Estar en un aeropuerto era como ver la puerta de la jaula abierta, desear volar y sentir que tus alas están bloqueadas, que no puedes hacerlo. Rania caminaba al lado de Karim dirigiéndose al jet privado pensando en eso. Detrás de ellos iban Malika y Amín, y alrededor custodiando a los hijos del Emir iban más de diez escoltas. Pero no eran esos hombres lo que le impedían escapar, era el acuerdo que había hecho con Karim. Rania sabía que si decidía huir en aquel momento seguramente el mismísimo príncipe la acompañaría al avión, pero su libertad sería el encierro de por vida de una niña inocente al lado de un monstruo. Entonces por la hermana de su esposo, Rania decidió subirse al jet y ejercer de buena esposa. El viaje le resultó incómodo, durante el vuelo Rania tenía la sensación de q