Ethan esperaba impacientemente sentado en uno de los sofás de la lujosa sala de la mansión, con una taza de té en la mano y viendo el fuego de la moderna chimenea. Tenía puesto un pantalón de pijama abrigado, medias gruesas en los pies y un gran jersey de lana que le había confeccionado su abuela. Vio por los grandes ventanales la nieve caer, mientras que Kira y Bigotes se acercaron a la chimenea para calentarse un poco. La vida tranquila que cualquiera podría desear en una mansión de lujo con todas las comodidades, sin tener que mover un solo dedo. Eso era lo que tenía Ethan, pero no sabía a qué costo. No sabía en realidad quién era Aurelius. Ni siquiera sabía si ese era su nombre real, probablemente no. Él hubiera preferido que su padre hubiera descubierto que su novio le estaba s
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