Capítulo II

972 Words
Tiempo después.  Salí del trabajo como lo había hecho durante un par de semanas: sin contratiempos. Poco a poco me fui acostumbrando a la rutina, lo mejor de todo es que había hecho nuevas amistades. Le daba gracias a mi abuela por no haberme heredado un departamento en algunos de los hoteles de mí padre, ella sabía que mi relación con él era complicada y que vivir bajo uno de los techos de sus instalaciones hubiese sido un gran desafío para mí. Aunque tengo diecinueve años he  madurado mucho, había sido criada sin amor y sin amistades reales: situación que era común siendo hija de un hombre multimillonario que no tenía tiempo para su familia.  Bajé del taxi e ingresé al edificio, fui directamente al buzón en busca de mi correspondencia. Luego subí a mi piso por el elevador, cuando me dirigía a mi departamento escuche gemidos de nuevo provenientes de mi vecino, miré mi reloj y me di cuenta que era muy temprano, él siempre llegaba a altas horas de la noche y escuchar ese espectáculo tan temprano me sorprendió, especialmente ver su puerta media abierta. La curiosidad crecía dentro de mi cada vez más, no estaba segura si asomarse por la abertura de la puerta, pero los jadeos y un vidrio caerse contra el suelo solo aumentaba la intriga. Segundos después tomé el valor de hacerlo, primero miré a mí alrededor Para verificar que no hubieran personas en el piso, no quería que pensaran que estaba espiando a mi vecino. Luego me acerqué con cuidado y finalmente pude observar la acción en el interior: en la mesa de la sala una chica rubia se encontraba recostada con las piernas abiertas mientras Asthon le comía el coño con fervor. Me mordí el labio ante esa escena tan placentera y erótica. La chica decía grosería por la excitación, mientras él dejaba su acción para follarla frenéticamente. La mesa de vidrio temblaba ante sus embestidas, todo eso hicieron que me excitara. En ese momento Asthon volteó hacia la puerta donde yo estaba, solo me sonrió y continúo follándo a la rubia. Por impulso me alejé de la puerta realmente apenada, ingresé a mi habitación ruborizada. No esperaba que él volteara a ver, sentí vergüenza, no sabía lo que estaría pensando de mí en estos momentos. Me fui a mi habitación y me recosté pensando en lo sucedido, ¿Y si me lo encuentro en el pasillo que haré? ¿Estará pensando que soy una acosadora? Tenía muchas inquietudes que provocaron que me quedara despierta por muchas horas, no sabía cuántas habían pasado cuando mis ojos comenzaron a sentirse pesados.  A la mañana siguiente...  Salí de mi departamento hacia el elevador, pero antes verifique que Asthon no se encontrará en el pasillo para no encontrarme con él, no después de lo que había sucedido ayer. Cuando ingresé al elevador, no me fijé en las personas que se encontraba adentro hasta que sentí su perfume. Traté de tranquilizarme y estar lo más serena posible, para mi suerte dos vecinas iban acompañándome, él como siempre iba solo, había deducido que sus conquistas se marchaban durante la noche. Cuando llegamos al lobby, me fui directamente a la acera a esperar que el taxi llegará. De reojo veía como Asthon me observaba, me sentí como una maldita gelatina ya que todo mi cuerpo temblaba. Por fin el taxi llegó e ingresé como alma que se la lleva el diablo. Suspiré de alivio una vez que el auto se puso en marcha. Cuando llegué a mi trabajo salude a Elsa y los demás.  —Nos han llamado a todos al piso de la presidencia—me informó Elsa preocupada.  — ¿Será que nos van a presentar a nuestro nuevo jefe?—pregunte deduciendo lo que iba a pasar.  Había pasado un par de semanas desde que el anuncio de cambio se haría y cada día que pasaba el ambiente era de tensión e incertidumbre.  —Seguramente, solo espero que no nos despidan—agregó Elsa angustiada.  Subimos al piso, la mayoría de mis compañeros y empleados de la empresa de diversas áreas ya estaba en el pasillo principal. Todos comenzaron a murmurar adivinando los posibles escenarios de lo que iba a pasar, la tensión se sentía en el aire. Sin embargo, no pasaron muchos minutos cuando dos hombres salieron de una de las oficinas elegantemente vestidos: uno de ellos era mi jefe actual, el segundo era muy apuesto de cabello castaño, tenía una leve barba que lo hacía lucir muy varonil y sus ojos eran color miel.  —Atención a todos, les quiero presentar Aiden Moore: el será el nuevo propietario de la compañía y por lo tanto su nuevo jefe—pronunció el señor Will.  La mayoría estaba sorprendido, pero las mujeres estaban más que cautivada por Aiden Moore. Él en unos segundos dirigió su mirada donde yo estaba y eso me puso nerviosa. Poco después él habló por unos breves segundos asegurando que no habrían despidos, pero si nuevos cambios de logística y administrativos. Su voz era grave y seductor, observé a mis compañeras y parecían hipnotizadas y hasta diría que estaban babeando literalmente. La reunión finalizó ya con un ambiente más tranquilo y los chillidos de las mujeres que estaban entusiasmadas por el nuevo jefe siguieron por todo el recorrido de vuelta. No podía negar que Aiden era muy atractivo al igual que su hermano, no tenía mucho conocimiento de la familia Moore y sus vidas privadas ya que durante un año estuve alejada mentalmente del mundo social de la clase media-alta que me rodeaba: estaba sumergida en mí propio mundo, y todo se debía por el fallecimiento de mi madre, está situación aún me dolía; ella no se merecía morir de esa manera, no cuando todo fue culpa de los secretos de mí padre.  
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