Cerré la puerta de mi habitación con llave no quería sorpresas ni mucho menos a ese loco en mi habitación apoyada sobre la puerta llevé mi mano hacia mi pecho entre la bata tratando de calmar mi respiración y mis palpitaciones de inmediato fui hacia el baño apestaba a él abrí la ducha para que el baño se llenará del vapor me pare frente al espejo y me quite la bata
todo mi cuerpo estaba cubierto con marcas que dejaban en evidencia el recorrido que él había hecho con sus labios por mi cuerpo con cada mordida y no dejemos de lado que en la parte donde mi cuello y mi hombro se unen había una gran marca en forma de espirales que recorrían mi hombro y cuello ese maldito me marco, pero como es eso posible, él no puede ser mi destinado la luna no puede estar jugando esta mala jugada
me metí en la ducha refregando cada centímetro de mi piel cuando salí me rocíe con el inhibidor de olor que mi madre había preparado para mí, es una mezcla de esencias que neutralizan mi olor de loba porque cualquiera que lo olerá caería rendido a mis pies como si se encontraran en un trance y solo yo podría manejarlos como si me pertenecieran algo así como amo y esclavo
me rocié ese líquido y me puse mi collar de piedra de lapislázuli que una bruja me hechizo para que la luz del sol no me quemara la piel somos muy sensibles al sol, ya que nuestro cuerpo no están preparados para el sol somos perros de nieve como dijo mi hermano peine mi cabello en una coleta alta y trence el largo de mi coleta me puse unos shorts de jean y una camisera de mangas cortas debía tapas esa marca
me maquillé la marca de mi cuello para evitar habladurías debía averiguar quien diablos era ese lobo y si pertenecía a la manada en la que estábamos por cierto se suponía que estábamos aquí por la fiesta de la luna, pero parece que se atrasó dos días los cuales pasaremos aquí muriendo de calor verlos a todos abrigados me da aún más calor
salí de mi habitación, ni bien puse un pie fuera, mi hermano me enlazó.
*Hubo un ataque anoche cerca de la casa del beta. Ven, papá, te necesita.*
Cerro el enlace y comencé a caminar hacia lo del beta no sabía dónde quedaba la casa, pero podía rastrear el hedor de mi hermano así que solo seguí a mi nariz hasta él en el suelo había el cuerpo de un hombre desnudo de seguro debió de estar en su forma lobuna a la hora de morir por eso estaba desnudo al rededor del cuerpo estaba mi hermano, mi padre el alfa y beta de la manada y ese hombre junto a otro que casi igualaba su tamaño
todos voltearon a verme. Cuando llegué al lugar, mi padre no perdió tiempo y me presentó a mi desconocido acosador y, al parecer, mi alma destinada.
_ Ella es Atenea. Mi hija menor Atenea, él es Max, el beta de la manada del bosque oscuro y el caballero es Atlas, el alfa de la manada del bosque oscuro, dijo mi padre acercándose a mí y señalando a los caballeros, incitándome a que los salude.
Solo asentí con la cabeza hacia cada uno sin emitir ningún sonido, ya que la intimidante mirada del pervertido digo atlas estaba puesta en mí y eso me ponía muy incómoda volví mi mirada hacia mi padre quien no puedo el tiempo y me puso al tanto de lo que había pasado necesitaban que rastree al asesino todos los que no eran de mi familia se miraron un poco desconcertados seguramente se preguntaban ¿cómo lo encontraría?
Comencé a oler a mi alrededor cuando di con el olor del lobo mi hermano prendió un cigarro y me lo entrego le di una gran patada cerré mis ojos y al abrirlos solté el aire que tenía en mis pulmones creando una gran nube de humo frente a mí la cual toda la forma de un lobo parado frente al cadáver ese lobo comenzó a correr hacia dentro del bosque y todos seguimos la silueta de humo
llegamos hasta una pared de rocas y vimos como el lobo la escalaba mi hermano y yo nos miramos muy risueños dejamos salir nuestras garras y comenzamos a escalar la pared sin ningún tipo de dificultad al llegar a la sima vimos como la figura corría hacia un portal que había entre dos árboles mire a mi hermano y él me miró a mí y sin pensarlo mucho dijimos al mismo tiempo
_brujas._
Nos lanzamos desde la cima de la montaña callé do como si nada al suelo dejando un pequeño hueco en el suelo sacudí mi ropa, ya que se había llenado de tierra mi hermano le dijo lo que vimos pasando el muro él habló con los demás a través de su enlace, pero antes de que pudiera decir algo un fuerte dolor en la cabeza me invadió era tan fuerte que comenzó a brotar me sangre por los oídos ojos y nariz
Caía de rodillas sujetando mi cabeza; mi hermano también me sujetó cuando caí desmayada por el fuerte dolor que no me dejaba ni siquiera respirar.
Al cobrar la conciencia, me encontraba de nuevo en la misma habitación en la que había despertado. Esta mañana era la habitación del alfa Atlas, pero no había ningún rastro de él por ningún lado en la habitación.
Atlas entro en la habitación, pero se detuvo al verme sentada en el medio de la cama podía ver confusión en sus ojos y muchas preguntas que sé que jamás hará, se acercó hacia mí y Se acostó a mi derecha en la enorme cama me sujeto de la nuca y la cintura atrayéndome hacia él obligándome a que me recueste sobre su pecho mientras él acariciaba mi cabello