritaba: —¡Ernesto, Ernesto! baja ¿Qué pasa? Ernesto ¡¿Qué pasa?! Ella no sabía que era lo que pasaba, en cambio Ernesto continuaba luchando con este ser, en un momento se zafo de él y de inmediato saco de su mochila que llevaba colgada a los hombros un frasco de los que logro tomar de la habitación de Osiri y en el preciso momento en que este ser se iba sobre, el nuevamente se lo aventó estrellándose en la cabeza de esta bestia, eso lo aprovecho Ernesto para salir por la ventana, se colgó de las cortinas y bajaba lo más rápido posible. Mientras tanto dentro de la habitación se escuchaban rugidos, chillidos y una gran pelea, Ernesto brinco, tomo de la mano a Titi, ella no pudo preguntar ni decir nada y simplemente se la llevo corriendo por el jardín, así se fueron corriendo. Después de unos minutos se pararon para poder respirar, vieron hacia atrás y vieron como salía humo del balcón, este era de color amarillo, se sentaron en el pasto a descansar por unos momentos, enseguida continuaron caminando por el gran jardín, conforme avanzaban empezaron a ver que el jardín tomaba unos colores muy inusuales, en cada paso que daban todo iba cambiando, Titi le dijo a Ernesto. —Ya te fijaste en el jardín. —Sí, si hay que tener mucho cuidado, no sabemos lo que nos vayamos a encontrar en el camino. Los colores que antes eran colores vivos y hermosos estaban tomando un color más oscuro, pero al mismo tiempo también el cielo iba oscureciendo, se veían grandes nubarrones, Ernesto dijo: —Parece que quiere llover. Al mirar ambos hacia a lo lejos y después alzar la vista hacia arriba. —Si es mejor que nos apuremos a llegar a algún lugar donde podamos pasar la lluvia, porque estoy segura que no tarde en llover. Continuaron caminando y ambos veían para todos lados, con la esperanza de encontrar un lugar donde atajarse o por lo menos descansar un rato, pero no, no veían ni encontraban nada. Después empezaron a escuchar un zumbido como de muchas alas o abejas no, no lo distinguían muy bien, pero lo oían, cuando empezaron a ver que se acercaba una nube si, si una nube se movía e iba hacia ellos empezaron a caminar más deprisa, pero esta nube se acercaba más, al igual que ese ruido que más que ruido era como un zumbido, a lo lejos vieron unas rocas y se fueron a refugiar en ellas. Enseguida se asomaron para ver que eran esas cosas que oían, y con sorpresa vieron que eran una clase de polillas grises, pero estas eran del tamaño de una garza, eran enormes las polillas. Titi y Ernesto no sabían que hacer y tampoco no se podían quedar ahí parados, tenían que continuar, las polillas se pararon muy cerca de ellos, estaban pensando como salían de ahí así que decidieron no hacer ruido y poco a poco salir caminando, y así lo hicieron, el jardín para esos momentos ya era un jardín marchito de las flores y rosales, así como de los árboles, no quedaba nada, solamente varas hojas y matorrales secos, ellos iban caminando muy, pero muy cautelosamente cuando de pronto estas polillas empezaron a volar y se pusieron frente de ellos, ellos no sabían que hacer, cuando de pronto el anillo empezó a brillar Titi dijo: —O no, no sabes lo que quiere decir, él está cerca de nosotros. Empezaron a buscar alrededor de ellos, cuando algo se acerca volando es otra gran polilla, esta es más grande de las otras y encima de ella venia Osiri, riendo, ellos lo vieron con enfado y él les dijo con esa expresión de alegría. —Ja, ja, jaa al fin los encuentro que creían que ya habían terminado conmigo, pues ya ven que no. Diciendo esto y bajándose de la gran polilla, así continúo acercándose a ellos. —Bueno que creen lo que se dice por ahí por los bajos mundos, déjenme y les digo que ustedes son muy famosos, varios andan detrás de ustedes, así que tienen que tener mucho cuidado, pero mientras estén cerca de mi serán mis protegidos y nadie les ara nada, solo que hay una condición. A lo que Ernesto y Titi voltean a verse confundidos, es entonces que Ernesto le contesto: —No sé de lo que hablas, pero nosotros no queremos tu protección de ninguna manera y menos con condiciones, y recuerda nosotros somos invitados de Set, así que no se diga más y déjanos pasar. Mientras tanto Titi trataba de cubrir el anillo, pero este de repente se apagó, Titi respiro muy profundo y dijo: —Si ya nos tienes hartos con tus amenazas, así que con permiso. Diciendo esto se acercó a Osiri, lo hizo a un lado y empezaron a caminar de inmediato, él dijo: —Pero que se creen, yo soy un dios muy poderoso y ustedes unos simples mortales. Alzo las manos para hacer no sé qué cosa, cuando ellos se voltearon y Titi le dijo: —Ya, ya Osiri si nosotros somos unos simples mortales que no creemos en ti porque, así como nosotros somos simples mortales, tu eres un simple egipcio de esta época, pero nada más eres un simple egipcio al cual sus poderes están por desaparecer, y sabes porque, porque no te tenemos miedo y no creemos en ti, tu para nosotros eres un simple mortal igual a nosotros, medio afeminado, pero nada más eso eres tú para nosotros, lo entiendes verdad. Él se quedó mudo, no sabía que decir, se quedó petrificado y mudo, ellos se dieron la vuelta y empezaron a caminar aprovechando el momento de distracción, cuando Osiri les dijo: —A ver ya basta de decir tantas tonterías esperen, esperen las cosas no son tan fáciles, ustedes traen lo que yo necesito para ser más poderoso y me lo van a dar. Ernesto le contesto: —Pero nosotros no traemos nada que te pueda servir para que recuperes tus poderes. —Sí, si lo tienen y me lo van a dar, yo sé quiénes son y de donde vienen uno de ustedes encontró en su época algunas cosas que me pertenecen, y quiero que me las entreguen por las buenas o por las malas. Entonces Ernesto le pregunto: —Pero no sabemos ¿Qué es lo que quieres? Osiri si nos lo dices tal vez sepamos qué es lo que quieres de nosotros. —Es el anillo, el brazalete y el medallón. Ernesto y Titi se quedaron sorprendidos por lo que oían, de lo demás ellos no sabían nada. —Pero a ver Osiris no entendemos nada. —le dice Ernesto. —Si les voy a decir nada más, porque solo ustedes pueden darme esas cosas, a fin de cuentas, mientras ustedes no me den lo que es mío no les puedo hacer nada. —Pero que es lo que es tuyo. —vuelve a decir Ernesto. —Sí que podemos tener nosotros que sea tuyo, no lo entiendo. —contesto titi. Él les grito y les dijo: —¡Ya les dije el brazalete, el medallón y el anillo! Donde esta quien lo tiene, nada de eso se debe de usar, pero es necesario. —No, no lo sabemos no sabemos nada de eso. —dijo Ernesto. Es como ve que ambos mueven la cabeza negando. —Miren yo me enamore, si se puede decir que me enamore, pero pensándolo bien creo que fue solo deseo por Amunet, yo insistí mucho con ella, pero ella no me tomaba en cuenta y entre más me rechazaba yo más me encaprichaba con ella, pero ella no, no aceptaba nada de mi entonces, empecé a investigar el porqué de su rechazo así me vine a enterar que ella a quien amaba era a Anubis, y el tan bien la amaba a ella, ambos se veían tan felices que algo en mi carcomía mi corazón, fue cuando empecé a pensar planear y ver cómo le podía hacer para que Amunet fuera mía, nada más pensando y pensando esto iba a ser muy difícil, además si el gran padre se enteraba de lo que estaba planeando, él me castigaría y me mandaría por toda la eternidad al inframundo, así que él podría tendría que darse cuenta y mucho menos saber que era yo el que iba a terminar con dos dioses muy poderosos, pero había una ventaja que al tenerlos yo prisioneros mis poderes aumentarían, matarlos, ni pensarlo, eso era imposible, pero aprisionarlos eso si lo podía hacer, ahora tenía que ser a ambos porque de otra manera Anubis no pararía hasta encontrarla, y claro que la iba a encontrar y todo se sabría, así que tendría que planear como iba a atraparlos a los dos, esto parecía imposible, pero no para mí, así que empecé a idear como lo tenía que hacer, lo que si era seguro es que tenía que ser con engaños y la suerte estaba de mi lado, porque a Anubis lo mando llamar el gran padre y eso lo aproveche yo, me encargue de que Amunet no se enterara y asiéndome pasar por Anubis la cite en el jardín del templo, y si ella llego muy confiada, en eso la atrape y la lleve a mi habitación para que Isisas creara la maldición, así fue como Amunet fue encerrada en una burbuja de vidrio y nada ni nadie podía romper el hechizo o la maldijo, nadie, solo yo, enseguida cuando llego Anubis hice lo mismo estuve estudiando durante mucho tiempo, cuál era su rutina y donde y cuando se veían, así que para ellos todo era muy normal y nada de que sospechar y si ya lo había hecho una vez y todo salió bien, hacerlo una segunda ves no fallaría y así fue, lo mismo que hice con Amunet eso mismo se hizo con Anubis, ya con Anubis y se completó la maldición ambos estaban atrapados y por separado, cuando Isisas termino todo y fue cuando me dio el anillo, el medallón y el brazalete, yo para que nadie supiera que fui yo, fui y los escondí en unas tumbas de los faraones y sabía perfectamente que nadie los iba a encontrar, pues nadie profanaría ninguna tumba de ningún faraón, de eso estaba seguro y si en cuando estos fueron encerrados por Isisas, de inmediato me sentí más poderoso, entonces me dije que si era cierto y no solo un mito, pero con lo que no contaba es que a través de los años, las tumbas de los faraones serian profanadas por los habitantes de esa época, en cuanto abrieron la tumba y tomaron los objetos de inmediato, me sentí más débil y así me di cuenta que estos habían sido descubiertos, cada vez me debilito más así que los necesito, no tanto para continuar con mi venganza, ahora es para recuperar mis poderes, porque de otra manera poco a poco seré una persona igual a todas y no es el gran padre como me castigaría cuando descubra esto, o alguien vaya a decirle que yo ya no soy un dios, cuando hice todo no imagine lo que me esperaba, así que como ven debo obtener las cosas a como dé lugar. Después Titi entendió él porque el anillo se había apagado, porque el ya sus poderes no eran tan fuertes, después Ernesto le dijo: —Pero nosotros no tenemos nada y nosotros no fuimos los que los encontramos, respecto a eso estas equivocado. —A no entonces ¿Quien, quien los encontró? y entonces ¿Que hacen ustedes aquí? —termino preguntando él. Ernesto le dijo: —No, no sabemos quién y nosotros solo venimos acompañando a Daniel, nada más que él se regresó y nosotros nos quedamos, eso es todo, pero tenemos que regresar nuevamente, si quieres puedes regresar con nosotros y ver quién es el que encontró las cosas. —No, no nosotros no podemos, ni tenemos la manera de ir a su mundo y si así lo hiciéramos seriamos personas normales, como ustedes, perderíamos todo y quizá no podríamos regresar. Titi contesto: —Entonces no sabemos qué hacer, pero deja que continuemos nuestro camino, nosotros solo nos vamos a reunir con los demás. —Y ¿Dónde se van a reunir? Ernesto le contesto: —No sabemos los andamos buscando, nos separamos y nos perdimos, así que los andamos buscando y salimos del templo, porque ellos no están ahí ya los buscamos, por todos lados y no están. —Si es evidente que no los hemos encontrado, así que deja que continuemos buscando. —dijo Titi. —Está bien ustedes no me sirven de nada. Mientras tanto en lo que Titi, Ernesto y Osiri aclaraban todo, titi se dio cuenta que las grandes polillas que estaban a su alrededor poco a poco iban desapareciendo lentamente, es como si una goma gigante y las fuera borrando a todas lentamente, solo quedo una en la que venía Osiri, así pues, Osiri camino hasta donde estaba la polilla, se subió y se fue perdiéndose en el horizonte, entonces ellos empezaron a caminar al estar más calmados y dijeron. —Vaya, vaya pensé que iba acabar con nosotros. —dijo Ernesto. —No yo cuando vi que el anillo se apagó, eso quería decir que el ya no era un peligro para nosotros, lo bueno es que nos creyó todo lo que le dijimos, solo así podíamos salir con bien de ahí, convenciéndolo de que nosotros no traíamos nada. —dijo Titi. —Lo bueno es que no intento ver el anillo que traigo, porque de otro modo se hubiera dado cuenta que era el anillo, quien más lo conoce como nadie solo él. —le dice él. Así fueron caminando por el jardín marchito, pero de pronto vieron unos arbustos verdes, eran tan tupidos que no dejaba pasar, ellos se pararon frente a estos arbustos y Ernesto dijo: —Vamos abrirnos paso por entre ellos. Lo trataron varias veces, pero fue inútil, no podían, eran duros y tupidos entonces Titi dijo: —yo pienso que estamos atrapados. —No, no vamos a caminar a un lado de ellos, a ver si podemos encontrar alguna entrada que te parece. —Sí, si vamos. Empezaron a caminar y no muy lejos encontraron una entrada, se pararon enfrente de ella, pero a Titi no le latía entrar en ella, así que le dijo a Ernesto. —Porque no regresamos, es mejor, no sabemos lo que nos espera aquí y la verdad me dio miedo. —Pero Titi tenemos que seguir adelante, tenemos que encontrar a los demás. —Sí, si lo sé, pero es que esto no está bien, siento el peligro en el aire. —Está bien regresemos, no se diga más. Cuando se dieron la vuelta para regresar ya no estaba el marchito jardín.
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