Britney
Si hay algo en lo que yo era realmente mala, era consolando personas. Eso sin duda no era lo mío, no podía fingir que sí, porque estaba completamente lejos de la realidad. No era buena y no podía fingir que sí, pero no esperaba que mi jefe me consolará.
Quizás estaba soñando y aquella nube de pus que se incrustó en mi cara cuando hacía mi primera guardia me dejó en un estado de inconsciencia o delirio místico. Tal vez ahora me he encontrado inconsciente en la sala de estudio dermatológico y no sentada acá en la escalera.
La charla con el señor Lin nunca había sucedido, él no me había dicho que leyera una carta de su mujer muerta y yo no había declarado la hora de muerte. Es más, todavía no conocía al señor Lin.
Porque Alexander Knight me estaba tocando.
El calor de su mano lle
