Sophie salió del edificio de la gran factoría sin mirar atrás, sentía un gran vacío en su interior, no entendía los repentinos cambios de actitud de Valentín, un día la adoraba como la mujer más espectacular de su mundo, y al otro simplemente la ignoraba como si ella no significará nada. Llegó a la posada, alistó una pequeña maleta, cuando ya estaba a punto de salir, la casera la detuvo. “Sophie, hija, es que ya se cumplió la fecha de p**o del alquiler de tu habitación y pues necesito el dinero, ya sabes muchacha, yo vivo de esto” “Se me había pasado por completo, pero por supuesto, aquí tiene su dinero” Sophie sacó de su bolsa un fajo de billetes y se lo entrego con rudeza a la mujer. “También espero que a mi regreso me tengas una nueva habitación, se que hay más vacías en este lugar,