Adriana esperó a Alez con una cena romántica, esa mujer de treinta años estaba enamorada de aquel hombre, pero por más que ella se esforzaba él no ofrecía más que sexo. Desde el día uno se lo dejó claro, su relación seria sólo para quitarse las ganas, el día que uno de los dos se enamorara, su relación acabaría. Y el temor de Adriana era que Alez ya hubiera encontrado la mujer de su vida. Lloró, ahogó su llanto en la almohada, aunque Alez aún no le había dicho nada ella ya podía imaginarse que su lejanía tendría que ver con alguna falda. Amaneció. Alez bajó muy temprano. Malena salió de su habitación aún media dormida __¿Dónde vas hijo?__ preguntó al verlo bajar con maletas. __ Tía, mi n... jefa se va de viaje y quiere que le acompañe. __Ay hijo, esa mujer te explota mucho, ni un