Frente a mí se encuentra un gran y moderno edificio en el cual está el imperio que creo mi padre. No puedo creer que este lugar a partir de hoy se transforme en mi sitio de trabajo... bueno, mejor dicho; no puedo creer que sea mío. Me siento pequeñita, y apenas tengo el valor de bajarme de este coche, pero él tiene otros planes.
Alessandro abre la puerta del lado del pasajero, y me ofrece su mano. —no tengas miedo, no hay nadie aquí hoy y es la mejor manera que puedas conocer todas las instalaciones. — me alienta.
Hoy decidió conducir él, y se lo agradezco. No necesitaba a nadie más aquí hoy. Se que intenta ser amable, y transmitirme seguridad, pero yo no estoy acostumbrada a todo esto...
—No sé si sea capaz de hacerme cargo de todo esto, tengo miedo. — confieso mientras acepto que sost
