Hazel
Mientras caminaba por la calle hacia el cajero automático más cercano, no pude evitar sentir que me estaban observando, me di la vuelta y miré a mí alrededor, pero no había nadie siguiéndome ni nadie que me considerara de interés. Suspiré y me encogí de hombros ante el pensamiento, tal vez sea solo un sentimiento pasajero. Me acerqué al cajero automático y había una pequeña cola, me paré en la fila, esperando mi turno, pero aún podía sentir como si alguien me estuviera mirando.
Miré a mi alrededor de nuevo y vi un auto n***o estacionado no lejos de mí, fruncí el ceño, no sé si es solo mi pensamiento pero el auto se veía como el que había parado y me detuve frente a J&R, oh ven a quién engaño, no puede ser una sola persona conduciendo un coche, además, incluso si lo hay, solo porque me revisé con la ventana no significa que el dueño vendría a buscarme. Pero espera, ¿y si el dueño lo hace?
-Señorita, ¿va a ir?- Alguien dijo y me desperté de mi pensamiento para darme cuenta de que era mi turno. Me volví hacia el tipo que me habló, que debería tener al menos diecisiete años y le sonreí.
-Gracias- susurré y me acerqué a retirar el efectivo, cuando terminé; Avancé para detener un taxi. El n***o todavía estaba aparcado en su lugar. Tal vez estaba pensando demasiado, tal vez el dueño simplemente estacionó para correr al supermercado que estaba enfrente por algo y tal vez era solo otra persona con un auto similar. Puse los ojos en blanco y detuve un taxi; Le di mi dirección al conductor y entré. Suspirando, me peiné con los dedos, luego mi mente me recordó que ahora estaría trabajando en J&R, retrocedí de chillar como una loca en la cabina, esto definitivamente es un sueño.
Cuando el taxi se detuvo frente a la casa de mi familia, era un edificio de un piso con un pequeño césped. Mis padres lo habían comprado cuando estaban recién casados, según ellos, agotaron sus ahorros al hacerlo y trabajaron duro para recuperarse porque alguien estaba en camino, yo. Habían tratado de darme lo mejor que podían, pero luego mamá abrió las piernas y cagó a los bebés y pronto, tuve tres hermanos y nos convertimos en una carga demasiado pesada para llevar y comencé a buscar un medio de ganar dinero de inmediato. Fue un milagro que no me uniera a un grupo malo, algunos de mis amigos que lo pasaron tan duro como yo se habían unido a la prostitución de clase alta como la llamaban, muchos de ellos tenían papás azucarados que les proporcionaban sus necesidades y pronto, sus vidas se volvió mejor.
Debo admitir que estuve tentada entonces, pero al final, no lo hice y Sean terminó siendo el primer y único hombre con el que he compartido la cama, si nos casamos, él sería el único hombre que vería mis bragas. Ni siquiera sé si quiero casarme con él, hay cosas que no disfruto con él y tampoco me gustan. No hablemos de cómo le ofrecería mi casa a la novia de su amigo para que organizara su fiesta sin mi consentimiento, ni tampoco de cómo a menudo me pedía dinero para comprar una cosa u otra. Y por último, pero no menos importante, el hecho de que ni siquiera disfruto del sexo con él. Siempre que venía a buscar eso, solía gemir de frustración y he llegado a entender que él pensaba que era de placer, ah, sí tan solo él lo supiera.
No disfrutar del sexo con el primer hombre con el que estuve no me empujó ni me dio la idea de probarlo con otro, supongo que no solo estoy atrapada por el sexo porque no importa cuánto traté de disfrutarlo con él. , poner toda mi atención en cuando él estaba dentro de mí, gemir en voz alta aunque no había nada y emborracharme para disfrutarlo, todo ha resultado fácil, así que no veo por qué molestarme más. Mi cuerpo simplemente no responde a eso, simple.
Abrí la puerta principal de mi casa y entré, escuchando –agáchate- y agachándome lo suficientemente rápido para esquivar la pelota que me lanzaron. -Hola, Hazel- dijo Lucas, mi hermano de diez años, yendo a por su pelota.
-Oye, Lucas, ¿no te importaría no tirar la pelota a la puerta cada vez que entro?- Pregunté, esta no era la primera vez, había sucedido tan repetidamente que he perdido la cuenta y si no me hubiera perdido en mis pensamientos, me hubiera acordado de agacharme porque llegué a un punto en el que me acostumbré.
-No es mi culpa que siempre entres cuando decido tirarla a la puerta- replicó, alejándose con su pelota mientras yo ponía los ojos en blanco. Entré a la casa y al pasar por la puerta de la sala, vi a Alexis, mi hermana de quince años que ahora se está volviendo un dolor de cabeza. Estaba sentada en el sofá y leyendo, espera, eso es nuevo, ¿desde cuándo lee Alexis? Mi curiosidad se apoderó de mí y me abstuve de ir a la cocina donde sé que mi mamá podría estar y entré a la sala de estar.
Ella miró hacia arriba cuando sintió mi presencia -estás aquí temprano-
-Supongo que debería estar feliz de estarlo- respondí, todavía sin apartar los ojos de sus manos que sostenían su libro de texto de historia -estás leyendo-
-Supongo que sí- respondió simplemente, actuando como si no hubiera escuchado la sorpresa en mi voz.
-¿Por qué es eso?- Está bien perdónenme, sé que es un poco extraño preguntar pero tienes que entenderme, la escuela nunca ha sido algo para Alexis y me he acostumbrado a que sus notas sean malas y ya no me molesto, después de todo, no. No importa lo que diga, siempre parece que estoy hablando sola.
-Oh, ella está interesada en este chico y él dijo que solo habría una cosa entre ellos cuando ella mejore sus calificaciones- escuché a mi hermano de diecinueve años, Timothy, llamar con cariño a Timmy detrás de mí y voltearme para verlo, sonrío para mí -Supongo que el amor finalmente la derriba- se rió entre dientes, arrojándole una bola de papel.
Miré de él a Alexis, quien apartó el papel y puso los ojos en blanco -Wow, me gustaría conocer a este chico. ¿Dónde diablos está? Se merece un premio de mi parte-.
-Por supuesto que sí, es mucho mejor que ese idiota de tu novio- dijo con descaro, levantándose del sofá.
-Oye, cuidado- advirtió Timmy, en serio esta vez. No me afectó su comentario sobre Sean, nunca le ha gustado y no importa lo que yo diga o mis padres, ella nunca trató de darle el beneficio de la duda y supongo que dejé de preocuparme por lo que ella piensa. No he visto a un chico que pueda tolerar mejor que él y hasta entonces, estoy atrapada con él, no importa cuánto tuve que tratar de evitar gritarle a la cara que estoy rompiendo con él, días como hoy.
-Como sea- respondió Alexis rodando los ojos y saliendo de la sala de estar.
-Lo siento, hermana- dijo Timmy.
-Vamos- me burlé -soy Alexis- me reí entre dientes y él se unió a mí. -¿Donde esta mamá?- Le pregunté saliendo de la habitación y él me siguió.
-En la cocina- respondió y fuimos directamente allí para encontrar a mi mamá haciendo lo que aún no he tenido tiempo de averiguar.