Estaba aturdido, abrió un poco los ojos y la luz de la lámpara que se coló por sus retinas le molesto, tenía una enorme jaqueca y casi no recordaba nada de lo que había sucedido. Estaba atado a una silla de pies y manos haciendo que su movilidad fuese imposible, dio un respingo en la silla y abrió los ojos por completo de golpe cuando sintió un baldado de agua helado sobre él, Ozan acababa de arribar a la mansión y fue directamente guiado por Fiorella en lo que deseaba que él prisionero sufriera. Connor estaba a punto de enfrentarse al hombre más sádico de Italia, uno que disfrutaba de la tortura y de los gritos que sus actos provocaban en las personas que llegaban a su abrazar su final en cualquiera de los sótanos de la Famiglia. - Es hora de despertar dormilón. Ozan le dijo eso