Era casi la medianoche, Valentín estaba consumido por el dolor que le causaba saber que Sophie, tenía que traerla consigo y cuidar de ella, pero juró que destruiría a cada uno de los que le hicieron daño en ese momento, podía llegar a la costa de noche, pero sería difícil volver con vida sino lo hacía antes del amanecer, así que debía ser cauteloso. El único que lo podía ayudar en ese momento era Elian. Valentín llegó hasta donde él estaba, en un club privado de Charleston, donde había mujeres y placer, un sitio dedicado para los licántropos, donde la lujuria y el placer estaba presentes. “Vaya, pero ¿a quién tenemos aquí? El vampiro más amargado de la ciudad, ¿no me digas que vienen en búsqueda de diversión?” Markus miró de arriba abajo a Valentín “No estoy para juegos hoy Elian,