¡Hay dolores irreparables! Sophie regreso al trabajo tratando de simular que no había pasado nada entre ella y Dean, que él fuera el hijo de su jefe, le costaba sobrellevar las cosas. Sin embargo, era algo que debía hacer, en la costa no tenía más opción, ese día había trabajado duro, era un día caluroso, afortunadamente para ella, Dean no se había acercado en todo el día, por un momento se imaginó que todo se había quedado hasta ahí. Sophie estaba cerrando el local, se quitó el abrigo que llevaba puesto y lo ató a su bolso, se recogió el cabello, y arranco para su casa, las calles estaban solas y a pesar de que trabajaba a unas pocas cuadras cerca de su cabaña, debía caminar por un sendero un poco solitario; especialmente esa noche tenía un mal presentimiento, ojeaba hacia los lados, s