No eran amenazas, es una difícil realidad

1329 Words
Ya era tarde para Valentín y Sophie regresar a Charleston, así que tuvieron que esperar el tren que salía al día siguiente. Mientras tanto en Charleston, la luz comenzaba a ocultarse en el horizonte, Elian estaba terminando su turno de trabajo en la factoría, lejos estaba de imaginarse lo que se avecinaba, unos gritos de pánico alertaron a las personas que trabajaban en los primeros pisos. Una parte de la manada de los lobos feroces que había amenazado con invadir la ciudad se estaba acercando, destruyendo consigo todo a su paso, ya habían asesinado a unas cuantas personas que vivían a los alrededores de Charleston. Muchos de los habitantes se escondieron en sus casas, muchos sabían que esto algún día pasaría y buscaron resguardo en unos improvisados refugios. Hacia más de veinte años que algo así no sucedía, así que el pánico en Charleston estaba a flor de piel. Elian rápidamente llamó a los suyos y a los vampiros que estaban disponibles, y en pleno centro de la ciudad, se empezó una batalla campal. Lea estaba lista para pelear, se quedó viendo a su alrededor, y miro fijamente a Elian. “¿En donde esta Valentín?” “No tengo ni la más mínima idea de dónde está ese imbécil” “Lo necesitamos aquí” Lea estaba nerviosa, jamás se había enfrentado cuerpo a cuerpo a los lobos, estos eran grandes, feroces, aunque en su versión humana hubieran sido más fáciles de derrotar, como animales eran salvajes, no tenían sentimientos, no les importaban causar daño. “Lo sé Lea lo sé, por ahora solo nos resta luchar” No solamente Lea estaba allí también estaban Aby y Morgan, otros vampiros vecinos y muchos licántropos. Los rugidos de los lobos alertaban a los licántropos y vampiros, todos sacaron sus garras, y muchos se enfrentaron entre sí, los afilados dientes de los lobos se clavaban en sus enemigos y a muchos les quitaron sus extremidades, otros sabían que los podía derrotar quitándoles las cabezas, así que los lobos más fuertes se fueron directo al cuello, acabando con un par de vidas. Mientras que los vampiros y los licántropos con ayuda de los humanos utilizaron armas y poderes sobrenaturales para acabar con los lobos, que poco a poco iban cayendo, regresando a su forma de humano, así siendo derrotados. Fue una gran batalla, la ciudad apenas se estremecía con el rugido de los contrincantes. Charleston había ganado esta batalla, pero no la guerra, y fue a un gran costo, hubo pérdidas de vampiros, de licántropos, también hubo perdidas de humanos, la ciudad estaba en ruinas, en la historia más reciente de la ciudad jamás se había visto una imagen tan desoladora como la que reflejaba esa noche. Lea estaba herida, tenía una gran mordedura en su brazo, estaba pálida y confundida, apenas las lágrimas caían por sus mejillas. “Elian ¿en donde esta mi madre?” Le preguntó al licántropo, que, aunque no estaba herido, estaba demasiado agotado por la lucha “No lo sé, estoy viendo a Morgan que esta allá tirado, ven vamos a ayudarlo” Se acercaron al Morgan, el mayor de los Von Strudell, estaba herido con una gran mordedura en una de sus piernas. “Ve a buscar a tu madre Lea, no la he visto, por favor, ve a buscarla” “Padre por favor, debemos atenderte” Lea estaba desconsolada por la escena que estaba viendo, dirigió su mirada hacia Elian “Elian por favor quédate con mi padre, voy a buscar a mi madre, no tengo idea de donde esta” Elian se dispuso a ayudar a Morgan mientras que Lea salió corriendo hacia donde había un montón de cuerpos destrozados, de repente cayó de rodillas al ver una cabeza separada de su cuerpo. Se trataba de la cabeza de Aby, los lobos habían asesinado a su madre, Lea comenzó a llorar desesperada, sintió un profundo dolor, uno que jamás curaría, lo peor de todo, esto posiblemente era culpa de su hermano, los vampiros que estaban a cargo tenían completamente prohibido moverse de Charleston, y Valentín era quien tenía todo el poder en ese momento, nadie tenía ni la más mínima idea de en donde estaba, pues él se había ido detrás de Sophie sin dar aviso. Lo que había acabado de pasar en la ciudad les traía grandes consecuencias a los vampiros, además la madre de Valentín también había muerto, ahora todo era ruina y desolación. Por su lado Valentín Y Sophie venían de viaje, aún les faltaba unas cuantas horas para llegar a Charleston, él ya no estaba utilizando ni el sombrero, ni las gafas oscuras, pues a medida que se acercaban a la ciudad, la oscuridad era su aliada, entre los dos el amor estaba presente, el romance florecia, los besos iban y venían, a pesar de que Sophie estaba pasando por el dolor más grande de su vida, Valentín la estaba reconfortando., sin importarle lo que había dejado atrás, para él lo más importante en ese momento, era protegerla a ella, estaba completamente obsesionado con su amor, ella se había convertido en su princesa, en su pasión, en sus anhelos y no descansaría hasta tenerla en sus brazos y casarse con ella, hacerla suya por toda la eternidad, la protegería de lo que fuera, nunca permitiría que le paSophie algo malo, como le pasó a Cleopatra, eso sería fatal para él. Cuando ambos llegaron a la estación del tren, quedaron asombrados, una sola sombra de humo estaba cubriendo la ciudad, rápidamente Valentín sintió como sus sentidos se dispararon, y un fuerte sonido invadió su cabeza, el ruido era bastante fuerte, tan duro que lo hizo caer de rodillas, se cogía la cabeza con sus manos, y sus ojos de inmediato se pusieron rojos y llenos de agua. “ Valentín, mi amor ¿Qué te pasa?” Sophie se agacho a su altura y preocupada lo cogió. “Sophie, tienes que irte de Charleston, tiene saque irte de aquí” “No, ¿Por qué? ¿Qué es lo que está pasando?” “Cosas terribles están pasando aquí, no dejes que el tren se vaya de aquí sin ti y huye, vete de aquí por favor, que todo lo que puede pasar contigo pierde poder cuando sales de esta ciudad” “No, no estoy entendiendo nada, no me voy a ir, no te voy a dejar, Valentín por favor” “Vete ahora que puedes, vete en ese tren va a salir en los próximos cinco minutos, yo te voy a llamar, habrá dinero en tu cuenta, mucho, suficiente para que empieces tu vida de ceros, pero vete de Charleston” “¡Que no! No lo haré Valentín, por favor no me pidas eso” El ruido que tenía Valentín en la cabeza lo estaba volviendo loco, cada vez se estremecía mucho más, sus ojos estaban más rojos, sus pupilas parecían dos témpanos de sangre. “No puedo hacerte esto Sophie, yo te amo, pero no puedo exponerte a este mundo que es Charleston, vete por favor” El tren estaba a punto de arrancar, Sophie confundida, sin saber qué hacer, sentía como algo en su interior, que le decía que se fuera en aquel tren, así que con lágrimas en los ojos salió corriendo como Valentín se lo había pedido, el tren estaba a punto de cerrar sus puertas, pero una visión vino ha su cabeza. Sophie quedó paralizada, su madre estaba en una forma angelical… “No te vayas Sophie… no te vayas” el tren arrancó, dejándola petrificada, no tuvo la oportunidad de irse, contrario a eso tambien cayo de rodillas, Valentín no se había recuperado por completo de lo que acababa de vivir, inexplicablemente la vida de Sophie estaba dando un giro de 180 grados, todo lo que conocía como realidad, se estaba convirtiendo en un mundo de fantasía, uno en el que ella era la protagonista y se negaba a entenderlo.
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