Despertamos en aquella gran cama del hotel cerca de las 10:00 am, me estiré pero el peso del cuerpo de Alessandro sobre mí me lo impedía. Lo miré, sonreí. —Buenos días —susurré. —Mm —se quejó, era muy dormilón. Estábamos cubiertos con la sábana, nuestros cuerpos seguían completamente desnudos. Me apegué a su cuerpo para sentir el calor, besó mi hombro apegándose más a mí también, note su m*****o en mi espalda, me agradaba. Su mano fue a uno de mis pechos y dio un apretón, gemí. —Me encantas —susurró en mi espalda. —¿Nos quedaremos aquí o regresamos a tu casa? —pregunté. —Nuestra casa —me corrigió, abrí mis ojos. —Creo que… —me besó callándome. Se levantó de la cama, quedé viéndolo, apreciaba tanto ver esa escultura delante de mis ojos. Decidí hacer lo mismo y vestirme, él s