CAPITULO DOS

2154 Words
ALONDRA - ¡¡Papi!! – grito apenas lo veo en el aeropuerto Dejo tiradas mis maletas y salto a sus reconfortantes brazos, lo extrañe mucho. Varias personas pasan y se nos quedan viendo y sé lo que están pensando, creen que es mi sugar daddy, siempre nos pasa, pero no, es mi padre, adoptivo sí, pero mi padre y le digo papi las veces que me dé la gana frente a quien sea. El gran neurocirujano más premiado de la nación, el doctor Raphael Rivera. El estudiante de medicina que se enamoró de una niña abandonada hace 26 años durante su rotación en pediatría, el hombre que me acogió en su corazón, casa y vida sin importar su corta edad y estar a comienzos de su carrera. El hombre que me ama más allá de las palabras, me mima con todos los caprichos que se le ocurren, me guía por este camino tan difícil que escogimos de salvar vidas, el hombre que me inspira día a día a ser mejor. - ¿Y un abrazo para mami no hay? – Y su estúpida sexy esposa alias, la mejor amiga traidora que se transformó en mi madrastra… - Jamás, jamás, voy a llamarte mami – digo riéndome abrazándola Dayana Ferrer, ahora Dayana Rivera, cirujana cardiotorácica de 32 años, se enamoró del neurocirujano Raphael, un hombre mayor que ella dieciocho años, y padre de su mejor amiga, o sea yo, y sí, yo misma fui quien los presentó, la misma que ahora tiene que aguantársela de madrastra. A Dayana siempre le gustaron los hombres mayores, no la culpo, a mí también, aunque no tan mayores como papá, nos conocimos cuando hice mi año de servicio social tras obtener mi título de fisioterapeuta, un paciente a su cargo necesitaba de mis servicios después de someterse a un trasplante de pulmones, el señor era una pesadilla con todos los médicos, no dejaba que nadie lo tocara ni acataba ordenes, incluyendo las de ella. Pero llegue yo y se volvió un gatito mimoso. Resulta que me parezco a su nieta quien se mudó al extranjero y tenía un par de años que no la veía, y por supuesto, hacia todo lo que yo le indicaba sin rechistar, Dayana empezó a llamarme la “encantadora de gruñones” y entre broma y broma, nos hicimos mejores amigas. Un año después, en mi cumpleaños, le presenté a mi papá, ella ya lo había visto de vez en cuando en conferencias médicas, ya lo idolatraba en la distancia a nivel profesional, al conocerlo, las chispas saltaron, él por su parte, nunca había sido tan obvio en su interés por una mujer como ese día, un par de copas, una canción lenta y desaparecieron entre los invitados. Al día siguiente me desperté con una foto de ella vistiendo la camisa de mi padre y un mensaje diciéndome, "llámame mami", se casaron seis meses después de eso y así es como, desde hace tres años y poquito, obtuve una madrastra. - Oye, no seas mala, siempre quise una bebé – - Ten a los tuyos descarada, ya va siendo hora de que me den hermanitos – Mi papá se une a nosotras con mis maletas en las manos, sonríe de oreja a oreja, nunca lo había visto tan feliz, tampoco a Dayana, así que, si ellos son felices, yo soy feliz, incomoda a veces, pero no importa, los amo y yo puedo soportar las arcadas y el pico de insulina por tanta miel que derrochan entre ellos. - ¿Que tanto cuchuchean mis amores? – pregunta mi padre uniéndose a nuestra conversación - Nuestra bebé quiere hermanitos – dice Dayana burlándose de mi - Oh cállense – resoplo y ellos se carcajean. Los tres nos vamos en el auto de papá a casa, poniéndonos al día con los chismes de nuestros conocidos en el hospital, no es que no habláramos a diario, pero siempre nos ha encantado chismear y secretamente, papá también lo disfruta. - Entonces, ¿iremos a la fiesta de los Olivares? – pregunta Dayana - ¿Es el fin de semana? – pregunta papá - Sip – - Me apunto – digo - ¿Y tú cariño? – - Si no hay ninguna emergencia, a donde vayas yo me apunto – mi padre besa los nudillos de Dayana y yo hago sonidos de arcadas – muestra respeto por tu madre Ally – Dayana y yo nos reímos a carcajadas y un segundo después papá se une a la risa, este chiste nunca va a terminar entre nosotros. - Ally cariño, a donde si me tienes que acompañar mañana por la mañana es a la casa de los Barbosa, voy a necesitarte mucho en este estudio clínico, sobre todo con este paciente – - Si alguien puede hacer que este estudio funcione, serán ustedes, tengo fe en eso – dice Dayana - Gracias por tu confianza amor, vamos a necesitar toda la buena energía del universo, en especial con este caso, es complicado y muy personal – - No te preocupes papá, estuve estudiando todos los archivos que me enviaste y armé un plan de ejercicios de fortalecimiento para empezar a trabajar lo antes posible, también hablé con mi amiga Lina, la nutrióloga y me dio un turno en dos días para evaluar al señor Barbosa y crear un plan alimentario específico para sus requerimientos y condición – - Esa es mi niña – dice Dayana – siempre tan proactiva – - Estoy comprometida con este proyecto, ser parte de este estudio no solo será lo más prestigioso y retador que he hecho hasta ahora en mi carrera, sino que tendré la oportunidad de trabajar con grandes profesionales, ¿cuándo llega el tío Kurt? – - Esta tarde, también va a evaluarlo mañana, nuestra prioridad es darle el combo completo, así que amor, tú también tendrás que involucrarte, no quiero dejar por fuera ninguna opinión médica referente a Eric y confío plenamente en tus capacidades – - Cuenta conmigo cariño, no te defraudare – - Se que no lo harás – Ellos aprovechan el cambio del semáforo a rojo y se besan dulcemente mientras yo gimo mortificada tirándome en el asiento de atrás del auto de papá para no verlos. - Bebés, necesitan bebé, hermosos bultitos que les dañen la vida s****l y que yo pueda malcriar y moldear para atormentarlos – - - - - - - - - Raphael, viejo amigo – El hombre alto de tes blanca, cabello rubio oscuro y ojos color miel abraza a mi padre con gran efusividad, si no mal recuerdo su nombre es Marcus Barbosa, el padre de Eric, nuestro paciente estrella. - Y esta debe ser la hermosa Alondra – dice apartándose de papá para abrazarme a mi – ¿y dónde está la señora Rivera? – - En el hospital – respondo – consejo médico, pero se unirá a nosotros junto a mi tío Kurt más tardecito – - Genial, me encantaría que se tomara unos minutitos con mi Ashley, hoy especialmente está muy triste y la compañía femenina le caería muy bien – - Si quiere puedo hablar con ella, ¿tiene alguna afección? – - Dolor crónico en el alma querida, solo eso – La resignación y el dolor es palpable en su voz, cierto, por un momento olvidé que en el accidente que dejo postrado en una cama a su hijo mayor, perdieron a la niña, Adele, pobrecilla. - Bueno, pero sigan, vamos a mi despacho a ponernos al día y luego podemos subir a ver a Eric – - Si no le importa, me gustaría reunirme y hablar un rato con su esposa – - Estas en tu casa querida, lo más probable es que este en el jardín trasero, es donde están sus plantas – me dice con el alivio rebosando en su cuerpo - Gracias – Voy en la dirección en la que me indicó el señor Barbosa y encuentro a su esposa sentada en un banco junto a un rosal y varias macetas con cactus y suculentas de diferentes formas y colores. - Vaya, son tan hermosas – digo anunciando mi presencia - Gracias – - Hola, ¿Ashley cierto? – pregunto tendiéndole mi mano, ella se quita un guante de jardinería y me corresponde el saludo – soy Alondra, Ally para los amigos, soy la hija de Raphael Rivera – - Oh claro, te me hacías familiar te he visto en fotos antes, un gusto poder conocerte al fin en persona, ¿estás aquí para ver a Eric? – Su expresión es amable, pero la tristeza sigue en su mirada, así que decido llegar a ella con un tema amigable y partir desde allí. - Si, pero también a usted, me comentaron que es una gran experta en plantas y a mí me encantaría tener algunas, pero siempre se me mueren – - Oh pobrecitas, bueno, el cuidado de las plantas debe ser especifico según su tipo, como los pacientes, cada caso es especial – A medida que me va hablando sobre las plantas, noto que la tensión y la tristeza que me mencionó su esposo va cediendo, entramos más en confianza mientras me muestra cada una de sus plantas y me explica sobre sustratos, riegos y hasta aceleradores de enraizamiento, sinceramente nunca le había prestado atención al tema y sin querer lo voy encontrando fascinante. Mi celular suena y veo que es un mensaje de texto, Dayana y mi tío Kurt van a demorarse un poco más de lo previsto, así que me dicen que vaya empezando yo con las pruebas preliminares. - Disculpa Ashley, debo ir a ver a mi padre y a tu hijo – - Déjame recojo esto aquí y te acompaño – Ella acomoda las cosas a un lado se quita sus guantes y a un par de metros hay una especie de lavamanos en miniatura que no había visto, se lava sus manos y me guía al interior de la casa. - Eric no ha tenido el mejor de los humores desde el accidente, realmente ninguno de nosotros, pero él lo ha pasado mucho peor, perder a nuestra hija fue horrible, estábamos tan asustados, escuchamos todo en el momento del accidente, los gritos, el llanto de mis bebés y luego el silencio, Marcus llamo a la aseguradora y ellos a la policía y todo fue un borrón de llamadas, gritos y desespero, cuando llegamos al lugar, ya habían sacado a Adele y se la habían llevado y estaban sacando a Eric con mucho cuidado porque estaba empalado con un trozo de la puerta del auto en su espalda, fue horrible – Ashley se abraza a sí misma y me sigue contando. - Yo no sabía que hacer, si irme a buscar a Adele o quedarme con Eric, si bien yo no lo traje a este mundo, él se ganó mi corazón desde niño y lo adoro como si fuera mi carne y sangre, afortunadamente no tuvimos que esperar mucho y nos fuimos detrás de la ambulancia y mientras mi niño iba a quirófano, una doctora nos daba la horrible noticia del fallecimiento de mi niña – Ella solloza y no puedo evitar envolverla en un abrazo, la guio hacia un sillón y me siento con ella aun abrazándola, dándole palabras de aliento. - Mi niña era una fuerza de la naturaleza, tan impetuosa, era tan rebelde, se nos estaba saliendo un poco de control su temperamento, a veces solo escuchaba a Eric y por eso le pedí que fuera a buscarla cuando supimos dónde estaba, no era su responsabilidad ni obligación, pero Eric amaba tanto a su hermana que hacía todo por ella y me siento tan culpable de verlo en esa cama – - Lamento mucho todo lo que han vivido, te prometo que haremos todo lo posible por ayudarlo – - Siento que también lo estoy perdiendo ¿sabes? Poco a poco su dulzura se apaga, ya no tiene esperanzas, es horrible verlo tan impotente allí postrado, no quiere ni siquiera usar la silla de ruedas, a duras penas deja que lo ayudemos a bañarse una vez a la semana, ya no sé qué hacer, siento que se me escapa como arena en los dedos – Ashley rompe a llorar amargamente sobre mi hombro, la puerta cercana a nosotras se abre y mi padre y su esposo salen preocupados, ambos se acercan a nosotras y mi padre le tiende su pañuelo a Ashley. - Tranquila Ash, te prometo que sacaremos a Eric de esta – - No me prometas eso Raphael, sabes más que nadie las opciones… - - Las conozco hermosa, pero te prometo que Eric estará bien, daremos lo mejor de nosotros para que eso ocurra, además traje a mi arma secreta – él me mira y me guiña el ojo – traje a la encantadora de gruñones -
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