Sus ojos grises parecen más grandes de lo habitual mientras que me mira algo sorprendido ¿Acaso no esperaba esa respuesta? — tiene que ser mentira. — Comenta y bebe un sorbo de champagne.
Lo imito, tomo un sorbo de mi copa y luego vuelvo a dejarla sobre la mesa — es la verdad. — sentencio y al notar su manera tan insistente de mirarme decido continuar — no se puede decir que me haya ido muy bien en el amor. —digo finalmente.
«Debe pensar que soy una tonta... Debí haberle dicho que deje a varios hombres sin decirles nada y así no parecería esta chica inexperta y boba que seguramente se dio cuenta que soy.»
—No estaría entendiendo porque, si eres guapísima. — responde y la última palabra es casi inaudible.
«¿De verdad dijo eso? ¿O fue mi imaginación?»
—¿Qué fue lo que dijiste?— pregunto
