Mis niños estaban disfrutando a mi madre la mayor parte del tiempo, ella en unos pocos días tenía que regresar a España por el trabajo. No pude asistir al funeral de mi padre porque lo cremaron y tiraron sus cenizas quien sabía dónde, no tenía explicaciones, solamente el miedo en mí crecía cada día más. Era de noche, estábamos acostados ya en nuestra habitación, miraba el techo pensando muchas cosas, Alessandro estaba a mí lado, con su celular. —¿Y Zamira? —Ella está en Francia. —¿Por qué Pablo se ensañó conmigo? —Él tenía problemas con tu padre. Estaba pensativa, no podía creer todo lo que estaba pasando y lo que venía descubriendo hasta ahora, ¿había más? —¿Problemas? —Sí, no sé muy bien eso, pero tu padre le debía un par de favores —lo miraba sorprendida—, te ha entregad