No sé cuanto dormí, pero al despertar aún seguía en su pecho y el sol comenzaba a salir me levante y me estire un poco él había tirado el asiento hacia atrás un poco seguía con los ojos cerrados, pero aferrado a mí no podía moverme de encima de él, pero traté de sacarme de sus manos sin despertarlo, pero eso fue algo difícil se quejó un poco y volvió a atrapar mi espalda en sus manos volviendo a atraerme hacia su pecho acostándome nuevamente sobre él un suspiro se escapó de su boca y miro su reloj por encima de mi cabeza me soltó lentamente dejándome que me sentara nuevamente sobre él
—¿Por qué hiciste esto?—pregunté frotándome los ojos.
— Necesitabas dormir, y yo tenía un tiempo libre, así que solo lo hice —dijo con esa sexy voz ronca y más gruesa de lo que es.
Tomé su muñeca y revisé la hora, dándome cuenta de que ya eran las cinco y media de la mañana.
-Debo entrar a trabajar en media hora, puedes llevarme al hospital --¿por favor?- le supliqué mirándole a los ojos.
—¿Dónde crees que estamos?—dijo bajando la ventanilla para que viera la entrada de mi hospital.
Volvió a subir el vidrio y lo miré a los ojos buscando algún tipo de respuesta a las miles de preguntas que me pasan por la cabeza.
—¿En qué piensas?—preguntó acomodando un mecho de mi cabello, detrás de mi oreja.
- ¿Quién eres?, ¿Por qué haces esto por mí?, ¿Por qué no dejar que me traigan unos de tus hombres?, ¿Por qué traerme tú y hacer todo esto? - pregunté mirándolo fijamente al rostro.
Volvió a acomodar la silla del auto quedando más cerca de mí, apoye mis manos en su pecho tratando de evitar que se acerque un poco más, pero él tenía más fuerza que yo apretó mis caderas contra las suyas y mi pecho contra el suyo nuestros rostros estaban a milímetros haciendo que nuestras respiraciones se mezclen entre sí lentamente subió su mano de mi cadera pasando por oda mi espalda hacia mi nuca tomándola con fuerzas y me acerco un poco más a su rostro haciendo que nuestras narices estén una al lado de la otra
-No necesitas saber mis razones para hacer las cosas, solo las hago, y tú eres la cuñada de mi hermano, por lo tanto, eres familia y nosotros cuidamos a nuestra familia, no hay más razones - dijo bien cerca de mis labios.
—Entonces, si no hay razones, déjame ir. Debo ir a trabajar,- traté de alejarme un poco, pero no me lo permitió.
—Que no tenga razones para actuar así contigo no quiere decir que no tenga razones para hacer esto -dijo antes de conectar nuestros labios
un beso que él guiaba por completo al sentir mi resistencia me dio un gran mordisco en el labio inferior haciéndome gemir de dolor metió su lengua dentro de mi boca haciendo que jueguen entre ellas una con la otra, su beso se comenzó a tornar más caliente su mano izquierda comenzó a subir por dentro de mi uniforme subiendo por mi costado hacia mi espalda tocando cada parte de mi piel con su áspera mano tomo el borde del mismo quitándolo por encima de mi cabeza dejándome en sostén.
- Eres muy hermosa- dijo antes de volver a obligarme a besarlo nuevamente
Quito mi sostén y sus ojos recorrieron mi cuerpo y pude notar en sus ojos el deseo que lo estaba invadiendo ambas manos subieron por el centro de mi espalda me acercó a él y siguió besándome con necesidad poco a poco comenzó a bajar sus labios besando y mordiendo mi cuello hasta mi clavícula siguió bajando y tomo mis senos en sus manos jugando con ellos llevándose uno a la boca mientras masajeaba el otro con la mano haciendo que escapen gemidos de mis labios volvió a tomar mi boca con desesperación tratando de callar mis gemidos, pero rápidamente volvió a besar mis senos mientras metía su mano derecha dentro de mis pantalones jugando con mi mojada entre pierna mis manos aferradas a la tela de sus hombros apretaron con fuerza
introdujo un dedo dentro de mí entrando y saliendo mientras con la palma de su mano rosaba mi botón adolorido, sus juegos poco a poco me estaban llevando al límite y él lo sabía perfectamente trate de empujarlo y alejarlo de mí, pero él no me lo permitió cada vez que quería resistirme él aumentaba sus movimientos haciéndome caer de excitación, hizo que llegara a mi clímax dejándome tirada sobre su hombro mientras él acariciaba mi espalda me ayudo a colocarme mi sostén y mi uniforme de nuevo ayudo a que me recueste en el lado del copiloto se acomodó su erección y se tiró hacia atrás y me paso mi bolso con mis cosas entregándome
- Ahora, si puedes irte a trabajar, buen día,- dijo sin volver a verme.
Debo decir que me sentí algo usada, pero yo lo use a él tome mi bolso y baje del auto y cruce la calle él no esperó ni dos segundos que había apretado el acelerador y salido del lugar a toda velocidad vi su auto desapareciendo a la vuelta de la esquina camine hacia la entrada y cuando pise el primer escalón una mano me sujeto de la muñeca impidiendo que siga avanzando hacia adentro
— ¿De quién diablos era el auto del que bajaste, Emma? — Su tono fue duro, haciendo que tema responder.
—Dime de quién era ese maldito auto— volvió a preguntar más enojado que antes.
— Era de uno de los hombres que trabajan para mi padre, aproveché que venía hacia aquí para que me traiga. Mi auto estaba haciendo un ruido raro —dije con miedo a su reacción.
-Bien, digamos que te creo hablaremos en casa.