Hellen extendió su mano hacia aquel sujeto con la que había logrado llevarse mejor de lo que siquiera pudo llegar a imaginar. Era más, ahora que caía en cuenta era la primera vez que estaba sola con un hombre en cuarto, con la insinuación de tener intimidad. En su niñez y en su adolescencia no había tenido un novio, aunque sí había estado enamorada de algún chico en secreto y también se había sentido atraída por uno que otro. Pero nunca había concretado, ni vivido, una experiencia romántica como la que ocurre en las películas o en los libros. O más bien, no había compartido una noche especial con su media naranja. Se sonrojó por un instante y se halló intranquila al sentir el esbelto palmar de él. Además, esos ojos azul marino la veían de forma directa y atenta. ¿Qué era lo que había pasad