Hernán He dado un salto de la cama, espabilado por un estruendoso golpe en la puerta y sostengo la pistola apuntando al frente. Por lo menos, Joa reaccionó y entre su ropa en el suelo recogió su arma. Nos encontrábamos dormidos, mi chica agarra del suelo su braga y mi camisa, enseguida se viste apresurada. En su lado esta mi boxer y lo lanzó hacía mí. La persona sigue golpeando, saldré en boxers. —No puede ser un ataque, porque es ruidoso —susurro y camino hacia la puerta. —¡Jujitsu, Joa, abran, soy James! —vocifera desesperado. Reviso el celular, indica las quince y Joa sale corriendo de la habitación al escuchar a James. La detengo antes que abra la puerta, me miró angustiada y doy una mirada por la mirilla, se encuentra solo y le quito el arma a Joa. —Puedes ahora. Levanta sus