Entre Sus Brasos

1000 Words
Mis ojos comenzaban a abrirse estaba en una especie de cueva apoye mis manos en el suelo y me impulse hacia arriba tratando de levantar mi cuerpo, pero me fue muy difícil, mi cuerpo estaba muy débil, me arrastre hasta el borde de un lago que había dentro de la cueva me arrodille y moje mi rostro con esa agua la cual se vio iluminada por la luna que se comenzaba a asomar por el agujero en el techo de la cueva volví a mirar hacia abajo y vi a esmeralda en el reflejo. Era mi viva imagen, con cabello y ojos tan negros como la noche, ella me sonrió. — ¿Qué estamos haciendo aquí, Esme? ¿Por qué me trajiste a aquí? —Le pregunté al reflejo de mi loba, pero ella no contestó. — Yo puedo responderte esa pregunta mi señora— dijo la voz escondida detrás de una gran pared de piedra. —¿Quién eres? ¿Por qué hiciste que mi loba me trajera aquí?— le pregunte a la vos detrás de la pared — necesitamos que seas fuerte, pasarán cosas en tu vida, que no serás capaz de manejarlo por ti sola— dijo la figura acercándose lentamente hacia mí. Parecía una niña de unos diez años, pero tenía un aura muy angelical. Sus facciones son muy sutiles: una piel tersa y una voz angelical. —¿Qué quieres decir con eso?—ella había captado toda mi atención. —Una guerra está pronto a llegar, lobos y dioses deben unirse para poder acabar con esta guerra, necesitarás de mucha ayuda. — ¿Qué clase de guerra?— traté de preguntar, pero ya tenía a la niña frente a mí, mirándome con atención. —Eres igual a la diosa eso es increíble, una guerra entre dos reinos que tendrá muchos aliados y muchos enemigos, pero solo tú podrás unirlos para solucionar esta disputa, juega bien tus cartas y no te equivoques o lo lamentarás— dijo la niña posando su mano sobre mi frente haciendo que una luz saliera de su mano haciendo que quedará enseguida de inmediato cayendo en los brazos de Morfeo Algo comenzó a tocar mi rostro dándome pequeños golpecitos lentamente mis ojos comenzaron a abrirse las pequeñas gotas comenzaron a caer sobre mi rostro me senté en el suelo no sabía donde me encontraba solo sabia que estaba en un gran prado repleto de flores amarillas mire a todos lados y comencé a acariciar las flores una sonrisa comenzó a aparecer en mi rostro si alguien me viera creería que estoy loca me recosté y deje que las gotas de lluvia mojaran mi cuerpo sin duda sentía una enorme paz en ese momento, pero volvió a mi mente lo que la niña me dijo —una guerra se aproxima, cuidado— mi mente divagó la mayoría de las cosas que había dicho luego de eso no las había escuchado, pero algo me tenía inquieta, mi loba aparecerá muy pronto y eso me tiene algo inquieta, ya que nosotros no nos transformamos como los lobos normales nosotros debíamos desgarrar nuestra piel para poder transformarnos era muy doloroso, pero con el tiempo uno se volvía inmune al dolor ,ese no era mi caso yo no podía transformarme en lobo, nunca habia podido hacerlo. Me levanté lentamente de ese hermoso prado y comencé a caminar sin un rumbo fijo, ya que no sabía hacia donde ir o donde me encontraba la lluvia comenzó a caer más fuerte golpeando mi cuerpo con mucha fuerza lo cual no me importo solo seguí caminando no podía oler nada más que lluvia y tierra mojada y eso desorientada a mi olfato camine y camine desorientada hasta que vi una pequeña cabaña la cual me resulto conocida di unos pasos más y vi a mis padres a lo lejos salir bajo la lluvia a caminar hacían eso de vez en cuando, ya que mi madre solo puede salir de noche comencé a ir en dirección por donde los vi salir y llegue a la casa de la manada abrí la puerta de la cocina y entre mojando todo a mi paso comencé a subir las escaleras y caminar hacia mi habitación Abrí mi puerta y entre en completo silencio fui directo hacia el baño y me di una ducha muy larga al salir me envolví en una toalla cubriendo mis senos me coloque una pantufla y salí del baño me quite la toalla del cabello y lo comencé a cepillar mirando por el gran ventanal de mi habitación al terminar me hice una trenza en mi cabello luego tome el pote de crema de mi tocador y comencé a pasarlo en miss brazos, cuello y pecho luego continúe con mis piernas saque mis bragas de la valija y me las coloque luego me quite la toalla que me cubría y comencé a aplicarme crema en mi estómago antes de poder buscar una camiseta ancha, pero una respiración detrás de mí que me dejo inmóvil en mi lugar Sentí sus enormes manos recorrer mi cintura sujetándome con fuerza su cabeza se acomodó en el hueco en mi cuello y sus manos viajaron a mi bajo vientre empujando mi cuerpo contra su pecho mi cuerpo comenzó a sentir su calor el hecho de estar desnuda ante él me daba vergüenza, pero me sentía tan cómoda entre sus brazos que no me interesó para nada, apoye mi cabeza en su pecho cerrando mis ojos me sentía muy agotada y si cuerpo se sentía extremadamente cálido —Ven, te llevaré a la cama, debes descansar, tu cuerpo está muy helado. — Me tomó en sus brazos y me recostó en la inmensa cama. — Debes irte de...— fui callada por sus labios. —Sé que no me quieres, puedo sentirlo, solo voy a darte calor y luego de que duermas me iré —dijo sujetando con fuerza mi cintura clavo, su rostro en mi cuello y mis ojos se cerraron.
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