GINEBRA, SUIZA.
Si había una frase que Henrik no conocía, era sin duda la palabra austeridad.
Tessa se quedó sin palabras cuando entró a aquel lujoso departamento en la cima de la Prime Tower. Lujo y elegancia echó una enorme estancia de mármol que debía valer cientos de miles de euros la renta.
—¿No hubo nada más austero Henrik?
—Es lo más cómodo que pude encontrar.
—Podría apostar a que hay departamentos más cómodos en Ginebra por la mitad del precio que este o incluso menos. Creo que debes intentar ser más ahorrativo a este paso no importa cuan jugosa sea la fortuna de tu padre, tarde o temprano terminaras con ella.
Una ligera sonrisa apareció en sus labios.
—Papá aprobaría estos gastos. Creo que dijo que no importaba el costo siempre. Uno nunca mide el costo cuando se trat
