El salón de festejos del palacio de Emrystiel abrió sus grandes puertas de mármol para dejar entrar a los invitados. Nobles, plebeyos, ricos y pobres entraron al gran salón y tomaron asiento en las largas mesas en donde abundaban la comida, los postres y la bebida. El salón había quedado divinamente adornado gracias a Kailus, que con tan solo utilizar sus poderes de hada hizo aparecer flores de invierno por todo el lugar, entre cristansemos, amarilis, hortensias, las flores de pensamiento, narcisos, orquídeas, alelís, y las favoritas de Eirwen, las camelias. Los candelabros, encendidos fácilmente también con el poder mágico de los magos de controlar los cuatro elementos, iluminaban y de paso daban calor en el frío salón, que conforme a se fue llenando de gente ya no se sentía para nad