GINEBRA, SUIZA. Planes arruinados por completo. Erika no podía estar más enfadada. Había planeado durante meses la forma de acercarse a Henrik casado o no casado, a ella le daba lo mismo. Justo cuando pensó que tenía una posibilidad el hombre llegaba a ella lleno de toda clase de pretextos. Era claro que le daba evasivas pero ella intentaba ignorarlas. Ahora sus desplantes habían llegado a otro nivel. La había dejado sola en aquel congreso y sólo Dios sabía a donde se había marchado. Becca era un pilar para ella pero no podía ayudarla en todo. Debía poner de su parte y hacer lo que estuviera en sus manos para acercarse a Henrik. ¿Que se podía hacer cuando un hombre no prestaba la atención necesaria? No había forma de convencerlo sin estar degradando la persona en el intento. —¡Ah!—