TU

1214 Words
Valentín salió con una profunda tristeza de la habitación de su hermana, le descontrolaba la idea de que ella estuviera en ese estado, pero debía respetar su dolor, ahora se encargaría de hablar con Sophie, ella ahora merecía toda su atención. Cuando entró a la habitación que su padre había asignado para ella, Sophie estaba acostada de medio lado, su mirada estaba clavada en la pared, sus ojos estaban abiertos de par en par y una lágrima caía por su mejilla. “Sophie ¿está despierta?” la voz ronca de Valentín la sacó de sus pensamientos Ella sintió como su corazón se sobresaltó de los nervios, y una extraña sensación recorrió su ser, pero no respondió nada. Él comenzó a acariciar su mejilla con su fría mano, Sophie apenas se estremeció, ella no podía ser indiferente a la sensación que le causaban las caricias de Valentín. Sin embargo, no quería girarse a verlo, pues estaba confundida, ella no quería eso para su vida. “Sophie, preciosa, sé que estas despiertan y sé que estás molesta conmigo, pero no es mi culpa, yo jamás quise hacerte daño y nunca planeé que tú te atravesarás en mi camino, cuando te vi la primera vez, mis ojos se plasmaron en tu presencia y desde ese momento fue imposible sacarte de mi cabeza, todos los días mis pensamientos descansaban en tu presencia, y te juro que desde ahí fue difícil desprenderme de ti” Ella solo escuchaba sus palabras, él solo escuchaba como su respiración se agitaba a medida que él le hablaba, y sus lágrimas caían, pero no tenía más alternativa que estar a su lado, esperando y rogando por su perdón. “Yo sé que tu vida era lo más normal, la vida de un ser humano que jamás se imagina cruzarse con un vampiro y estar en una ciudad en medio de un caos por el poder, mucho menos esperas que te llamen la culpable de que un montón de vidas se hayan acabado por estos días, pero tampoco eres culpable de que me haya enamorado de ti” Sophie se giró y se quedó viéndolo, absorbió su nariz, y se sentó para quedar mejor ubicada a él. “¿Estas enamorado de mí?” fue lo único que pudo responderle, Valentín sintió ternura al ver cómo sus ojos estaban hinchados de tanto llorar. “Enamorado como no lo había estado en siglos, y te juro que es cierto Sophie” “Pero ¿Cómo puede pasar eso? Si es que apenas nos conocemos Valentín, yo apenas completó un par de meses en Charleston ¿Cómo se puede enamorar tan fácil de una persona?” aunque esa no era la respuesta que él estaba esperando, por lo menos ella le estaba hablando. “Quisiera que no sonara tan tétrico, pues todo lo que está pasando ya lo es, pero el tiempo para los vampiros no funciona igual que para los humanos, pero solo puedo decirte que fue necesario un solo día para quedar completamente enamorado de ti, y saber que te amo con todas las fuerza de mi alma y de mi corazón, que por ti daría lo que fuera, sin importar lo que tuviera que hacer” “ Valentín, yo no sé que decirte, todo esto me ha tomado por sorpresa, yo…” “Es que realmente tú no tienes que decirme nada, porque en realidad no te pido que me digas nada ahora, yo se que esto es impactante para ti, y, a decir verdad, para mi también, eres tan hermosa, y sobre ti recaen tantas cosas, pero estoy dispuesto a luchar contra lo que sea necesario para poder estar a tu lado, claro solamente si tu así lo quieres” “ Valentín, esto está pasando muy rápido, yo estoy muy confundida, además de todo lo que esta pasando contigo, dentro de mi están sucediendo cosas muy extrañas, he tenido muchas visiones, en donde me he visto siendo como si fuera una hechicera, no se si soy yo, u otra mujer que se parece mucho a mí, solo se que estoy en un estado terrible emocionalmente y lo mejor es que yo me vaya de Charleston” Las palabras de Sophie destrozaron por completo el corazón de Valentín, pero era lo más conveniente en ese momento, eso era lo que ella debió de haber hecho desde el comienzo, alejarse de Charleston sin despertar tantos inconvenientes entre ellos, en especial en él, que en ese momento sentía que se estaba ahogando por dentro con todos los sentimientos descontrolados que sentía en su interior. “Me parece perfecto Sophie, si eso es lo que quieres, está bien, ¿Cuándo te quieres ir?” “Hoy mismo, sé que esta noche sale un tren fuera de la ciudad, sin importar el destino me voy a ir a comenzar mi vida de ceros” “¿Hoy? No tiene que ser hoy Sophie, por favor, quédate un solo día más conmigo te lo suplico” “No, ya la decisión está tomada Valentín, me tengo que ir, debo hacerlo por mi salud mental, además estoy completamente segura de que mi presencia no será de agrado en esta ciudad y que todos harán hasta lo imposible porque yo me vaya de aquí, así que no insistas, porque no hay vuelta a atrás” Sophie se levantó de la cama, y se alistó, despues de unos cuantos minutos ya estaba lista para partir, Valentín le prometió que le ayudaría con una cifra económica para que ella pudiera comenzar de ceros en cualquier lado del mundo, era lo menos que podía hacer, y aunque ella en un comienzo se había negado a recibir el dinero, él insistió, argumentando que era su liquidación. Llegaron a la estación del tren y faltaba una hora para que arribara el tren en el que se iba a ir Sophie. “Sophie, promete que a donde quiera que vayas, siempre vas a tratar de ser feliz” “No sé a qué término te refieras con la felicidad, pero si hay algo muy seguro, y es que siempre te voy a recordar cómo alguien mágico y hermoso” “Sophie, tú eres todo lo que necesito para vivir, pero se que debo dejarte ir, porque en eso consiste la felicidad, en que si amas a alguien debes dejarlo ir para que sea feliz, y si algún día regresa, es porque está destinada a ser para ti, si no regresa, es porque nunca fue para ti” “Aunque suena un poco a frase de cajón, es totalmente cierto, y aunque no me enamore de ti con la misma intensidad, por diversas razones, si puedo decirte que tambien te amo, y que nunca te voy a olvidar Valentín Von Strudel, gracias por cada mágico momento que vivimos juntos, que, aunque fueron muy pocos, creo que fueron los más hermoso de mi vida” “Preciosa, quien tiene que darte las gracias soy yo, pero ahora debes partir, vuela y se feliz hermosa mía, algún día espero volver a verte, te amo” El tren arribó, y con él, las lágrimas de Valentín y Sophie, ambos entendieron que hora de despedirse, tal parecía que la historia del vampiro y la humana había llegado a su fin.
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