*PREPAREN AGUA, LO QUE VIENE ES FUEGO* ATTE: LA AUTORA
ERIC
- No te estoy contando esto para que quemes el mundo con tu ira – digo y mi voz sale más ronca de lo que pretendo – pero aprecio el gesto -
Mis manos están en su estrecha cintura, no puedo evitar apretarla para comprobar si mis dedos se tocarían, casi lo hacen, Ally es alta, delgada, pero con buenas curvas en todos los lugares correctos, su figura es un reloj de arena seductor y sus piernas son largas y firmes, ella jadea un poco por la presión, así que la suelto, pongo una mano en su muslo derecho y la otra la dejo en su espalda donde dejo que mis dedos acaricien la piel que su vestido de baño enterizo deja al descubierto.
- Eric – susurra – no debería estar sentada en tus piernas, no quiero lastimarte –
- Te prometo que no me estás haciendo daño – susurro en respuesta – se siente bien el calor corporal de alguien más tan cerca –
Lo digo en serio y me aprovecho, disfruto el momento, su mirada color miel y verde se queda en mis labios y no puedo evitar mojarlos con mi lengua, el movimiento hace que ella trague con dificultad.
Me estoy pasando, sé que lo estoy haciendo, sé que no debería, pero todo con Ally se siente correcto en este momento, no sé si es porque es con quien he estado más tiempo últimamente, abriéndome, volviendo a ser quien soy, pero diablos, mentiría si dijera que no lo disfruto y mucho.
- ¿Quieres besarme Alondra? – la pongo a prueba, o tal vez a mí, al diablo si me importa
- No es correcto –
- No te pregunte si lo era, te pregunte si quieres, aunque es obvio por la forma en la que estás viéndome la boca – ella asiente y yo siento que mi amigo en el sur, está despertando, que bien se siente sentirlo animado nuevamente – palabras Ally, quiero tus palabras –
- Si quiero – su voz cargada de deseo me quiebra
Cierro la distancia y me como su boca.
No soy suave y para mi deleite, ella tampoco. Se aferra a mi cabello con sus manos, tirando de los mechones que aun conservo un poco largos y abre la boca para darle a mi lengua total acceso, chupo y muerdo sus labios, sus suspiros me tienen duro como un roca en segundos.
Ally trata de levantarse y mis manos la retienen, ella insiste y como no rompe el beso, la suelto un poco, sorprendiéndome, se vuelve a sentar sobre mí a horcajadas, nuestras intimidades chocan, haciéndonos gemir al unísono.
Ella no pierde el tiempo y se balancea en mi erección, me besa con abandono, mis manos recorren su cuerpo sobre el vestido de baño y antes que la cordura nos invada, bajo las pequeñas mangas por sus brazos, ella me deja, sus pechos quedan al descubierto, su piel caliente sobre la mia, sin dejar de besarla, los tomo en mis manos, aprieto sus pezones y ella se aprieta más a mí, prácticamente estamos follando en seco en este punto.
- Quiero más – digo rompiendo el beso
Lleno de lujuria mordisqueo su cuello, aprieto su trasero con una mano y la empujo contra mi entrepierna aún más, ella sigue balanceándose, mi otra mano va a su cabello recogido en una cola de caballo y lo enrollo, tiro de su cabeza hacia atrás en mi fuerte agarre y me meto un pezón en la boca.
- ¡Eric! –
Gime tan delicioso mi nombre mientras le sigo atormentando los pechos, suelto su trasero y masajeo su otro seno mientras tiro de su pezón con mis dedos y dientes, sus gemidos se hacen más fuertes, se contonea más en mi regazo, su piel resplandece con una fina capa de sudor, intercambio mis atenciones en sus senos, ella baja sus manos a mis hombros y se aferra a mi enterrándome sus uñas, me encanta sentirla así.
- ¿Qué pasa Ally? ¿También quieres más? – susurro volviendo a su garganta, muerdo suavemente sacándole suspiros – dime Ally –
- Quiero más Eric, lo quiero todo –
- Yo también preciosa, ahora se una buena chica, ve y ponle seguro a las puertas, quítate ese vestido de baño y vuelve a mi regazo –
Me mira directamente a los ojos y algo en ella cambia, mis ordenes la excitan, ella aplasta su clítoris contra mi erección y gime en mi boca, me da un suave beso antes de obedecer cada palabra que dije, mientras la veo, saco el albornoz que cayo detrás de mí y me quito mi propia ropa.
Ally regresa a mí y sin apartar su mirada de mi erección, se quita su traje de baño, se vuelve a subir a horcajadas, mi mano va directamente a su coño, encontrándola empapada.
- Tan mojada mi Ally, ¿todo esto es por mí? –
- Si –
Se balancea sobre mis dedos dejándome sentir lo resbalosa que está, acaricio si clítoris con mi pulgar y me deleito metiendo dos dedos en su v****a, ella gime y los aprieta en respuesta.
- Eric… oh si, más bebé, quiero más –
Saco mis dedos ganándome un puchero, le sonrío lascivamente y me llevo los dedos a la boca, gimo ante su sabor, una idea me viene a la mente.
- ¿Te gustaría hacer el 69 primero? –
- Me encantaría – responde con una sonrisa genuinamente lujuriosa
Nunca pensé ver a la profesional Alondra Rivera convertirse en una gatita llena de pasión, nunca pensé si quiera que me atrevería a presionarla así y menos que me respondiera siendo tan maleable en mis manos, me encanta, jodidamente, me fascina.
Ally me ayuda a levantar mis piernas en el sofá, que, a pesar de ser de dos plazas, es bastante amplio, permitiéndome acostarme cómodamente, ella se encarga de ponerme un cojín bajo mi cabeza, me sonríe y me besa nuevamente.
- Me encanta tu boca, pero son tus otros labios los que quiero probar, sube ese delicioso trasero y monta mi cara –
- Pensé que querías… -
- Olvídalo – la interrumpo – mi pene puede esperar, quiero tu coño en mi cara ahora Alondra –
Me obedece enseguida, sujeto sus caderas con mis manos y la bajo hasta que su clítoris está en mi boca, me como su coño como si nunca hubiera comido en mi vida, me sabe a gloria, le meto la lengua en la v****a y ella chilla, me agarra el cabello, muerdo y halo sus labios vaginales y ella empieza a montar mi cara con desespero, mi lengua se aplana en su clítoris, la arremolino, chupo, muerdo, jalo, sus muslos tiemblan y me aprietan la cara, sus gemidos van en crescendo y continuo comiéndomela como si no hubiera un mañana.
- Me voy a venir Eric, me vengo – declara entrecortadamente unos segundos antes de llenarme la boca con sus fluidos
Me los bebo todos, la lamo hasta dejarla limpia, ella se retira de mi cara y antes que pueda hacer o decir nada, se sube a horcajadas en mis caderas y se empala con mi pene.
- Joooodeeeer Ally –
No tenía idea de cuanto extrañaba el sexo hasta hoy, pero no cualquier sexo, este sexo, el explosivo, el espontáneo.
Ella desciende sobre mi lentamente, sube y baja acostumbrándose a mi tamaño, la dejo hacer, la dejo retorcerse de placer, la dejo que se estire con mi m*****o, cuando su perfecto trasero toca mis muslos, me siento, me impulso con las manos y quedo ahora si con las piernas dentro del sofá, Ally está a la altura de mis ojos, sus pupilas dilatadas, el deseo brotando por su piel, su boca entre abierta.
- Móntame nena, vuélveme loco con ese coñito apretado –
- Me siento tan, tan llena – suspira antes de besar la punta de mi nariz – quiero tomarte fuerte –
- Hazlo bebé, estoy bien con eso, sácate todas las ganas en mi v***a –
Mis palabras sucias hacen el trabajo, Ally empieza a cabalgarme y pronto encuentra un ritmo que la tiene jadeando, gimiendo y rogándome más.
Azoto su trasero y ella me responde apretándome más el pene, mis manos en sus caderas la ayudan a subir y bajar, puede que mis piernas no tengan la fuerza de antes, pero mis brazos han recuperado gran parte de mi atractivo, me enorgullezco de poder complacer a esta sexy mujer que se deshace en mis brazos con un orgasmo tan delicioso que me lleva al mío.
Poco a poco la euforia se asienta, beso su boca con delicadeza, calmando sus labios hinchados, ella se mese un poco más sobre mi regazo y tiembla en una secuela de su orgasmo, me bebo su placer en mi boca, estoy extasiado.
Cuando todo ha pasado, Ally me mira, la preocupación ensombrece su bello rostro, sacudo mi cabeza de un lado a otro.
- Sin arrepentimientos – le digo
Ella traga y asiente.
- No me arrepiento, solo… -
- ¿Solo? –
- Estaba tan excitada que ni siquiera pensé en un condón, te viniste dentro de mí y fue tan delicioso Eric, nunca lo había sentido –
- Mierda bebé, me vas a poner duro de nuevo – le sonrío – ¿no tomas la píldora? – ella niega – estoy limpio Ally, hacia más de tres años que no estaba con nadie –
- Yo también estoy limpia, mi última vez fue hace más de un año, puedo conseguir una pastilla de emergencia y luego una inyección, no soy buena recordando tomar la píldora –
- Eso significa que… -
- Que has despertado mi zorra interior y está muy complacida con lo que acaba de pasar y quiere más –
Me rio por su analogía antes de besarla, siento su v****a apretarme, pero dudo estar listo para una segunda ronda, sinceramente, empiezo a sentir el esfuerzo del día, Ally lo nota, se levanta suavemente y ver salir mi semen de ella es de las cosas más calientes que he visto, pero verla pasar sus dedos por sus labios hinchados y llevarlos a su boca, me tienen a media asta en segundos.
Ally me ayuda a mover mis piernas, me siento derecho en el sofá, Ally me empuja suavemente para que descanse contra el espaldar, se arrodilla entre mis piernas y lame mi pene desde la base hasta la punta.
- Oh nena – gimo antes de agarrar su cola de caballo y soltarla de la goma para yo ser quien sostenga su cabello y dirija su cabeza – así nena –
Ella chupa mi glande como si fuera un caramelo, se mete mi la mitad y lo saca un par de veces, me mira a los ojos, con un pop me suelta, sonríe y me dice
- Puedes empujarme todo lo que quieras, no tengo reflejo nauseoso – me guiña un ojo antes de tragarme entero
No soy pequeño, me lleva hasta su garganta y traga y pierdo la cabeza, gimo sin control mientras ella sube y baja su boca sobre mí, aprieto mi agarre en su cabello y cuando baja la empujo más, cuando siento su nariz en mi pubis, pierdo todo el control sobre mí y me vengo nuevamente, lleno su boca con mi semen y ella traga con fuerza, con ganas gime y me hace ver las constelaciones bajo mis parpados.
Suelto su cabello y sintiéndome gelatina dejo caer mis brazos a cada lado de mi cuerpo, la satisfacción recorre cada fibra de mi ser, Ally lame mi pene ya flácido hasta la última gota y luego sube por mi abdomen y mi pecho dejando besos húmedos, cuando llega a mi boca no dudo en corresponderle el beso, saboreándome en su lengua.
- Eso fue épico – digo contra sus labios – me dejaste seco –
Ally se ríe, alcanza el albornoz, se lo pone y busca la toalla que antes había usado yo, la toma, me ayuda a levantarme sobre mis temblorosas piernas, rodea mis caderas con ella y luego acerca mi silla de ruedas.
- Vamos a darnos un baño relajante y luego a meterte a la cama – me dice mientras se acerca a las puertas y quita los seguros – ¿crees que alguien nos escuchó? –
- No – la tranquilizo – todo el piso esta insonorizado –
- Que alivio –
Ally me lleva a mi baño, prepara el jacuzzi, me ayuda a entrar y luego va en busca de una botella de agua que me hace beber toda.
- Sin quejas, necesitas hidratarte –
- Si señora – bromeo – ¿a dónde vas? – pregunto cuando no la veo entrar al jacuzzi – dijiste vamos a darnos un baño, eso te implica a ti aquí conmigo –
- Déjame dar una vuelta por la casa –
- No te demores –
- Seré rápida –
Ally me besa suavemente y sale del baño, a solas, me relajo, una sonrisa genuina se dibuja en mis labios, el mejor sexo de mi vida y ni siquiera me importo mi discapacidad o apariencia.