Comencé a dar vueltas en la cama negándome a despertar la luz que entraba por mi ventanal me cegó de inmediato, cuando mis ojos se acostumbraron a la luz pude notar que ya no estaba en la casa de la manada de la pradera había vuelto a mi manada y estaba en la cama de mi casa eso me resulto raro, pero supongo que mi padre no quiso quedarse más en la manada quizás quería evitar involucrarse con los problemas de la otra manada, los pícaros y las brujas, pero en que momento volvimos aquí, mi teléfono comenzó a sonar sin descanso sin abrir mis ojos tome el ruidoso aparato de la mesita de luz y conteste el llamado algo frustrada, ya que no quería despertar.
— Hola, querida, no crees que ya me has hecho sufrir tan maldita — dijo la voz de mi manager, detrás del altavoz del teléfono.
— Hola, Jonás, que puedo decirte, necesitaba un descanso— mi voz sonaba muy ronca.
—Y por lo que veo, sigues descansando, mientras yo me arruino las pestañas tratando de concertarte los mejores contratos de modelaje. ¿Acaso no piensas en mis pobres nervios, Atenea?— Lloriqueó muy dramáticamente.
— Volvió la diva del drama, bien, ya deja de llorar, volví, estoy en casa ahora— traté de calmar a mi dramatico amigo.
—Bien, eso quería escuchar, te espero en media hora en el estudio, revisaremos dos contratos que te harán ganar millones, querida, así que no me hagas enojar— me ordenó muy risueño.
—Ya tengo millones en el banco, ¿necesito más?—le recordé escuchando sus suspiros de fastidio, contestó.
—Tú no lo necesitarás, pero yo sí, así que saca tu trasero de la cama, dúchate y ven, no me hagas ir a buscarte— dijo y colgó sin dejarme que le contestara.
Me reí por su berrinche era una auténtica reina del drama deje el teléfono nuevamente en mi mesa de luz y me senté en la cama mire a mi alrededor aún sorprendido por haber vuelto aquí destape mis piernas y las baje por el borde de la cama me estire y salí de la cama salí de mi habitación hacia la cocina, coloque la máquina de café a trabajar volví a mi habitación me duche y cambie afuera estaba nevando así que opte por ponerme unas calsa negra y una camiseta blanca al cuerpo ate mi largo cabello blanco en una coleta alta y en el largo me hice una trenza mis medias y tenis combinaban con mi remera baje y me serví café en mi taza térmica le coloque azúcar y leche cerré su tapa y tome mi bolso guarde mi móvil, cargador, una muda de ropa un poco de maquillaje y las llaves de mi coche salí de mi casa y subí a mi auto y dejé mi bolso junto a mí y prendí mi auto comenzando a conducir hacia la ciudad de los humanos.
Tardé aproximadamente quince minutos en recorrer las carreteras que conectaban mi manada con la ciudad humana, llegué hasta la agencia de modelaje donde mi dramatico manager me esperaba. Saludé a los empleados antes de dirigirme hacia la oficina de Jonás.
—Hola, cariño, me extrañaste —dije, entrando en la oficina haciendo una pose.
—No, la verdad es que no, pero necesito dinero y tú eres la única que me hace ganar mucho — dijo cruzando sus manos sobre su pecho y recostándose sobre el respaldo de la silla.
—Bien, dejando de lado tus berrinches que tienes de nuevo para mí— me senté frente a el mientras sorbía mi taza de café.
—Bien hay dos empresas de cosméticos y cremas corporales que se contactaron conmigo en busca de modelos han pedido sesiones de fotos para sus productos y pidieron que los modelos sean especiales de inmediato envíe tu maletín de trabajo junto a dos modelos más y tú y uno de los modelos quedaron seleccionados para ambas marcas el contrato está valuado en cincuenta millones cada uno así que léelos firma y mañana comenzaremos con la sesiones— Me informo entregándome los contratos.
Tomé los papeles, le di una ojeada y los guardé en mi bolso. Me paré de la silla y salí de la oficina, volví a mi auto y conduje de vuelta a casa. Al llegar, mi hermano me estaba esperando en la entrada.
—¿Adónde fuiste? Estuve esperando por horas—se quejó mientras caminaba detrás de mí
—Jonás me llamó, me entregó dos contratos para que revisara. ¿Qué haces aquí?—dije mientras dejaba mi bolso sobre una mesita de la entrada.
—Papá, me envió a avisarte que en la madrugada se llenará a cabo una reunión entre los alfas; al parecer, varios pícaros han atacado varias aldeas —dijo tomando una manzana de mi frutero.
—Bien ven a buscarme — dije mientras sacaba los contratos y los dejaba sobre la isla de la cocina
—Estás consciente de que tu alfa estará ahí, verdad —pregunto mientras movía sus cejas el muy pícaro
—Primero él no es mi alfa y segundo no estoy segura de querer esa unión — le enumeré mi opinión.
—Sí, bueno, padre, tampoco está contento con tu mate. Dice que es un lobo muy despiadado y violento, no cree que sea buena idea que te unas a él —comentó algo preocupado por mí.
—¿Crees que padre me obligue a rechazarlo?—pregunte un poco asustada
—No lo sé, pero si ese es el caso debes ser fuerte, sin dudas eso dolera—dijo antes de darme un beso en la cabeza y salir de mi cocina
sola en mi casa comencé a leer los contratos estaban bastante bien redactados así que firme sin problema, me preparé una cena rápida y disfruté de una copa de vino junto a la chimenea estaba feliz de estar de nuevo en casa.