madre

1630 Words
Sophie salió del edificio de la gran factoría sin mirar atrás, sentía un gran vacío en su interior, no entendía los repentinos cambios de actitud de Valentín, un día la adoraba como la mujer más espectacular de su mundo, y al otro simplemente la ignoraba como si ella no significará nada. Llegó a la posada, alistó una pequeña maleta, cuando ya estaba a punto de salir, la casera la detuvo. “Sophie, hija, es que ya se cumplió la fecha de pago del alquiler de tu habitación y pues necesito el dinero, ya sabes muchacha, yo vivo de esto” “Se me había pasado por completo, pero por supuesto, aquí tiene su dinero” Sophie sacó de su bolsa un fajo de billetes y se lo entrego con rudeza a la mujer. “También espero que a mi regreso me tengas una nueva habitación, se que hay más vacías en este lugar, o tendré que irme” “Cariño, pero si tienes una de las mejores habitaciones” “No es cierto, ya no quiero una habitación en donde me siento observada, adiós” Sophie salió con paso firme hacia la estación del tren, en todo momento se quedó viendo su nuevo teléfono, esperando la llamada de su jefe, por lo menos para despedirse, dejó pasar inclusive una de las rutas, pero su llamada nunca entró, estuvo a punto de marcar su número de teléfono, pero su orgullo fue más grande, recordó lo que tenía que hacer con su madre y abordó el siguiente tren. La salida de Charleston era completamente oscura, no había paisajes, no había pueblos, no había luces, no había nada, era como si se tratara de una ciudad fantasma, por más que trata de distraer su mente con el exterior, le era completamente imposible, así que simplemente se quedó dormida hasta llegar. La luz del sol resplandeciente entró por su ventana, abrió sus ojos lentamente, el brillo de la claridad le molesto un poco la visión. “¡Hemos llegado a Manhattan!” el conductor del tren dio el aviso, a diferencia de cuando ella se subió, ahora había muchos más pasajeros. Sophie salió directo hacia su destino, por un momento había olvidado la realidad en la que había vivido por mucho tiempo, el sol, la luz del día, el bullicio, la gente corriendo, nada se comparaba con la paz de Charleston. Aunque era una paz terrorífica, le estaba empezando a gustar, todos la miraban raro, pues ella también estaba empezando adoptar el color pálido de la piel de los habitantes de Charleston, y eso la incomodaba. Al llegar al asilo en donde estaba su madre, un médico antes de su visita la abordó. “¿Señorita Sophie Robinson?” “Sí, doctor soy yo, he venido desde muy lejos para saber cómo está mi madre, así que me gustaría que me dijera, ¿Qué es lo que ella tiene?” “Bueno, su esquizofrenia está bastante avanzada, ella ya muy poco reconoce su exterior, y ya no pronuncia palabra, solamente ha tenido bastante pesadillas en la noche, más bien visiones, no concilia el sueño, lo peor es que la menciona demasiado, cuando hemos logrado recuperar un poco su cordura nos ha pedido que usted venga, es algo a lo que no podemos negarnos” “Lo trato de entender doctor, pero odio venir a este lugar” Sophie se abrazaba a sí misma, a ella no le gustaba ir al lugar en donde estaba su madre, en algunas ocasiones ella también había tenido visiones y pesadillas despues de haberla visitado, siempre pensó que ese lugar era el culpable de crear todos los miedos que ella sentía por todas las cosas paranormales y los espectros que se imaginaba. “Bueno, es que hemos detectado un tumor en la cabeza de tu madre, es posible que le quede poco tiempo de vida, y en pacientes como ella, pues lo más seguro es que un tratamiento no surja efecto” Cuando Sophie escuchó las palabras del doctor, sintió como su corazón se quebró en mil pedazos, las lágrimas comenzaron a caer automáticamente por sus mejillas, era la última vez que vería a su madre, eso lo tendría por seguro. “Doctor, ella ya lleva mucho tiempo en esta misma situación, pero lo que usted me está diciendo es algo muy grave y sobre todo triste ¿ella en donde esta?” “En su habitación, le hemos puesto un calmante al saber que usted venía” El doctor llevó a Sophie hasta donde estaba su madre, cuando abrió la puerta, ella estaba sentada mirando hacia una ventana, la tenían atada con una camisa de fuerza, su cabello estaba suelto en desorden. Sophie se acercó lentamente… “Mami… soy yo Sophie” Cuando Iris, la madre de Sophie escuchó su voz, dio un sobresalto y comenzó a reír descontrolada, empezó a moverse sin control sobre la silla. “Sophie, si Sophie, Sophie, Sophie, mi niña” repetía la mujer Sophie pensó por un momento que su madre la había reconocido, así que giró su silla hacia donde ella estaba, pero se llevó un gran susto al ver la expresión de su madre, Iris tenía el rostro herido, con grandes marcas de uñas, sus ojos estaban demasiado oscuros, su nariz estaba torcida, tal parecía que se la había golpeado, sus dientes amarillos, sus labios resecos. “Doctor, pero ¿Qué le pasó a mi mamá?” Sophie se alejó un poco de la mujer que seguía diciendo su nombre de manera descontrolada. “Como le dije señorita Robinson, su enfermedad está completamente fuera de control, sus pesadillas o bueno más bien su subconsciente no le permite conciliar el sueño a ninguna hora, ni siquiera con calmantes, suponemos que es a causa del gran tumor, se ha hecho daño, lo más inexplicable es que aun estando amarrada se lo ha hecho” “No, no puede ser doctor, es increíble” “Si Sophie, lo sabemos que es así, solamente queremos que usted se despida de ella, en cualquier momento su madre puede fallecer, pensamos que de pronto al verla, pueda ocasionar alguna mejoría, así que le daré media hora a solas con ella, sin embargo, la puerta está abierta, cualquier cosa. “Gracias doctor” Sophie, de nuevo se acercó a su madre, trato de tomarle de su mano, pero Iris simplemente se quedó mirándole extrañada. “¿Has venido a llevarme contigo gran hechicera?” la voz ronca de Iris le preguntó a Sophie “mamita, por favor recuérdame, soy Sophie, tu hija, por favor” Sophie comenzó a llorar, unas pocas lágrimas caían sobre sus mejillas, estaba tan triste por ver a su madre en ese estado. “Tu eres la hija de la gran hechicera, tu no eres mi hija, mi hija se murió cuando era tan solo una bebe, una hechicera es tu madre, una hechicera es tu madre…” de nuevo la mujer repetía cosas sin control, cuando decía esas palabras, Sophie sentía escalofríos en su cuerpo, era como si sus palabras concordarán con sus pesadillas. “No, yo soy tu hija mamita, por favor escúchame, yo soy tu hija, y te amo, perdóname por dejarte en este lugar, perdóname por no haberte cuidado como lo merecías, por dejarte solita y en este estado, cuanto diera porque te recuperaras de nuevo y volvieras a ser mi madre” La mirada de Iris se transformó, de repente su rostro comenzó a mostrar un poco de nostalgia y tristeza. Sus pupilas se aclararon y su voz también. “Tu eres la hija de una gran hechicera, yo tuve una bebe muy pequeñita, pero mi bebe se murió de una fiebre cuando nació, yo estaba muy triste cuando eso pasó, pero iba por el bosque y una hechicera se apareció frente a mí, con una hermosa bebé en brazos, me dijo que la luna le iba a robar a su gran tesoro, la hechicera iba herida, se estaba desangrando, y cayó tendida en el suelo, y yo recogí la bebe, eras tu mi amor, eres tú, y solamente tú” “Mamá, claro que no, eso no es cierto, tú sabes que no es cierto, pero está bien, si eso te hace sentir bien, está bien, no tendremos ningún problema con creer que esa es la historia” “Hay un príncipe, pero también hay un demonio Sophie, debes de cuidarte del demonio, querrá robarte tu corazon, por generaciones la diosa luna ha querido matar la trascendencia de la gran heredera Cleopatra, y tu eres la última, te van a matar ¡te van a matar! ¡te van a matar!” Iris comenzó a gritar descontrolada, y a moverse frenéticamente en la silla, comenzó a lanzarse contra las paredes, Sophie estaba petrificada al ver como su madre se hacía daño. “¡Ayúdenme por favor!” Sophie comenzó a gritar pidiendo ayuda, las enfermeras llegaron para darle auxilio, pero la fuerza de iris era completamente descomunal, que logró rasgar las vendas de la camisa de fuerza. “¡te van a matar Sophie!” “¡te van a matar Sophie!” “¡te van a matar Sophie!” “¡te van a matar Sophie!” Sophie estaba conmocionada, se cogía la cabeza desesperada e impotente por no saber cómo ayudar a su madre, era imposible controlar a iris, era inexplicable la fuerza que tenía, inclusive unos hombres grandes que había en el lugar trataron de controlarla, pero ella ganó en fuerza, se soltó de ellos y se fue de un solo impacto hacia Sophie y la empujo contra la pared dejándola completamente inconsciente por el golpe. La situación se había salido de control por lo visto Iris había perdido por completo la cabeza.
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