Capítulo VII Esta tarde había llegado un barco correo, y el gran comedor del hotel estaba ocupado en su mayor parte por personas con pasajes de cientos de esterlinas, de un viaje alrededor de la tierra. Había parejas de casados, de aspecto doméstico y aburrido, en medio de su viaje; había grupos grandes y pequeños, e individuos aislados que cenaban con solemnidad o festejaban ruidosamente, pero todos pensaban, conversaban, bromeaban o fruncían el entrecejo como lo hacían en su casa; y con una receptividad tan inteligente de nuevas impresiones como sus baúles, en sus habitaciones de arriba. En adelante se los rotularía, pasajeros en tal o cual lugar, lo mismo que su equipaje. Atesorarían esa distinción de sus personas, y conservarían los rótulos engomados en sus maletas, como pruebas docum