Connor bajaba las escaleras de su lujoso casino Montreal, mientras que arriba eran puros lujos y fiesta el sótano de este lugar era conocido en el bajo mundo como el “inferno” el sitio en el que miles de personas habían muerto por órdenes de algún Willer. Karina Lesni yacía en el suelo llena de moretones que le habían provocado muchos golpes en medio de su interrogatorio, la chica se había visto envuelta en el reciente intento de robo al capo italiano, para su mala suerte el hurto fue frustrado por la intensa seguridad de Andrew “Cerbero” el líder de seguridad y reconocido por ser el guardián no solo de la seguridad sino también de los negocios de Connor. Lesni fue captada por varias cámaras de seguridad en un bar en el cual se trataron de sacar más de doscientos treinta millones de dólares en billetes de baja denominación, la mujer servía como distractor para los guardias, pero antes de que su acompañante pudiese sacar el dinero por la parte de atrás la alarma se encendió dejando al descubierto el plan, ella trato de huir, pero fue en vano mientras que su compañero fue abatido a balas por la seguridad del sitio.
Andrew sabía que personas de tan bajo nivel nunca se atreverían a robarle al capo por lo que se encargaba en esa poco ortodoxa conversación de hacer que la chica le dijera para quien o quienes trabajaba Penas la mujer vio entrar al hombre supo que estaba muerta, era conocido que el capo jamás había perdonado una vida, y menos una que había tratado de robarle eran simples códigos el dejaba trabajar a todos con su mercancía, pero nadie podía tocar su dinero. Las pisadas firmas sobre el lustroso suelo hicieron a la chica llorar
- Me parece tan hipócrita de parte de las mujeres que bajan aquí llorar, sabes ¿Por qué? Le pregunto el capo a la temblorosa chica mientras la tomaba fuertemente por el cabello.
Ella solo puso cerrar los ojos y llorar con un poco menos de ruido y una cachetada impacto su rostro
- Te hice una pregunta. Le grito tan fuerte que gotas de saliva cayeron en su rostro.
La chica negó con la cabeza dando respuesta a su pregunta para evitar que la golpearan más.
- Bueno. Dijo Connor lanzándola contra el piso y prosiguió diciendo – me parece hipócrita porque piden a gritos en las calles ser tratadas con igualdad, que les den las mismas oportunidades y los mismos trataos que a un hombre, en este lugar todos son tratados por igual y tu pequeña zorra solo estas recibiendo lo que mereces por tratar robarme y estar encubriendo a quienes están detrás de esto, porque estoy seguro de que tu cerebro del tamaño de una nuez no te permite pensar en un plan para robarme. Así que habla ya o te juro que vas a desear morir ahora mismo.
Esto último se los dijo mientras se ponía un anillo de 4 dedos que tenía unas puntas filosas, ella sabía que en definitiva no la iba a matar, dejaría que su muerte fuera lenta y tardada él era u hombre cruel, el cual jamás se perdía de la diversión y siempre estaba presente y participaba en las torturas que el mismo se inventaba. Por esa razón ella decidió hablar.
- Fue Francis el planeo todo y nos pagó a mí y a mi hermano para que lleváramos a cabo el plan, yo distraía mientras Omero sacaba el dinero. Dijo la chica alzando las manos deteniendo por unos minutos a Connor para poder hablar
- Valla sorpresa, pero ni uno de mis gobernadores decidió traicionarme. Le hizo un gesto a Andrew para que fuera por el hombre que la chica había mencionado – en cuanto a ti bueno por hablar te iras a uno de mis clubs, cuando te sanen las heridas veremos cuánto vale lo que tienes entre las piernas y te designaremos un lugar. Le dijo esto aspirando el aroma de su cabello como todo un psicópata - Ojalá no hubieses hablado tan rápido mi juguete se quedó sin estrenar. Le dijo mientras se alejaba de ella.
Esa era la mirada que todos decían era la del diablo, ese hombre no temía a donde iría después de su muerte, valla que daba miedo, pero eso estaba por cambiar un poco cuando cierta mujer prohibida se metiera en su vida y no pudiera salirse. Esa tarde llego a su complejo de oficinas en la capital de Inglaterra el bellísimo Londres el hogar de su singular hermano, quien al igual que él había sido criado como un rey con la gran diferencia que Connor era mucho más maduro mientras que su hermano William disfrutaba de los placeres carnales de la vida, cuando Connor entro en la mansión de su hermano se encontró con la exótica de las imágenes, su hermano estaba teniendo sexo con tres mujeres, mientras penetraba a una con fuerza y contundencia disfrutaba de como a las otras dos estaban masturbándose entre ellas preparando su entrada para cuando el Capo decidieran entran en ellas
That's beautiful don't stop (so es hermosas no paren)
William salió de la chica con brusquedad mientras la arrojaba al sillón donde estaban las otras, tomo a la intensa morena la puso de espaldas en 4 sobre el suelo mirando al sillón para darle duro, mientras con sus fuertes brazos tomo a la peli roja que estaba aún sentada de piernas abiertas en el sofá y la puso en el borde de este haciendo que la chica que él estaba penetrando le hiciera s**o o**l mientras era fuertemente penetrada por detrás, luego llamo a la otra y comenzó a besarla rudamente. Valla escena de porno la que tenía montada su hermano en la sala de su casa, uno del guardaespaldas intento avisarle que su hermano estaba allí, pero Connor lo detuvo con solo levantar sus manos su intención no era arruinar la diversión de su hermano solo quería una camisa limpia eso era todo.
Al salir de la casa su hermano se despedía de tres hermosas mujeres prometiendo lo que nunca cumplía volver a llamarlas, a pesar de la inmadurez de su hermano era incluso más sádico y sangriento que Connor a él le fascinaba lastimar a sus víctimas al punto que le rogaban que los matara y el considerándose piadoso les dejaba armas para que se suicidaran o puertas y ventanas abiertas para que intentaran escapar y fueran perseguidos por sus perros mientras el joven de tan solo 23 años se complacía al ver desde su balcón la cacería que se montaba. Ambos habían sido criados para mantener a toda costa el apellido de su familia en lo alto y era lo que diariamente hacían.
- Hermano no te vi llegar. Le dijo extendiendo sus brazos y dándole un abrazo fraternal que Connor recibió con gusto.
- Estabas ocupado hermano, no quiere interrumpir tu diversión. Dijo riéndose porque sabía que su hermano jamás dejaría su faceta de casanova.
- Vamos solo eran tres, sabes que me encantan las mujeres son mi debilidad. El chico lo dijo suspirando haciendo que su hermano se riera y agarrara por la nuca para apegarlo a su cabeza.
- Espero que o dejes bastardos regados o tendrás que matarlos. Le dijo dejando de lado su sonrisa.
- Don't worry, no w***e will carry my blood inside her (Tranquillo ninguna Z***a llevar mi sangre dentro de ella). Lo dijo serio siendo conocedor de las reglas de su familia, solo podían tener hijos dentro del matrimonio y como aún no estaba casado no podía dar herederos bastardos que desestabilizaran el poder de su familia.
- Bien eso está perfecto. Le dijo alejándose de el – hay muchas cosas que atender, ayer un barco lleno de armas italianas fue encontrado en una de nuestras rutas, lo hemos tomado y hay que ir a interrogar a los capturados ¿Quiénes venir?
- Hermano, la pregunta me ofende. Dijo con una sonrisa maqui bélica – dame 5 minutos ya bajo.
Mientras esperaban un mensaje de texto de Andrew le informo que ya Francis estaba en las bodegas y que lastimosamente no tenían prisioneros a quiñes interrogar del barco italiano dado que todos se habían aparentemente suicidado, esta última información puso de mal humor al Ingles quien de igual forma tendría que ir con su hermano a verificar la situación.
Ambos hermanos iban callados en el auto sabían que algo raro estaba sucediendo, como era posible ¿que todos decidieran suicidarse en vez de tratar de salvar sus vidas?, todo el entorno de la situación era extraño y más aún al llegar y darse cuenta de cómo se habían suicidado, están colgados con barriles tumbados bajo sus pies, sus camisas estaban abiertas y había letras en ellos que debieron ser talladas con un objeto muy filoso el cual aún no habían encontrado “Gli italiani non benedicono” (los italianos no se venden) eso era lo que decían sus cuerpos. Era obvio no se habían suicidado, en definitiva, esos hombres los mataron, pero no pudieron mucha resistencia para impedirlo, no había señales de lucha así que inmediatamente temieron lo peor un italiano de alto rango estaba en sus calles y necesitaban con urgencia saber quién era.