—Debes vigilar a Samira, y más ahora que será la esposa de Karim. Esa psicópata casi mató a mi hijo y está igual de enferma que tu prima. —escupió el Emir yendo en dirección a su despacho mientras que Fátima lo seguía. —La necesito para lograr mis objetivos, pero no puedo arriesgarme a perder a Karim, el único de mis dos hijos que es digno de ser mi heredero. Es fuerte y así demuestra que yo también lo soy, por eso lo necesito a mi lado. -su esposa levantó la barbilla orgullosa de su hijo mayor. —Hicimos demasiados sacrificios para darle su verdadero lugar, como para echarlo todo a perder ahora. —Fátima sonrió disimuladamente pensando en ese “sacrificio”, ya que gracias a ello pasó de ser la segunda, a ser la primera esposa. —Ya soy demasiado mayor para tener otro hijo a estas alturas, Fát