Romance en luna nueva

Una posible nueva vida para Sophie

Sophie se quedó profundamente dormida durante el viaje en el tren, cuando abrió sus ojos, era como si se hubiera despertado de la pesadilla en la que había vivido los últimos meses, respiro aire puro, ni siquiera sabía en ese momento que sería de su vida, pero su telefono tomo la señal del internet, y una notificación llegó de su banco.

“¡no puede ser cierto!” no salía de su asombro al ver la exorbitante cifra que le había puesto Valentín, enseguida tomó su teléfono y tecleó un mensaje

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Pero tal parecía, aquel número que tenía del vampiro, ya no estaba en servicio, por lo visto no solamente ella había decidido sacarlo de su vida, sino que él que también de la suya, con nostalgia, bloqueo su móvil, y miro al horizonte, por un par de noches se quedo en hotel, sin embargo, decidió mudarse a una pequeña ciudad, muy cerca de la costa, se compró una pequeña cabaña con vistas al mar, y consiguió empleo como administradora en una tienda local.

Aunque intentó dejar atrás su pasado y comenzar de nuevo, no pudo evitar pensar en Valentín y en todo lo que había sucedido entre ellos. A veces, miraba al mar y se preguntaba si él la estaba buscando, si sentía lo mismo que ella.

Pero al mismo tiempo, sabía que no podía volver a Charleston. Había visto demasiadas cosas terribles allí, y no quería arriesgar su vida de nuevo.

“¿Eres nueva aquí? ¿verdad?” un rubio se acercó a la caja registradora en donde hacía el conteo de dinero

“Si, soy nueva aquí” le respondió ella completamente indiferente.

“Mucho gusto, me llamo Dean, Dean Sullivan, vivo aquí en la ciudad desde que nací, por eso es muy fácil para mi saber cuando alguien es nuevo”

“Me llamo Sophie Robinson”

“Pero eres de lejos, tu rostro está bien pálido ¿de donde vienes, de Transilvania?” él chico le bromeó

“Casi” respondió ella divertida

“¿Llevas mucho tiempo trabajando aquí?”

“Pues tu deberías saber eso, ya que te diste cuenta de que soy nueva por esta zona”

“A decir, debes llevar menos de un mes, porque ese es el tiempo en que el que deje de venir a esta tienda y tu no estabas antes”

“pero que detallista eres, llevó aproximadamente tres semanas, bueno ese es el tiempo que llevo, ahora tengo que trabajar, soy nueva”

“Eres la administradora del lugar, prácticamente eres la jefe, tu listón lo dice, y bueno yo soy el hijo del dueño de la tienda, solamente comprobaba que no estuvieras hablando con los clientes” Dean tomó una bebida de la nevera, mientras que las mejillas de Sophie se sonrojaba, en ese momento agradeció al cielo no haber dicho nada más comprometedor y haber estado siempre en su lugar.

Ella cambió de postura de inmediato.

“Bueno, como le dije, en este momento estoy trabajando, con permiso”

“Como te dije Sophie, soy el hijo del dueño, así que puedes estar tranquila, eres muy hermosa, cuando mi padre me dijo que había llegado una chica nueva al lugar, jamás me imagine que se trataba de alguien como tú”

Sophie de nuevo se sonrojo, pues acababa de salir de una relación con el vampiro, y nunca había sido alabada por ningun otro mortal y mucho menos un como Dean, se le hacía extraño que él lo estuviera haciendo ahora.

“Señor Sullivan, de verdad que no estoy para estas cosas, con permiso” Dean simplemente se quedó viéndola con una gran sonrisa en la boca, ella se habia convertido en un objetivo de conquista.

Dean Sullivan, era un par de años menor que Sophie, era el hijo menor del dueño de la tienda en donde ella había conseguido empleo, aunque era demasiado guapo, se caracterizaba por ser alguien que no hacia nada por su vida, se la pasaba en la calle, y bebiendo, era mujeriego y cuando una mujer se volvía su obsesión, hasta que no conseguía hacerla suya, no la dejaba en paz.

Los siguientes días, él se concentró en halagar a Sophie, le llevaba detalles, y le hablaba como si fuera el más caballero de todos, haciéndole creer que sus intenciones eran buenas.

“Sophie, hoy estás preciosa de verdad, quiero que me aceptes una invitación a salir, me gustaría mucho compartir contigo fuera de la tienda”

“Dean es que yo siempre salgo tarde de aquí, solo me queda tiempo paras regresar a mi cabaña, descansar y volver al día siguiente, es la misma rutina todos los días”

“Yo lo sé, pero mi padre te da un día libre en la semana, ¿Qué tal si vamos a la playa? Conoces un poco más la costa, nos conocemos los dos, me das la oportunidad de que me conozcas un poco más.

Sophie se quedó viéndolo, simplemente suspiro, en su corazón solamente estaba metida la imagen de Valentín, pero al igual que todo lo que había vivido en Charleston, él simplemente era un espejismo, del cual ella debía huir, tenía que olvidarlo y una buena opción, era entregando su corazón a alguien más.

Además, Dean no le era completamente indiferente, era un hombre joven y demasiado apuesto, contrario a Valentín, era rubio, ojos verdes, sus mejillas eran rosadas, su cuerpo era bastante musculoso, y sus ojos brillaban con tanta felicidad, que cualquier mujer en sus cinco sentidos caería rendida a sus pies.

“Esta bien Dean, mi descanso es el domingo, entonces si quieres, podríamos ir ese día ¿te parece?”

“Bueno, ya es viernes, me parece perfecto, iremos entonces el domingo, eres preciosa” Dean se acercó y le dio un beso en la mejilla a Sophie, que por poco y rosa su boca.

El tan anhelado domingo llegó, Sophie estaba nerviosa, oficialmente en su vida nunca había tenido una cita romántica, era su primera vez, se puso un vaquero un poco suelto, y un hermoso top, ropa que en Charleston jamás hubiera podido utilizar, se aplicó perfume y salió a su encuentro con Dean, que no se resistió en elogiar apenas la vio.

Ella mientras tanto estaba demasiado nerviosa, sentía como un palpito la perseguía, era como si alguien desde la lejanía la estuviera observando. Sin embargo, no dio marcha atrás.

“Dean, gracias por venir por mí, ¿A dónde iremos?”

Dean apenas la vio, sus ojos se convirtieron en codicia y deseo, con ella lo quería todo en ese instante, no iba a necesitar más días para satisfacer los deseos que sentía por Sophie, la tomó de la mano y la llevó con él.

“Vamos a la playa preciosa, vas a pasar un día que ni te lo imaginas”

Sophie apenas tragó saliva, esperaba que él la tratara con la misma dulzura que lo había hecho Valentín, no pretendía llegar a algo más allá, solamente quería conocer un hombre diferente al que le había robado su corazón.