Habían pasado un par de días y todavía estaba pensando en lo que me había dicho mi padre. Se miraba realmente enfermó, aunque no me importaba su vida, no podía evitar preocuparme por él. Llegué a trabajar, tomé el elevador hacia mi piso. Estaba sumergida en mis pensamientos cuando alguien más ingresó, volteé a ver quien era. —Hola—salude al darme cuenta que era Aiden. —Siempre es un placer vernos de esta manera—respondió con una sonrisa, quizás estaba recordando el día que nos quedamos atrapados en el elevador por unos minutos—¿Iras hoy a la fiesta de máscaras?—me preguntó. —¿Fiesta de máscara?—dije un poco confundida. —Si, hoy por la noche habrá una fiesta por el aniversario de la compañía. Cada año el señor Will lo celebraba con una breve reunión en la oficina, pero ahora que