Rania estaba delante de la mesa donde habían dejado la maqueta de la nueva plataforma petrolera. La chica se veía hermosa tan natural, solo llevaba puesta una bata de seda que le llegaba hasta la mitad de los muslos cubriendo su fino camisón y Karim sonrió al verla llevarse el dedo a la boca. Rania no se comía las uñas cuando estaba nerviosa, pero sí mordisqueaba la punta de su dedo índice cuando no tenía cerca un bolígrafo para morder y Karim ya se había dado cuenta de eso. —Deberías estar descansando princesa, mañana será un gran día para su majestad. –Dijo Karim sonriendo cerrando la puerta del despacho y ella se sobresaltó. –Es muy tarde y mañana la reunión será temprano. —Solo estoy mirando los últimos detalles para estar segura de que todo saldrá bien. –Se justificó Rania cerr