Lujuria pura era lo que sus ojos emanaban y amor era lo que recibían, en definitiva, dos sentimientos muy distantes y que denotaban que no estaban en completa sintonía.
El amor es tan efímero, subjetivo e indescriptible que todos podemos equivocarnos y confundir el amor con cualquier otro sentimiento carnal, con uno que solo emane deseo por sentir placer ante el tacto impudoroso entre dos cuerpos en el que uno solo busca placer y el otro las razones para no dejar ir a quien ama.
Esa relación fue una completa locura desde que inicio, ser familia era el menor de sus problemas, todo el caos radicaba en que ambos habían sido criados para prevalecer, imponer y para gobernar.
- Bien. Dijo Montserrat – Antes de iniciar hay alguien a quien deben conocer.
Estaban en la sala de la casa, un
