Siempre me considere una mujer afortunada en todos los aspectos básicos de la vida. A pesar de que mi padre era una especie de mago que hacia actos de presencia de vez en cuando, o que sabía que desacreditaban mis logros como abogada por ser una Córcega, y mujer aparte. Pero con todo y eso, tenía a una madre que dio la vida por mí, tuve la oportunidad de tener la mejor educación posible, el dinero nunca fue un problema y tuve salud. No me podía quejar de mi vida. A excepción del campo amoroso. Sin embargo, despidiéndome de los hombres y prometiéndome ser una madre abnegada, creía que alcanzaría la paz por fin. Error 404. Alguien o algo estaba muy resentido conmigo en ese aspecto. Era una muestra irrefutable que ese hombre, que ese extraño, que ese Fulgencio del diablo, estuviese en la c