Capítulo 14: ¡Quítamela, quítamela idiota quítamela!

2625 Words
Ambos se voltearon a ver y es como ambos asistieron de estar de acuerdo, el hombre solo regreso a la casa y le dijo a Titi y Ernesto, ya no estaban tan cerca de la ventana. —Bueno, bueno ya lo vieron así que van a salir por su voluntad o voy a tener que obligarlos, es como ustedes quieran, el encargo del jefe es que terminara con ustedes y le entregara lo que traen y eso es lo que voy hacer. Ernesto le dijo: —No, no vamos a salir. Cuando le dijo esto el empezó a crecer y a convertirse ante sus ojos en el gran ogro que vieron afuera, este se abalanzó sobre ellos, en eso Ernesto aventó el frasco que tenía ya en la mano y esta vez el humo era de color n***o, este se esparció por toda la habitación, el hombre empezó a gritar de la neblina negra empezaron a salir volando pequeños escorpiones, que se abalanzaron hacia el después el enjambre, salieron por la puerta de atrás y lo mismo hicieron con la alimaña que se retorcía una y otra vez, porque esos escorpiones se convirtieron en hormigas carnívoras, que empezaron a devorarlo, la alimaña no podía hacer nada y en unos cuantos minutos terminaron con el dejando solo el esqueleto, regresaron a la casa y se fueron encima del ogro que estaba tirado lamentándose, cuando sintió y vio lo que le iba a pasar lanzo un grito que en segundos termino cuando las hormigas terminaron con él, parecía que aquel humo n***o los empezó a recoger, el humo salió por la ventana y se fue los dos corrieron a mirar por la ventana Titi y Ernesto vieron como la nube negra se alejaba con su cargamento de alimañas. Enseguida corrieron hacia el otro lado de la casa y vieron como los enormes gusanos iban empequeñeciéndose y alejándose de la casa, fue cuando salieron de ella y se dispusieron a salir y continuar caminando, cuando lo hicieron oyeron un pequeño maullido, voltearon y era el pequeño gatito, Titi se regresó por él y se fueron caminando. Después a lo lejos vieron un pequeño punto verde y decidieron continuar por ese lado, llegar hasta donde está el punto verde, así continuaron caminando con el minino a un lado por el desierto, ellos miraban alrededor de ellos, pero no, no había nada en el desierto y cuando alzaban la mirada al cielo, solo era el sol, ni una nube ni un ave volando y sobre la arena nada, nada ni un solo animal, así caminaban en ocasiones, el minino lo cargaba Titi y en otras caminaba delante de ellos, así iban caminando no dejaban de ver aquel punto verde, pero no avanzaban, ese punto verde continuaba siendo un punto. Enseguida y ante sus ojos apareció una mujer que ellos no conocían ni la habían visto nunca, ella era muy bella vestida como toda una diosa, se paró frente a ellos, cruzo los brazos se rio y les dijo: —Ja, ja, jaa que ya notaron que no avanzas, mira que si se tardaron. Titi le pregunto: —Bueno y ahora ¿Quién eres tú? —No, no me reconocen, yo soy una diosa muy famosa. —No, no sabemos ¿Quién eres? —le dijo al preguntar de nuevo Titi. —Pues yo soy Isisas, soy una diosa a muy poderosa. —A tu eres Isisas, mira tú al fin te conocemos. —A si ya habían oído de mí. —Sí, sí y ¿Qué es lo que quieres? —pregunto Ernesto. —Primero ¿Quién les hablo de mí? Y ¿Cómo es que saben de mí? —pregunto la diosa aun con los brazos cruzados. —A pues Osiri. —responde Titi. —A, a, a, a —, dice sin ningún asombro, los mira fijamente a ambos y continua, al principio Titi y Ernesto la miran pensando y confundida al ver que habla con ella misma, preguntándose y volviendo a mirar a los dos. —Y ¿Que quiero de ustedes?, Lo hare fácil, solo lo que traen, que me den lo que traen. —termino diciendo. Ernesto fue quien le contesto: —Pero si ya le dijimos a Osiri que nosotros no traemos nada, solo nos vamos a reunir con nuestros compañeros para regresar, y ya no estar aquí porque sabes, el estar aquí no es muy agradable. —No, no, no a mí no me van a engañar y no van a salir de aquí, hasta que me den lo que traen. —Pero que es lo que traemos. —le contesto Ernesto. —A no lo saben pues es el brazalete, el medallón y el anillo, ustedes saben lo que significa el que yo los tenga. —dijo Isisas. —No, no sabemos lo que significa para ti y la verdad no nos interesa, solo queremos salir de aquí, así que si nos lo permites con permiso. —le contesto Titi. Y diciendo esto Titi paso cerca de ella y la empujo, haciéndola a un lado, está casi se cae y se voltea muy, muy enojada y les dice fuerte. —Que pretenden con esto, porque me faltas al respeto, yo soy una diosa y tu una simple mortal, yo puedo terminar contigo a la hora que yo quiera. Titi se acercó a ella y le dijo: —Mira ya me tiene harta tú y tus hermanos dioses, ya estoy harta que sus poderes los usen solo para hacer el mal a nosotros los mortales, ya estoy harta de que no nos dejen llegar a nuestro destino, ya estoy harta de ti, tu y yo somos iguales. —Bueno no somos iguales. —le dice la diosa. —Claro que sí, tú eres mujer y yo también, vez somos iguales y yo no creo en tus poderes y de lo que si estoy segura, es de que hagan lo que hagan ustedes desaparecerán para ser un absurdo recuerdo, de a ver sido unos dioses sin corazón, unos dioses malos y vengativos, unos dioses que nunca hicieron el bien a nadie, unos dioses malos, egoístas y malvados con la humanidad y adivina quienes sobreviven a través del tiempo, los simples mortales, a verdad ni tan simples mortales que te parece. Al escuchar a esa joven mortal insignificante y sentir algo extraño en ella, sin poder saber lo que era, responde aun enojada evitando ese sentimiento tan atroz que sentía en ella. —Voy a terminar contigo. Eso provoco que la mirara de forma desagradable a la diosa al decir: —Oye, oye espera si termina conmigo, pero no con tu magia o poderes, así tú y yo, solas de mujer a mujer que te parece. Ernesto pensó, “sí que Titi está muy enojada y harta de todo lo que nos ha pasado”, en eso el intento detenerlas, pero ambas se le quedaron viendo muy enojadas, entonces el decidió no intervenir Isisas le dijo a Titi. —Esto no lo había hecho antes, pero bueno será una experiencia diferente y creo que me gusta, así que prometo no usar mis poderes y ser una humana más para luchar contigo. —dice ella. En eso miro a Titi fijamente, pero esta última sin aviso alguno le dio una bofetada y se fue encima de ella, cayeron ambas, pero Titi encima de ella así que la tenía bien agarrada de pelo y empezó azotarla contra el piso, Isisas solo gritaba y le decía a Ernesto. —¡Quítamela, quítamela idiota quítamela! Ernesto no sabía qué hacer, pero sonreía de ver a Isisas y a Titi pelear, las miro por un rato más aunque sin que nadie lo supiera el pequeño minino se encontraba oculto, mirando el espectáculo, es cuando por fin Ernesto tomo de la cintura a Titi y la separo de Isisas, esta quedo tirada en el piso, después se levantó y se acomodó y sacudió sus ropas, después se acomodó la corona que le quedo toda chueca y en seguida aliso su pelo, que estaba toda desgreñada por más que quiso no quedo bien del todo, entonces dijo: —Bueno, ya vi que no es nada fácil ser humano y ahora se el por qué ustedes si sobreviven a través de los siglos. Isisas solo se dio una vuelta y desapareció, así Ernesto le dijo a Titi. —Estas bien. —Sí, sí, si no te preocupes no le di chance ni de respirar, si yo perdía quien sabe cómo nos iba a ir, por eso me decidí a agarrarla de sorpresa porque te contare, no soy una chica peleonera de la escuela, pero tengo amigas que lo son y que las he visto, pero en si esta tal diosa me hizo enojar y me pude desquitar. —dijo Titi al ver olvidado y que fue curioso, que mientras tenia a esa mujer bien agarrada del cabello nunca se dio cuenta del anillo, algo muy curioso. —Sí, sí pero cuando te enojas hay que tener cuidado. Ambos se rieron, Titi enseguida busco al minino, este la estaba esperando cerca de ella, ella lo tomo y se lo llevo cargando. Así continuaron el viaje, caminando nada más que esta vez el punto verde se hacía más grande, así continuaron también, el sol ya no era tan fuerte ya a lo lejos empezaron a distinguir las palmeras y los arboles de dátiles, en eso los hizo ir más rápido, después a lo lejos vieron a una persona que alzaba la mano para saludarlos, ellos no alcanzaban a reconocerlo aún, enseguida el minino salto de las manos de Titi y corrió hacia él, hacia la persona que los estaba esperando, pero poco a poco el minino desaparecía, en eso ellos conforme avanzaban fueron reconociendo a Set, Titi corrió hacia él lo abrazo y le dijo: —Que gusto me da verte, eso quiere decir que estamos a salvo verdad. —Sí, sí, si Nefertiti. —Descansen y despreocúpense por eso, este es un oasis para que los que lleguen aquí descansen, tanto físicamente como mentalmente, así que a descansar. En eso estaban cuando llegaron corriendo Guillermo y Armando, los cuatro antes de decir nada, se abrazaron y Titi les decía: —Están bien, están bien gracias a dios están bien. —Sí, si también ustedes están bien. Los tres hermanos se retiraron un poco y al decir esto, se vieron de arriba abajo para cerciorarse de que estaban bien, después nuevamente se volvieron abrazar. Mientras tanto Bastet y Sejmet paradas juntas a lado de Set los veían abrazados, de ver cuánto amor existía entre los hermanos, algo que no es visto entre los hermanos dioses, enseguida Set les dijo: —Bueno, bueno vamos para que descansen y coman algo. Así se dirigieron a la carpa, después de comer se fueron a refresca, los cuatro empezaron a platicar por todo lo que habían pasado, a veces reían y otras veces se ponían tristes. Ya que habían descansado, comido y relajado Set les dijo: —Bueno ya descansaron y se relajaron, pero lamento interrumpir, pero esto apenas empieza, así que hay que prepararse porque lo peor a penas empieza, tiene que continuar, hay que recordar que Titi no tiene mucho tiempo y el tiempo aquí también ya no es mucho, así que esto tiene que apresurarse —, ellos se vieron, asintieron los cuatro con la cabeza Set continuo. —Tienen que llegar hasta donde está la bruja, ya no es mucho lo que falta, pero tienen que continuar, Sejmet y Bastet los van acompañar, pero recuerden que, aunque son diosas tienen sus limitaciones, ellas no pueden con todo sobre todo si son dioses del inframundo, ellos son muy, pero muy fuertes así que tomen sus cosas y continúen adelante. —dijo él. Todos caminaron atrás de Set, hasta que llegaron al final del oasis y les dijo: —Yo hasta aquí llego, suerte. Guillermo, Armando, Titi, Ernesto, así como Sejmet y Bastet empezaron a caminar, su destino era incierto, ni siquiera tenían la seguridad de regresar a su época, los tres hermanos empezaron a pensar que quizá ya no verían más a sus papás, ya no volverían a ver la vida que llevaban en su época, Ernesto también pensaba que ya no volvería a ver a su mamá, ni a su hermana, todos iban con la moral por los suelos, añorando todo lo que estaban dejando en su época, todas las cosas queridas, sin arrepentirse, continuaron caminando, Titi empezó a llorar muy quedito, sus lágrimas están salían sin ningún esfuerzo, entonces Ernesto se dio cuenta y se detuvo a verla así como sus hermanos se detuvieron, se acercaron a ella, ella con el corazón en la mano les dijo: —Perdónenme por favor, perdón. —No, no digas eso. —contesto Armando de inmediato. —Sí, si perdón por que todo esto es por mi culpa, por mi culpa dejamos a nuestros padres, por mi culpa están en peligro de muerte, por mi culpa estamos aquí, de verdad perdón, yo sé que el hubiera ya no existe, pero si el tiempo se pudiera hacer para atrás, crean me que nunca tocaría el anillo. Entonces Armando le dijo: —Titi hermana si de culpables hablamos entonces ese soy yo, por a ver llevado el anillo a la tienda, pero hay una cosa que tienes que recordar y tener presente siempre, y mi papá nos lo ha dicho y repetido mil veces, “lo hecho, hecho esta y ante un problema, no se debe perder el tiempo en buscar culpables, se tiene que buscar la solución y actuar”. En eso Titi alzo la cara, enderezo su cuerpo y dijo: —Si hermano tienes razón continuemos. Ernesto la tomo de la manos y así caminaron todos de frente, dispuestos a todo lo que se presentara, así empezaron a caminar por el desierto, en eso estaban parecía que todo iba a estar más fácil, pero en eso estaban pensando, cuando de pronto a lo lejos vieron que se acercaban como perros corriendo, dispuestos a atacar estos, avanzaban muy rápido, entonces Sejmet y Bastet se pusieron delante de ellos, de inmediato las dos en ese momento aparecieron un báculo, cada una de ellas conforme se iban acercando estos animales con sorpresa vieron que eran las hienas, las que venían atacarlos ferozmente, así que Isisas estaba cerca, ellas eran parte de ella, así que todos voltearon hacia todos lados, pero no se veía nada. Cuando las hienas llegaron ante ellos no los atacaron, pero si empezaron a rodearlos a modo de que no escaparan por ningún lado, cuando ya estaban rodeados entonces de la nada apareció Isisas, montada en una hiena de color n***o con ojos rojos, sus fauces abiertas por donde escurría una gran cantidad de baba espesa y pegajosa, el verla causaba miedo y asco, a lo que Titi rodo los ojos al ver de nuevo a esta mujer, que primero fue a arreglarse después de como la dejo, entonces Isisas dijo riendo: —Ja, ja, jaa, pero hermanas que hacen aquí, yo con ustedes no quiero nada, pueden irse a la hora que quieran solo déjenme a los humanos, yo solo quiero a los humanos. Sejmet le contesto: —No, no Isisas a ellos los protegemos nosotras, así que si quieres algo con ellos lo quieres con nosotras. —Vaya, vaya eso no me lo esperaba. Isisas alzo su báculo, lanzando una gran bola de fuego hacia ellas cosa de que ellas luego, luego repelaron regresándola, esta bola de fuego fue a dar con una de las hienas que empezó a revolcarse de dolor por el fuego que la quemaba, esto no se lo esperaba Isisas.
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