¿Un vampiro?

2405 Words
La luz del amanecer entró por la ventana de la habitación, Sophie apretó sus ojos, y comenzó a despertarse lentamente, no recordaba muy bien en donde estaba, ya que sus sueños eran tan reales, pensó que muy posiblemente estaba viviendo uno de esos. Cuando se giró, Valentín no estaba en la cama, contrario a eso, estaba colgado de una viga en el techo, con sus brazos cruzados en su pecho, y sus ojos completamente cerrados, Sophie se restregó sus ojos para asegurarse de que no se trataba de una visión, y emitió un fuerte grito, se arropo con la cobija, y salió corriendo del lugar. Valentín abrió los ojos de un solo golpe, y también salió corriendo, pues la luz del amanecer le estaba dando directo a los ojos, se dirigió a la sala y vio a la pobre Sophie acurrucada en un rincón. “¿Qué pasa Sophie?” “No sé, no sé qué es lo que está pasando en este momento, ni contigo, ¿Cómo diablos estabas descolgado de una viga? Parecías muerto, pensé que te habías suicidado ahorcado” Sophie no dejaba de gimotear como una niña pequeña. “¿Cómo dices esas cosas por favor? Simplemente eso es una especie de yoga tántrico, en mi familia mi madre lo practica y nos lo enseñó desde muy pequeños, eso ayuda a relajar la mente y el cuerpo” “Estabas durmiendo” le dijo ella mientras apretaba sus labios con ira. “Bueno por lo menos ya no me dices señor y me tuteas” Valentín se cruzó de brazos con un tono burlón frente a ella. “¿Quién eres tu Valentín?” la cara de Sophie era todo un poema, parecía que acababa de ver un fantasma, y no era para menos, su adorado jefe se la habia llevado del trabajo, y en menos de veinticuatro horas, había mostrado unas facetas suyas bastante extrañas, desde comer carne casi cruda, a dormir colgado de una viga. “Soy Valentín Von Strudell, no quiero que te sientas incomoda Sophie, quiero que confíes en mí, jamás te haría daño, lo juro” Sophie volteo su rostro hacia otro lado, sintió como un nudo se atravesó en su garganta, hizo un gesto de angustia y salió directo por su ropa, y frente a los ojos bien abiertos de Valentín se vistió sin más. Él hizo lo mismo, tratando de actuar lo más humano posible, pues en realidad el duro 30 años siendo uno. “Voy a llevarte hasta tu casa Sophie, perdóname si en algún momento te hice sentir mal” “Yo no me siento mal, en realidad me siento confundida, pase una noche a tu lado, no me hiciste tuya, pero si estabas durmiendo como un murciélago en la habitación, anoche te comiste una carne casi cruda, ¿Qué eres? ¿una cabra chupasangre? ¿Batman? ¿un vampiro? “ Valentín se rió, y negó con la cabeza, increíble que ella no se hubiera dado cuenta aún de su realidad, pero prefería dejarlo en secreto, hasta que se decidiera si ella iba a ser su diosa, o no. “Nada de eso, solo que tengo unas extrañas costumbres que con el tiempo iras conociendo, ven no te pongas así” él se acercó y la cogió con sus brazos y la abrazo hacia su pecho, por extraño que fuera, cuando Sophie sintió su roce, una inminente paz se posó en su corazón, así que su abrazo fue bienvenido, al mismo tiempo que correspondido. Ambos salieron del lugar, era sábado y era un día lleno de luz, algo que le daba jaqueca a Valentín, así que simplemente la llevo hasta la posada. Sophie en medio de los espeluznantes actos que habían pasado, estaba completamente feliz, dirigió su mirada hacia la mansión y sabía que desde allí Valentín la observaba, cerró su cortina, y decidió leer un libro, pero una llamada la sacó de su paz. “¡Sophie, tienes una llamada, al teléfono!” la voz de María la llamó “Ya voy, ya voy” Sophie se puso sus chanclas con lentitud, mientras María la apuraba para que liberara el teléfono. “Si hola” Sophie contestó “Señorita Sophie Robinson, le estamos llamando del instituto mental en donde está su madre, la señora Rose” “Si, efectivamente ella es mi madre, yo ya les haré la consignación de su pensión en un par de días, si es por eso por lo que están llamando” “No señora, de hecho, hay tres mees pagos por adelantados de la pensión de su madre” Sophie hizo un gesto de confusión y pensó: debe estar equivocada esta mujer, si antes estoy debiendo dos. “Como le decía, nos estamos comunicando con usted, porque su madre está muy enferma y desea verla, todas las noches tiene fuertes pesadillas, ya los médicos han tratado de ayudarla, pero ha sido completamente imposible, inclusive se ha hecho daño a ella misma, entonces sería bueno que usted viniera” “Estoy muy muy lejos de ese lugar, además soy nueva en mi trabajo, no se si pueda ir” “Solamente la llamó para decirle que es necesario, además su madre puede morir pronto, sería una buena oportunidad para que hablara con ella.” “¿Morir?, no, pero si ella esta es enferma de la cabeza, no físicamente, no tendría porqué morir pronto” Por más que fuera su madre, Sophie se rehusaba a ir a ese lugar, su madre hacía muchos años no la reconocía, y cuando iba sus peores miedos e inseguridades se enfrentaban, pero ahora lo que le estaba diciendo la mujer al otro lado del teléfono la desconcertaba. “Yo solo la llame para avisarle, por ahora tengo que colgar, las llamadas a Charleston cuestan demasiado, adiós” Sophie suspiró, ni siquiera sabía que haría en ese momento, ese frívolo lugar quedaba a más de catorce horas de donde estaba, pero el miedo por no volver a ver a su madre, inclusive a puertas de su muerte, no la dejarían dormir en paz, no le quedaba más opción que pedirle permiso a su gran jefe. El lunes en la mañana, ella habia llegado un poco más temprano como de costumbre, el elevador se abrió a la misma hora de siempre, y de allí salió su majestuosidad, ese día Valentín irradiaba, por irónico que fuera, su piel blanca era aún más brillante y sus ojos grises estaban fulminantes como destellos en el cielo. “Buenos días preciosa” Valentín se acercó a Sophie y le dio un beso en la mejilla que le hizo erizar la piel. “Buenos días, señor, ¿podría hablar con usted?” “Claro que sí, dime, y por favor no me vuelvas a llamar señor, no ahora Sophie, no sé si aún no asimilas que estamos saliendo juntos” “¿Ah sí? ¿estamos saliendo juntos?” le preguntó ella en un tono de confusión “Si, bueno ahora dime, ¿de que tenemos que hablar?” “señor, bueno Valentín, lo que pasa es que debo viajar a mi antigua ciudad, mi madre está demasiado enferma y me han llamado, posiblemente puede fallecer, y quiero ir a verla” “Lo siento demasiado Sophie, claro que sí ¿Cuándo necesitas irte?” “Hoy mismo, son 12 horas en tren, viajaré en la noche para estar allí en la mañana” Valentín le hubiera encantado decirle que la acompañaba que se iba en ese tren con ella, pero la realidad era que él no podía moverse por ciudades donde estuviera el sol, o solo podría hacerlo de noche, sería una sentencia de muerte fija, simplemente la miro, le extendió su mano, tomó la de ella y la beso. “Tomate el tiempo que necesites, aquí estaré esperando por ti, si necesitas cualquier cosa puedes llamarme, no olvides llevar tu teléfono inteligente, nos facilitará aún más las cosas.” “Gracias Valentín, eres muy generoso” “No me des las gracias, tu tienes que atender a tu madre, por cierto, ¿no ha llegado Elian?, se supone que hoy empezaba a trabajar” “No señor, no ha llegado y tampoco ha llamado” “Me imagino, debe llegar tarde como siempre, Sophie ¿puedo pedirte algo importante?” “Claro que sí, dime por favor” “Evita la mirada directa de Elian a toda costa, no permitas que él te vea a los ojos por más que insista” “¿Pero por qué, acaso quién es él?” “Sophie, me comprometí contigo a que te iba a cuidar, y nunca voy a permitir que te pase algo, por esa razón te estoy pidiendo esto tan sencillo, ya despues te lo explico mejor, te dejo, hablamos despues de las cuatro de la tarde, tengo al importante quehacer” Valentín le dio un dulce beso en la boca a Sophie, dejándola en una sola pieza y se escabulló hacia su oficina, ella no entendía el porque le habia pedido eso, pero si le inquietaba demasiado, estaba empezando a sentir pánico de nuevo, las cosas paranormales no le gustaban, por el contrario la hacían estremecer. Un par de horas más tarde, las puertas del elevador se abrieron, como lo estaban esperando, Elian salió con un aire imponente, tenía un vestido oscuro un poco ceñido a su cuerpo escultural y una camisa blanca, que hacía juego con su tez morena, no podía ser indiferente tampoco a las mujeres, pero para Sophie no era significante, ella solo tenía ojos para Valentín. “Buenos días, señorita Robinson” le dijo Elian mientras buscaba inquieto su mirada “Go, Buenos días, señor Blackwood, ya su oficina esta lista, puede dirigirse por aquí por favor” Sophie salió de detrás de su escritorio y comenzó a caminar hacia una oficina que estaba muy cerca a la de Valentín, ese sería el nuevo lugar de trabajo de Elian. Cuando ingresaron allí, a diferencia de la oficina de su jefe vampiro, la de Elian era más moderna, una gran silla en cuero, una inmensa laptop y varios juegos de muebles en madera de pino, que le daban un toque fresco y natural. “Me encanta que hayan hecho caso a mis sugerencias, gracias, señorita Robinson” Elian se paró frente a frente a Sophie, ella comenzó a sentir la misma sensación de la primera vez cuando lo vio en el elevador, y estuvo muy tentada de verle a los ojos, pero recordó la palabras de Valentín, y cabizbaja salió de su oficina. Ese lunes fue demasiado largo para ella, a las cuatro de la tarde sin pensarlo dos veces, levantó su teléfono para llamar a Valentín. Él de inmediato le contestó, pero su voz estaba un poco dura. “Dime Sophie” “es que ya me voy, queria saber si necesita algo, ¿o si tal vez lo espero? Esta noche viajo hacia donde mi madre, así que pues quería despedirme” la voz suave de Sophie le habló. “No, por ahora no necesito nada, tengo algo pendiente que resolver, váyase tranquila hablaremos por teléfono” Valentín le colgó la llamada sin ni siquiera tener la posibilidad de decir algo más, Sophie recogió sus cosas y se fue, le estaba esperando un largo viaje. Mientras tanto en la oficina Valentín estaba con Elian. “ Valentín, Valentín, ¿no me digas que ya te estás mezclando con la humana?” “eso es cosa que a ti no te importa Elian, además la voy a cuidar de ti, no quiero que la lastimes, y mucho menos te impregnes con ella, no te creo que ella sea tu luna, no de un licántropo asqueroso como tú” “¿Cuál es tu temor? ¿Qué ella se separe de ti como lo hizo Cleopatra y se quede conmigo?” “Ella jamás estuvo contigo, eres un vil mentiroso, largarte de mi oficina, de no ser porque tenemos que llevar la paz, te juro que ya te hubiera arrancado el cuello” “¡Vampiro imbécil!, solamente te digo una sola cosa, ella será mía así tu no lo quieras, haz lo que te dé la gana, pero ella será mía, yo solamente la quiero para poner mi descendencia dentro de su vientre, porque son los designios de la luna y le prometí que le daría un hijo para que me dé más poder en la eternidad, ¿y adivina? Quien puede ser la mujer más apropiada para darme un hijo, ¡Una virgen como Sophie”! Valentín se levantó de su silla y volteo de un solo golpe su escritorio hacia Elian, que se levantó de un sobresalto. “Sobre mi cadáver le harás eso a ella, tu sabes a la perfección que, si eso pasa, ella va a morir por un estúpido capricho tuyo, ni siquiera la quieres como tu luna, solo es para darle un sacrificio a tu diosa, ¿Qué tan miserable eres?” “Bueno, yo se que estamos en otros tiempos, pero quiero vivirlos por mucho más a mi si me encanta la eternidad, esa que te llena de lujos, dinero y avances tecnológicos, si le doy un hijo a la luna seré eterno, ninguna fuerza ambigua me podrá asesinar y seré el completo rey del universo, con todo el poder y la gloria” Elian parecía loco hablando de esa manera, Valentín se lanzó sobre él, e hizo que se golpeara contra la pared, Elian se burló, y se levantó, se acercó a Valentín y con su garra le dio un fuerte golpe en la boca, de un momento a otro los dos estaban envueltos en una discusión sin final. De repente la voz de la madre de Valentín perturbó en su cabeza. “No quiero que discutas más” él sintió un fuerte pitido y se separó de Elian, este estaba envuelto en risa, se arregló sus vestidos y salió de su oficina, en ese instante el pitido que había enviado la madre a la cabeza de Valentín se habia acabado, ella siempre sabia cuando él se metía en un problema y así lo controlaba. Valentín también salió de su oficina, miró hacia el puesto de Sophie y al verlo vacío se sintió fatal, sabía que se iba hasta donde su madre y por estar discutiendo con Elian, ni siquiera se despidió.
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