El Emir se levantó de la silla y se dirigió a la puerta. Karim lo siguió hasta la habitación de Amín y cada uno llevaba consigo su propio equipo de seguridad. Nada más entrar Karim vio a su hermano siendo atendido por un médico y a Malika con un velo blanco en la cabeza conjuntado con su ropa de dormir, le llamó la atención escuchar que estaba llorando. La chica estaba en el suelo sentada arrinconada, lloraba asustada y el príncipe pudo ver una mancha de sangre en el velo. Malika de repente sintió las manos de Karim sujetándola con delicadeza para levantarla del suelo mientras que empezaban a escuchar los exabruptos de Amín que hablaba con el Emir. —Lo siento mucho, siento por lo que Amín le hizo a Rania…ella no se merecía algo así. mi esposo es un hombre muy malo. –Habló la chica