CAPITULO 1 | El primer Encuentro

1512 Words
- ¿enserio pensaste que podrías ocultarte para siempre? Le dijo Connor mientras la tomaba por los hombros y la estampaba contra la pared con un poco de agresividad - ¿Quién se estaba escondiendo de ti? Al igual que tu estoy muy sorprendida querido Connor. Le dijo Monserrat con una sonrisa burlona en los labios. - Ahora dirás ¿que cuando te acercaste a mí en esa discoteca no tenías ni la menor idea de quién soy? Vamos Monserrat se perfectamente que tu … - ¿Qué yo que? ¿me acerque a ti por quién eres? Por si no lo has notado tengo más poder y dinero que tú por lo que no te necesito, y si te preguntas porque me acerque bueno fue solo porque tu cara bonita me insinuó que podías ser un buen polvo y valla que lo fuiste. Le dijo la chica aumentando su sonrisa. Ella era muy descarada sabía que la situación en la que estaba no era desventajosa y mucho menos le traería problemas, al conocerse ninguno de los dos sabía quién era el otro y quizá así fue mejor, porque al saber quiénes eran lo más probable es que se hubiese librado una batalla dentro de esa discoteca donde más de un civil y tal vez uno de ellos o ambos hubiesen terminado muertos, pero ahora se conocían y ninguno de los dos estaba dispuesto a dar su brazo a torcer para lo que habían sido criados, ser los dueños del mundo. Connor Willer era el hijo mayor y heredero del imperio multimillonario de narcotráfico de Inglaterra, el hombre desde niño fue criado como un Dios se le enfundaron valores y principios los cuales utilizaba con sabiduría para castigar a sus enemigos, era el ser más maligno del mundo tomaba lo que quería sin pedir permiso, era sádico, cruel, orgulloso altanero, pero sobre todo era poderoso nadie era capaz de ir en contra de su voluntad incluso su madre admitía que había criado a un monstruo del que estaba completamente orgullosa era el vivo reflejo de su padre y madre quienes se habían encargado que su hijo fuese no solo el pilar de su familia sino el rey del mundo. “Los ojos del diablo” así era apodado, nadie en su sano juicio sería capaz de llevarle la contraria y desde que su padre murió y el tomo las riendas de los negocios su familia duplico su fortuna, era un hombre de negocios uno temerario y excitantemente sensual, valla que era hermoso ojos azules, barba pulida y esas refinadas y perfectas facciones masculinas que lo hacían parecer un Dios Nórdico, su cuerpo parecía tallado por las benditas manos de Miguel Angello y su comportamiento fuerte y contundente en la cama era un secreto a voces. Hasta ese momento los únicos enemigos que eran capases que frenarle cara eran los Italianos la familia Linguinii era poderosa, por ello se habían compartido Europa buscando no provocar una guerra, pero todo eso cambiaria cuando Connor la conoció, en uno de sus clubs nocturnos una fascinante mujer movía sus curvas sobre una mesa, una pelirroja que gritaba peligro por cada uno de poros desde que la vio supo que esa mujer seria su perdición, pero jamás pensó que una perdición tan peligrosa como la que estaba a punto de ocurrirle. Sus ojos no debieron posarse sobre ella, Monserrat angelucci la heredera de todo el imperio italiano y quien al igual que él había sido criada como la reina del mundo la chica no sabía en el bar de quien se metía cuando llego, de hecho ambos ignoraban la existencia del otro y aún más desconocían sus rostros, él solo sabía que la heredera de su familia rival era una mimada niña malcriada que sus padre controlaban y ella solo sabía que el nuevo jefe de la mafia inglesa era un estúpido con ínfulas del rey del mundo. La información que ambos tenían del otro no podría ser más errónea la chica no era una niña y mucho menos una controlada por sus padres, era una mujer independiente que desde su corta edad la hicieron responsable de importantes negocios en los que demostró que su inteligencia y agilidad mental son muy poderosas, pero lo que más le gustaba hacer era trabajo de campo a pesar de ser una mujer con todas las virtudes y valores de una dama Monserrat era sádica y le encantaba matar le gustaba inventarse nuevas, sangrientas y tortuosas formas para asesinar a sus enemigos, era una estratega innata de movimientos militares y a sus solo 24 años era la jefe de seguridad de su familia, su casa era un fuerte imposible de derribar y ella una hermosa reina que pasaba desapercibida con facilidad. Mientras que él no tenía ínfulas de ser el rey del mundo lo era. - Ve y tráela. Le dijo a su guardaespaldas El hombre se dirigió a ella y al oído le dijo que su jefe quería verla, jamás se imaginó quien era y cuando estaba a punto de negarse volteo y lo vio esos ojos azules se volvieron una droga, no era una mujer que se acostaba o sentara junto al primero que se lo pidiera, pero esos ojos, esos malditos ojos la hechizaron haciendo ir hasta donde aquel hombre se encontraba. - Mucho gusto Connor. Le dijo levantándose al momento de ella llegar - Monserrat, mucho gusto señor Connor. Dijo ella omitiendo su apellido al igual que él. No se necesitó de muchas palabras, fue como si el destino los colocara en ese sitio a propósito solo para que se conocieran y se desatara una guerra, ellos lo sabían, pero ese primer encuentro de convertiría en un juego macabro y s****l que los llevaría solo por dos caminos a la guerra o a la facilidad, todo dependía de las decisiones que tomaran. Sus manos sobre su cuerpo se sentían como brasas ardientes que la incitaban a continuar moviéndose sobre él, sus labios no dejaron un solo centímetro de su piel sin recorrer no planeaba tener sexo esa noche, pero Dios que bien se sentía que la penetrara y le dijera cosas sucias al oído, ella tenía un fetiche que el sin saber lo cumplía le encantaba ser sometida y que en la cama se hiciera con ella lo que quisieran, y él la tomaba con fuerza, se movía dentro de ella con contundencia y no pedía permiso para posar sus manos en zonas impudorosas, después de cansase que cogérsela en el sillón de su habitación la tomo por las piernas la cargo y llevo a la cama donde la termino de despojar de las pocas prendas que aun cubrían su cuerpo, la jalo al borde y la puso de espaldas penetrándola desde atrás con fuerza, Monserrat no paraba de gemir dándole a Connor el mejor sonido de su vida que sin saberlo se convertiría en el único que querría escuchar. Siguió hasta que la chica se vino por tercera vez ella estaba sudada, su respiración era inestable y cuando ella pensó que ya había terminado la poso nuevamente sobre la cama y la volvió a penetrar mirándola a los ojos - Vamos nena desde que te vi en esa barra supe que puedes aguantar un poco más, déjame disfrutarte un poco más. Como si sus palabras fuesen adrenalina con sus piernas le dio la vuelta quedando el abajo y ella lo monto de la forma más bestial en la que ninguna mujer lo había hecho, Dios era en lo único que podía pensar al ver como ella misma se penetraba con su m*****o y gemía, él llevo sus manos a sus senos y los masajeo hasta que se sintió al borde del catártico orgasmo y con dos movimientos circulares más se vino. - De donde saliste. Le dijo mientras se sentaba para quedar más cerca a sus labios y besarla. - De tus sueños. Le respondió con una sonrisa tan sensual que lo hizo besarla apasionadamente. ¿Estas bien?... mensaje de texto Lo estoy, es muy divertido… mensaje de texto Por la mañana lo único que Connor encontró fue una pequeña nota junto a su cama. - No quise abusar de su confianza, espero volverte a ver Connor. La nota estaba formada con un beso. En realidad, nadie sabía quién era esa chica o donde estaba, fue como una sombra que no pudo ser captada ni por las cámaras de seguridad aumentando la curiosidad y ganas de volverla a tener en la cama por parte de Connor, valla que sería un grato reencuentro y él se encargaría de eso. - Búscala, quiero que la encuentres y me digas donde esta. Mientras quiero que investigues ¿Dónde vive? ¿Qué hace? Y si me dio su nombre real. Ordeno esto a sus hombres de confianza. - Parece que alguien se le escapó a mi querido hermano. Le dijo Tomas mientras se reía de él, valla que sería un día divertido. Así inicio la búsqueda de la misteriosa mujer que le había dado el mejor sexo de su vida.
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